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Aportes culturales de la sociedad precolombina: grupos panameños

En realidad, si bien la función del istmo de Panamá como puente terrestre entre dos continentes fue un determinante factor geográfico en el desenvolvimiento de los indígenas que residieron allí antes del contacto español, debe achacarse igual preponderancia a la heterogeneidad ambiental de un territorio bañado por dos océanos ecológicamente disímiles entre sí y caracterizado por un sinfín de ríos y valles que facilitan las comunicaciones en dirección perpendicular a las cordilleras y las obstaculizan en un sentido longitudinal. A Cristóbal Colón le asombró la gran diversidad de idiomas desprendida de dicho rompecabezas geográfico.

Es en las tecnologías de la subsistencia, tales como la agricultura, donde puede observarse claramente la impronta aborigen como legado cultural. Es comprensible, a la luz de la realidad ecológica, la aversión por parte de los conquistadores hacia tales técnicas y la pervivencia de las mismas hoy día. El arado tradicional europeo, por ejemplo, no encontró aplicación en un medio de selva, de alta precipitación fluvial los nueve meses del año y donde la vegetación secundaria rápidamente invade los campos deforestados por el hombre. Un régimen de estaciones que lejos de parecerse a las cuatro vigente en los países de clima templado, se definían mas que todo por el régimen de lluvias desconcertantes a los españoles, quienes no atinaron mas que a aplicarle a la época mas húmeda el apelativo de “invierno” y a la mas seca, el de “verano”.

 

Al español, que utilizo la mano de obra aborigen, le fue más fácil adoptar la tecnología que ellos aplicaban e incluso los productos de la tierra, que ponerse él a hacer ese trabajo o tratar de imponer una técnica que claramente no se adaptaría al medio ambiente. Sus productos europeos, por limitaciones climáticas, no podían darse en nuestro trópico, en su mayoría. La agricultura de roza, con el uso de la tradicional coa se impuso permanentemente.

El grano aborigen por excelencia, el maíz, en forma de masa se acopla a dos productos de corral introducidos por los europeos -el cerdo de castilla y la gallina- pero adobados con sazón indígena de tomate, ají y hierbas aromáticas nuestras. El arroz producto foráneo, se mezcla con los frijoles nativos, en un plato diario en la mesa panameña. El “CHICHEME” bebida de gran valor nutritivo combina el maíz con la leche de vaca y el azúcar de caña, estos dos últimos de aportación europea.

 

En la obtención de la proteína de origen animal, encontramos también la impronta autóctona. La pesca artesanal en Panamá guarda aún reminiscencia aborigen. Las canastas de cono invertido a nasas, los arpones dentados y toda la técnica asociada a la pesca de la tortuga y de peces de gran tamaño pertenecen a la tradición aborigen.

En la cacería, si bien el arma de fuego ha casi borrado toda traza cinegética aborigen, su huella aún persiste en el “ojeo” de animales en los campos o “sembrados” o bien en abrevaderos naturales; las trampas para aves y pequeños mamíferos son también del mismo origen. La abundante proteína animal procedente de la cacería y de la semidomesticación o cautividad de mamíferos (macho de monte y sainos en edad infantil, como también aves) fue reemplazada por la ventajosa practica de la domesticación de grandes reses y aves de corral.

 

En su insuperable adaptación y dominio del hábitat tropical, nuestros grupos indígenas transmitieron aún hasta hoy, sistemas efectivo de subsistencia que no tienden a arrasar sino a conservar su naturaleza. En las tecnologías asociadas a los alimentos, en relación en su acarreo, envase, procesamiento, etc., también se ubica un buen legado cultural indígena. La cestería y sus derivados estilos configuran el clásico medio de acarreo de la producción: las “jabas” y los “motetes”.

La alfarería, hoy a un nivel artesanal agonizante, puede observarse en técnica primitiva que excluye el uso del trono europeo, en algunas comunidades de Coclé, Azuero y Panamá Occidental. Los indígenas precolombinos de Panamá eran artesanos insignes.

 

Frecuentemente, los únicos restos culturales que permanecen en un sitio arqueológico panameño son aquellos hechos de piedra o barro cocido, esto es, los ‘cubiertos’, ‘herramientas’, ‘pailas’ y ‘vajillas’ corrientes en tiempos precolombinos. Las materias orgánicas, como la madera, el hueso, los textiles y la cestería, se descomponen rápidamente hallándose tan sólo bajo condiciones anómalas. La magnitud de esta deficiencia se hace evidente cada vez que visitamos una comunidad indígena actual donde encontramos un variado inventario de artículos hechos de dichos materiales perecederos.

 

Son realmente muy pocas las influencias de orden social que pueden detectarse aún hoy, como legado indígena, en la cultura nacional. No es de extrañar que así sea. El rompimiento de la estructura socio-política de las culturas conquistadas, fue lo primero que se produjo, por determinación expresa de la cultura conquistadora. Solo así podía ejercer una verdadera dominación y proceder a la explotación del hombre indígena.

En lo relativo al riquísimo mundo espiritual, con su etnociencia, su etnosistematica, su ética aun no reemplazada por una ética impuesta, sus conceptos de la estructuración del universo y la relación del ser humano con él, la idea de la divinidad, la composición del mundo espiritual en general, las manifestaciones artísticas la consignación y transmisión del conocimiento, solo algunos pocos elementos se traslucen. También en esta área de la cultura, es fácil comprender que la conquista, que se hizo con la espada y con la cruz, impuso un nuevo concepto del hombre, de Dios y del universo.

Tal vez a nivel rural, algunas costumbres, ligadas a lo tecnológico, pueden ser indicio, de algunas pervivencias de patrones sociales aborígenes. Uno de ellos, serian las peonadas, en las cuales, el favorecido con la ayuda comunal en una faena de cosecha o de “zocuelas”, provee la alimentación a los asistentes, tal como aun se observa entre nuestros grupos indígenas. También, en las actitudes ante ciertas circunstancias o periodos de la vida femenina, podrían tener raigambre indígena. Por ejemplo, persiste aún, a nivel popular, la creencia en la fuerza que tiene una mujer en cinta; su presencia o mirada puede agravar a un enfermo, empeorar una llaga o cortada, e incluso influir sobre los animales.

Citar este texto en formato APA: _______. (2013). WEBSCOLAR. Aportes culturales de la sociedad precolombina: grupos panameños. https://www.webscolar.com/aportes-culturales-de-la-sociedad-precolombina-grupos-panamenos. Fecha de consulta: 23 de noviembre de 2024.

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