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Cantos Litúrgicos

ENSAYO DE LOS CANTOS LITÚRGICOS

La música y el canto son esenciales en toda fiesta humana, y también en nuestras celebraciones litúrgicas. No son un mero adorno, “para que la celebración salga bonita”, sino que son oración hecha música, palabra cantada. “Cantar es orar dos veces”, afirma un dicho tradicional de la Iglesia. Para que el canto y la música tengan en la celebración de la comunidad el lugar que les corresponde, es necesaria una buena preparación litúrgica y musical de quienes componen el “coro”, y que éste sea siempre un servidor de la asamblea, no un coro “espectáculo”.

Una celebración, especialmente una eucaristía sin canto, es como un día nublado: igual es día, pero le falta algo para ser alegre, para estar lleno de vida. Por eso, el servicio que prestan los guitarristas, vocalistas y otros instrumentistas es uno de los más importantes y hermosos para la liturgia de la comunidad.

El canto es una realidad religiosa en toda la Biblia y, particularmente en todo los Evangelios. El propio Señor acudía a la sinagoga según su costumbre (cf. Lc 4, 16) y allí tomaba parte en el canto de los salmos. En la Última Cena cantó los himnos del rito pascual (cf. Mt 26, 30).

VALORES DEL CANTO DE LA LITURGIA

Los valores del canto litúrgico son los siguientes:

EL SALMISTA Y SU MINISTERIO EN LA LITURGIA

El salmista había sido un personaje entrañable en los primeros siglos. Se apreciaba su arte musical, hecho de técnica y de fe. Cantilando las estrofas del salmo, para que la comunidad intercalara a cada una su respuesta cantaba, creaba un clima de serena profundización. El Papa San Dámaso habla del “placidum modulamen” del salmista en sus misas; una modulación plácida que infundió serenidad y contribuían a que fueran penetrando los sentimientos del salmo en los espíritus de los fieles.

Hoy se quiere recuperar este ministerio.

El salmista es guía y maestro de oración poética y cantada.

Un buen salmista canta desde dentro (desde la fe).

“…Al salmista corresponde proclamar el salmo u otro canto bíblico interleccional. Para cumplir bien con este oficio, es preciso que el salmista posea el arte de salmodiar y tenga dotes para emitir bien y pronunciar, con claridad…” (I.G.M.R. 67). En esta cita observamos que el ministerio de salmista es un muy especial y requiere preparación.

Podemos afirmar que el salmista es uno de los ministerios más ricos, pues es desde la liturgia donde Cristo se hace presente como cabeza de su Cuerpo, Mediador entre Dios y los hombres, y con nosotros canta las alabanzas a “nuestro” Padre.

 

APORTE DE GUIDO D´AREZZO A LA MÚSICA MODERNA

Famoso por su cultura de teórico musical, se dice que inventó la escala, los nombres de las notas, la armonía y el contrapunto. Lo que es indudable es que creó un nuevo método de enseñanza, lectura y escritura de la música sumamente sencillo, claro, lógico y definitivo. Lo más notable entre sus obras y que contiene la exposición de su método se titula “MICROLOGUS DE DISCIPLINA ARTIS MÚSICA”

A Guido D’Arezzo corresponde pues el mérito de haber concebido y propuesto un sistema lógico y definitivo de cuatro líneas que armonizan y sintetizan las tentativas precedentes, ordenando sobre todo con reglas inmutables los neumas dentro de los espacios interlineales; hallazgo que iniciara la lenta transformación de las figuras de los neumas. El célebre Guido supo llevar al grado más alto de perfección el método cíe escritura y lectura musical que la confusa y desorientada práctica de casi un siglo le había sugerido.

Durante el siglo XI, Guido perfeccionó la escritura musical con la implementación definitiva de líneas horizontales que fijaron alturas de sonido e inventó además de las notas musicales, el famoso tetragrama, que luego evolucionó al pentagrama. Actualmente se le considera el “padre de la música”. En la Edad Media, las notas musicales se denominaban por medio de las primeras letras del alfabeto: A, B, C, D, E, F, G (comenzando por la actual nota la). En aquella época solía cantarse un himno a San Juan el Bautista, conocido como Ut queant laxis, atribuido a Pablo el Diácono, que tenía la particularidad de que cada frase musical empezaba con una nota superior a la que antecedía.

Identificar las notas que con ellas se entonaban, de esta forma creó una técnica asociativa. El texto latino de este himno rezaba así:

La traducción más aceptada nos dice: “Para que tus ciervos puedan exaltar a plenos pulmones las maravillas de tus milagros perdona la falta de labios impuros, San Juan.”

Su concepción fue ciertamente la más clara que podía imaginarse en aquel tiempo, así como su obra estética y didáctica, dedicada en gran parte a combatir la morbidez de los géneros cromáticos y enarmónico, contribuyó no poco a depurar el canto litúrgico de los elementos de corrupción que amenazaban el verdadero y justo género litúrgico: el diatónico.

Otros de los aportes de Guido D´arezzco fue su mano guiodiana fue utilizada para ayudar a los cantantes a leer a primera vista. Algunas formas de este sistema pueden haber sido empleadas por Guido D’Arezzo, teórico musical medieval, autor de varios tratados sobre teoría de la música. El sistema permitía visualizar la posición de los semitonos y las posiciones del hexacordio, cuyas notas ut re mi fa sol la se tomaron del himno Ut queant laxis.

Denominó a este sistema de entonación, “solmización” y “solfeo”. Más tarde, en el siglo XVII, Giovanni Battista Doni cambió la nota UT por DO, ya que esta sílaba, por terminar en vocal, se adaptaba mejor al canto y mucho más tarde, a finales del siglo XVI, fue “descubierta” por Anselmo de Flandes la séptima nota, que recibió el nombre de SI (de Sancte Ioannes). La primera nota, en el idioma Alemán se mantiene fiel a su versión original y sigue siendo “UT”. La última nota no es “Sa” sino “Si” debido a que se cogen las dos iniciales de Sancte Iohannes, en homename a San Juan. D´Arezzo está considerado como el “padre de la música”, durante la primera mitad del siglo XI y fue quien dio nombre a las seis primeras notas musicales, inspiradas en las sílabas iniciales de unos versos dedicados a San Juan; ideó el pentagrama que en un principio era tetragrama, sólo constaba de cuatro líneas. En esta etapa se inicia la polifonía y comienza también a desarrollarse la música de juglares y trovadores.

 

BIBLIOGRAFIA

http://es.catholic.net/conocetufe/423/2216/articulo.php?id=4519

http://www.iglesia.cl/conali/boletin/conali_78.pdf

http://acordeonisima.com/ampliarcuriosidad.php?idcur=1

http://acordeonisima.com/ampliarcuriosidad.php?idcur=2

http://eloviparo.wordpress.com/2010/01/20/historia-de-las-notas-musicales-guido-de-arezzo/

http://es.wikipedia.org/wiki/Mano_guidoniana

http://www.ecured.cu/index.php/Guido_de_Arezzo

Citar este texto en formato APA: _______. (2017). WEBSCOLAR. Cantos Litúrgicos. https://www.webscolar.com/cantos-liturgicos. Fecha de consulta: 21 de noviembre de 2024.

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