Introducción
Un modelo es una reflexión anticipadora, que emerge de la capacidad de simbolización y representación de la tarea de enseñanza-aprendizaje, que los educadores hemos de realizar para justificar y entender la amplitud de la práctica educadora, el poder del conocimiento formalizado y las decisiones transformadoras que estamos dispuestos a asumir. Los modelos didácticos o de enseñanza presentan esquemas de la diversidad de acciones, técnicas y medios utilizados por los educadores, los más significativos son los motores que permiten la evolución de la ciencia, representada por los paradigmas vigentes en cada época.
Como se ha dicho con anterioridad, estos modelos representan la anticipación de los paradigmas, son la puesta en práctica de la representación mental que el educador tiene de la enseñanza, en la que interviene sus teorías implícitas. Estos modelos guían las prácticas educativas de los educadores y forman parte de su pedagogía de base.
Este trabajo tiene como finalidad dar a conocer los aspectos del modelo tradicional de la didáctica, el modelo pionero a los diversos modelos de enseñanza que se conocen en la actualidad.
MODELO TRADICIONAL
DE LA
DIDÁCTICA
1. ORIGEN
En el siglo XVII surgen algunas críticas a la forma de enseñanza que se practicaba en los colegios internados. Éstos estaban a cargo de órdenes religiosas, tenían como finalidad alejar a la juventud de los problemas propios de la época y de la edad, ofreciendo una vida metódica en su interior. Se enseñaba los ideales de la antigüedad, la lengua escolar era el latín, y el dominio de la retórica era la culminación de esta educación. Los jóvenes, eran considerados propensos a la tentación, débiles y con atracción por el mal, por lo tanto, se consideraba necesario aislarlos del mundo externo, ya que éste es temido como fuente de tentaciones. Había que vigilar al alumno para que no sucumbiera a sus deseos y apetencias naturales.
Comenio, publicó en 1657 su obra titulada Didáctica Magna o Tratado del arte universal de enseñar todo a todos. En ella se señalan lo que serán las bases de la pedagogía tradicional.
En su momento la escuela tradicional representó un cambio importante en el estilo y la orientación de la enseñanza, sin embargo, con el tiempo se convirtió en un sistema rígido, poco dinámico y nada propicio para la innovación; llevando inclusive a prácticas pedagógicas no deseadas.
2. CONCEPTO
El modelo tradicional es, cualquiera que sea su época, una configuración identificadora, una dimensión posible de toda acción pedagógica. Ha sido y es siempre, el centro de una reflexión crítica sobre los principios y los modos de actuar que se ubican en relación con lo “tradicional”.
El marco escolar de la pedagogía y la dimensión “tradicional” aparece bajo la forma de la imagen de un maestro, de una clase, a menudo presentadas bajo una forma de pedagogía imposible, paradójica, es decir autoritaria, pedagogía del maestro que se convierte en pedagogía magistral. El modelo tradicional es objeto de aproximaciones contradictorias: de una parte, él constituye el principal modo de realización y de representación de la actividad pedagógica, imagen en donde el profesor oficia en una clase bajo el modo de transmisión de lo tradicional _esta cara aparente del trabajo pedagógico encuentra aquí una historia y sus razones-; de otra parte, el modelo tradicional, a menudo es criticado y puesto en tela de juicio.
Con el término tradicional se trata de identificar una época, que se distingue por la presencia de tres polos característicos:
- el conjunto de modos de actuar en pedagogía producto de una tradición: la tradición y la cultura pedagógica, en el doble sentido de cultura profesional y de origen cultural de la pedagogía, de la cual se toman prestados los principios y la manera de llevar a cabo una actividad pedagógica (por ejemplo una clase o dictar una clase);
- la referencia cultural y humanista al pasado: se enseña la tradición, los textos antiguos, los clásicos, es decir los autores explicados y comentados en clase, las lecciones del pasado. Esta continuidad está centrada sobre el acceso formador a los conocimientos y a los valores indispensables, a la vez por su contenido y por la manera de acceder a ellos;
- el proceso formal de transmisión y de tradición, constituye junto a los elementos de autoridad de los conocimientos y de aquellos que los transmiten. Más allá de los objetos a transmitir, se trate de obras del pasado o del presente, este proceso se convierte en el fundamento activo y razonado del modelo tradicional.
Estos elementos constitutivos del modelo tradicional pueden ser observados desde dos aspectos:
- del pasado al presente, los modelos culturales en el origen de la pedagogía llamada “tradicional”;
- en nuestros días los funcionamientos (implícitos o explícitos) de la actividad pedagógica ligadas al modelo tradicional.
3. FUNDAMENTOS BÁSICOS
El modelo didáctico tradicional pretende formar a los alumnos dándoles a conocer las informaciones fundamentales de la cultura vigente. Los contenidos se conciben, pues, desde una perspectiva más bien enciclopédica y con un carácter acumulativo y tendente a la fragmentación (el saber correspondiente a un tema más el saber correspondiente a otro, etc.), siendo la referencia única la disciplina; es decir, el conocimiento escolar sería una especie de selección divulgativa de lo producido por la investigación científica, plasmado en los manuales universitarios.
No se toman en consideración las concepciones o ideas de los alumnos, dándose, además, por supuesto que no hay que tener especialmente en cuenta los intereses de esos alumnos, sino que dichos intereses deben venir determinados por la finalidad social de proporcionarles una determinada cultura.
Respecto a la manera de enseñar, no se suelen contemplar específicamente unos principios metodológicos sino que se parte de la convicción de que basta con un buen dominio, por parte del profesor, de los conocimientos disciplinares de referencia; el método de enseñanza se limita, entonces, a una exposición, lo más ordenada y clara posible, de “lo que hay que enseñar” –ya que el contenido “viene dado” como síntesis del conocimiento disciplinar-, con apoyo en el libro de texto como recurso único o, al menos, básico; ello puede ir acompañado de la realización de una serie de actividades –más bien “ejercicios”-, con una intención de refuerzo o de ilustración de lo expuesto, y en todo caso ateniéndose a la lógica, eminentemente conceptual, del conocimiento que se intenta transmitir. Aunque no se suele decir explícitamente, cae por su propio peso que lo que se pide al alumno es que escuche atentamente las explicaciones, cumplimente diligentemente los ejercicios, “estudie”, casi inevitablemente memorizando, y luego repase la lección o “unidad didáctica”, y reproduzca lo más fielmente posible, en el correspondiente examen, el discurso transmitido en el proceso de enseñanza.
Esta concepción tradicional mantiene, efectivamente, una división de los saberes por asignaturas de una forma que ha llegado a parecer “natural” a base de perdurar y perpetuarse. Y es que la escuela tradicional se apoya en ciertas evidencias “de sentido común”, como el hecho de que la humanidad ha ido produciendo “conocimiento eficaz”, que “se puede conservar y acumular trasmitiéndolo a las nuevas generaciones” (Pérez, 1992), bajo la forma de la especialización disciplinar que hoy conocemos. Desde esa óptica la función básica de la escuela sería transmitir a esas generaciones “los cuerpos de conocimiento disciplinar que constituyen nuestra cultura”. Sin duda esta perspectiva sigue vigente en la mayoría de las prácticas de enseñanza de nuestras escuelas.
Uno de los problemas principales que se puede plantear en relación con este enfoque es la dificultad para relacionar las lógicas tan distintas del conocimiento científico y del conocimiento de los alumnos; pero, de hecho, esto no llega a ser un problema para esta perspectiva, ya que no tiene en cuenta el conocimiento de los alumnos ni como punto de partida ni como obstáculo para la construcción de nuevos conocimientos. Otro problema, conectado con el anterior, sería si se puede considerar el conocimiento científico como el único referente epistemológico para el “conocimiento escolar”.
Dentro de esta concepción educativa se pueden distinguir dos enfoques principales:
- Enfoque enciclopédico, donde el profesor es un especialista que domina la materia a la perfección; la enseñanza es la transmisión del saber del maestro que se traduce en conocimientos para el alumno. Se puede correr el peligro de que el maestro que tiene los conocimientos no sepa enseñarlos.
- Enfoque comprensivo, donde el profesor/a es un intelectual que comprende lógicamente la estructura de la materia y la transmite de modo que los alumnos la lleguen a comprender como él mismo.
En ambos enfoques se da gran importancia al conocimiento relacionado con otras disciplinas. En su modo de transmisión y presentación, el conocimiento que adquiere el alumno se deriva del saber y de la experiencia práctica del maestro, quien pone sus facultades y conocimientos al servicio del alumno.
4. CARACTERÍSTICAS
La característica fundamental, pues, de este modelo didáctico tradicional es su obsesión por los contenidos de enseñanza, entendidos por lo general como meras “informaciones” más que como conceptos y teorías. Pero, si se piensa detenidamente, el alumno de hoy no suele tener deficiencias en cuanto a la cantidad de información recibida -si bien estas cantidades presentan un desajuste con respecto a lo que oficialmente se suele considerar informaciones “importantes”- ni en cuanto al desarrollo de muchas de sus habilidades, sino más bien “en el sentido de sus adquisiciones y en el valor de las actitudes formadas”, es decir, que el déficit generado por nuestra cultura contemporánea reside en aspectos como la capacidad de pensar, de organizar racionalmente la información, de buscar su sentido, de forma que los esquemas de significados que el alumno va consolidando le sirvan como “instrumentos intelectuales para analizar la realidad” (Pérez, 1992).
De ahí que la compleja función que hoy se plantea, como reto, a la escuela sea, fundamentalmente, facilitar y promover la reconstrucción crítica del pensamiento cotidiano.
Es característico este modelo por determinadas costumbres como el castigo físico, los modales rancios y desfasados, los métodos de enseñanza acientíficos basados en el mero verbalismo y la repetición, los libros con contenidos demasiado anticuados con respecto al desarrollo científico, el mobiliario arcaico y el ambiente arquitectónico disfuncional y por supuesto, los antiguos planes de estudio.
Con la evolución social -aunque siempre con retraso- la escuela tradicional ha ido dejando en el camino los aspectos más externos que simbolizaban “lo tradicional como obsoleto” (Trilla, 1996): determinadas costumbres como el castigo físico, los modales rancios y desfasados, los métodos de enseñanza acientíficos basados en el mero verbalismo y la repetición, los libros con contenidos demasiado anticuados con respecto al desarrollo científico, el mobiliario arcaico y el ambiente arquitectónico disfuncional… y, por supuesto, los antiguos planes de estudio; y ha ido adecuándose, también externamente, a los nuevos requerimientos de las sociedades industriales avanzadas, cambiando el currículum, los edificios, los libros de texto, etc., etc., pero sin modificar sus verdaderas funciones básicas, sin replantear a fondo su finalidad y -coherentemente- sin cambiar tampoco en profundidad la formación de los enseñantes. Se ha buscado, por tanto, una escuela más moderna, más técnica, pero igualmente garante de la función de reproducción social que la sociedad, supuestamente, espera de ella.
Las carencias del modelo educativo tradicional:
- El aprendizaje es un acto de autoridad, debido a que el maestro cumple la función de transmisor, mientras que el estudiante es quien recibe las informaciones y las normas transmitidas.
- El principal papel del maestro es el de repetir y hacer repetir, en tanto que el estudiante debe copiar aunque no entienda lo que copia, pero debe hacerlo ya que es gracias a su reiteración que puede aprender.
- No permite la formación de individuos analíticos o creativos, educando para una sociedad mecánica.
A pesar de que la educación tradicional cumplió un importante papel en la historia, es necesario, o más bien obligatorio pensar y buscar nuevos avances que logren cambios sustanciales en el aprendizaje que permitan explicar las limitaciones de la educación actual y evidenciar las posibilidades en la educación del futuro, porque la sociedad ha cambiado y ya la educación tradicional no responde a sus expectativas.
5. REPRESENTANTES
Sus fundamentos teóricos yacen en la teoría conductistas de Skinner y Binet A., concibiendo a la sociedad como ente pasivo regido por dogmas y dictámenes divinos; en este caso, la pedagogía como ciencia se da desde lo empírico. Antropológicamente, se considera que el estudiante no tiene noción alguna, por lo tanto es considerado como un elemento que debe limitarse a escuchar, atender, imitar, aceptar y cumplir normas en forma sumisa y obediente, es decir es un receptor pasivo, con poca participación al que se le coarta la libertad y se le limita el desarrollo de la creatividad.
6. COMPARACION CON OTROS MODELOS EXISTENTES
MODELO DIDÁCTICO TRADICIONAL | MODELO DIDÁCTICO TECNOLÓGICO | MODELO DIDÁCTICO ESPONTANEÍSTA | |
Para qué enseñar | Proporcionar las informaciones fundamentales de la cultura vigente. | Proporcionar una formación “moderna” y “eficaz”. | Educar al alumno imbuyéndolo de la realidad inmediata. |
Qué enseñar | Síntesis del saber disciplinar.
Predominio de las “informaciones” de carácter conceptual. |
Contenidos preparados por expertos para ser utilizados por los profesores.
Importancia de lo conceptual, pero otorgando también cierta relevancia a las destrezas. |
Contenidos presentes en la realidad inmediata.
Importancia de las destrezas y las actitudes. |
Ideas e intereses de los alumnos | No se tienen en cuenta ni los intereses ni las ideas de los alumnos. | No se tienen en cuenta los intereses de los alumnos.
A veces se tienen en cuenta las ideas de los alumnos. |
Se tienen en cuenta los intereses inmediatos de los alumnos. |
Cómo enseñar | Metodología basada en la transmisión del profesor.
El papel del alumno consiste en escuchar atentamente, “estudiar” y reproducir en los exámenes los contenidos transmitidos. El papel del profesor consiste en explicar los temas y mantener el orden en la clase. |
Metodología vinculada a los métodos de las disciplinas.
El papel del alumno consiste en la realización sistemática de las actividades programadas. El papel del profesor consiste en la exposición y en la dirección de las actividades de clase, además del mantenimiento del orden. |
Metodología basada en el “descubrimiento espontáneo” por parte del alumno.
Papel central y protagonista del alumno. El papel del profesor es no directivo; coordina la dinámica general de la clase como líder social y afectivo. |
Evaluación | Centrada en “recordar” los contenidos transmitidos.
Realizada mediante exámenes. |
Centrada en la medición detallada de los aprendizajes.
Realizada mediante tests y ejercicios específicos. |
Centrada en las destrezas y, en parte, en las actitudes.
Realizada mediante la observación directa y el análisis de trabajos de alumnos. |
Conclusión
Se llega a la conclusión que la didáctica es la ciencia que estudia el proceso docente educativo, es decir, el proceso más sistémico, organizado y eficiente que se ejecuta sobre fundamentos teóricos y por personal profesional especializado. La didáctica constituye el núcleo de la Pedagogía General.
Cada una de las macro corrientes de la didáctica actual tiene su propia instrumentación didáctica, es decir cada una tiene su propia interpretación teórica sobre el aprendizaje lo que determina como atender y trabajar los componentes del proceso. La didáctica general y las metodologías no se identifican como iguales, pero tampoco pueden ser consideradas, desvinculadas.
Bibliografía
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Citar este texto en formato APA: _______. (2017). WEBSCOLAR. El Modelo Tradicional de la Didáctica. https://www.webscolar.com/el-modelo-tradicional-de-la-didactica. Fecha de consulta: 22 de noviembre de 2024.