El perfil docente son las diferentes capacidades y competencias que identifican la formación de un profesional, para asumir en condiciones óptimas las responsabilidades propias de sus diferentes funciones y tareas.
El perfil profesional del docente basado en la división de funciones está cambiando poco a poco para dar paso a otro perfil o, mejor aún, a perfiles diferenciales. En el momento actual el profesor requiere nuevas estrategias, percepciones, experiencias y conocimientos para intentar dar respuesta a las múltiples interrogantes que se le presentan cada día.• Para ello, es necesario concebir el docente bajo otro paradigma diferente al tradicionalmente utilizado.
No se trata de definir mecánicamente, a través de un listado, las competencias del docente, es preciso desentrañar qué elementos cognitivos, actitudinales, valorativos y de destrezas favorecen la resolución de los problemas educativos, desde todos los niveles de desempeño del docente, para de esta manera, sea posible identificar y analizar aquellas capacidades requeridas por un grupo social determinado, en un contexto específico, lo cual le dará pertinencia social a este nuevo perfil.
La idea básica de la renovación está en el hecho de reconocer el planteamiento humanista y desarrollista, constituyendo una buena combinación para dar, en forma combinada y pluralista, su contribución a la reformulación de un modelo de formación docente que se fundamente en una racionalidad sustantiva y significativa.
La nueva visión combinará el criterio de la competencia con el criterio ético. La meta es formar un individuo con capacidad de innovación y creación. Se concibe que el docente tenga la suficiente formación para prestar atención al proceso educativo y mejorarlo creativamente.• De esta manera surge un perfil más amplio, que incluye el desarrollo personal, actitudes, comunicación, orientación, liderazgo, toma de decisiones, mejoramiento personal, dimensión social e intelectual.
Algunas de las habilidades que debe tener un Docentes son:
- Pensar
- Crear
- Diseñar
- Resolver
- Interactuar
- Manejar
- Producir
- Comunicar.
Todo esto con el fin de trabajar, estudiar y construir visiones en equipo, autoevaluaciones, compromisos y el compartir. El docente debe ser un líder que posea la capacidad de modelaje de sus estudiantes, ser creativo e intelectual y, además, inspirar a los alumnos para la búsqueda de la verdad.
Características del Docente del Siglo XXI
- Ética y Valores
- Autodidacta
- Autocrítico
- Comunicativo
- Líder
- Trabajo en equipo
- Empatía
- Motivación
- Aprendizaje Continuo y Situacional
- Humanista
- Facilitador y no un dificultador de conocimiento
- Orientador hacia las transformaciones
- Acompañante del estudiante a través de todo el proceso de enseñanza – aprendizaje
- Puntual
- Madurez emocional
- Dedicado
El docente de este Siglo debe ser una persona capacitada, llena de conocimientos, con un espíritu de equipo, humanista, innovador, creativo, comunicativo y con mucha vocación. Debe poseer un perfil de liderazgo, que tenga la capacidad de influir en sus estudiantes de manera positiva, inculcándole buenos hábitos, valores, costumbres y sobre todo fomentándole mucha conciencia.
LOS TIPOS DE PROFESORES QUE EXISTEN
La tipología de Kerschensteiners acepta la tipología general cultural de Sprager y coloca al maestro en el tipo social que se define así: en el hombre social, es la ley la que rige su vida, simplemente el amor hacia el hombre, su instinto fundamental no es comprender, ni formar, ni establecer relaciones trascendentales, sino el simple amor hacia el hombre vivo y con sus sentimientos de solidaridad, asistencia y sacrificio por sus semejantes.
Se considera cuatro tipos de maestros que son:
- El Maestro Ansioso: Este tipo de maestro, quiere gobernarlo todo de una manera personal. Dirige por sí mismo el trabajo de la clase, prescribe hasta las tareas más menudas instituye las normas de disciplina y cuida de que se cumplan, sin permitir ninguna intervención de los escolares, ni tener en cuenta sus incentivos, ni tendencias, en suma las características de su situación son el didactismo y la disciplina.
- El Maestro Índole: Este tipo de maestro es la “antítesis” del anterior, es decir, no tiene criterio fijo y abandona al niño a su propia espontaneidad, la pereza disfrazada de libertad es la que define a estos maestros.
- El Maestro Ponderado: Este tipo de maestro es el que dosifica la libertad y la autoridad, estableciendo un justo equilibrio entre el imperio de las normas y la iniciativa individual, así como el progreso y la tradición.
- El Maestro Nato: Este maestro se caracteriza por su disposición natural para la docencia y su tacto pedagógico ingenito. Su característica es la vocación en un sentido propio.
De estos Cuatro, decidí según mi experiencia en psicología clínica y educativa, crear otros dos tipos de maestros, que son el tipo de maestro clásico y el tipo de maestro del Futuro que a continuación desarrollare:
- El Clásico Maestro: Que limita estrictamente su actividad al tiempo escolar. No tiene ninguna relación con los padres del alumno, se conecta únicamente a las preocupaciones educativas, lo que le importa antes que nada es “la trasmisión y fiel interpretación de sus conocimientos”, no está de acuerdo con los nuevos métodos, evita la intimidad con los alumnos y se mantiene a distancia con los mismos.
- El Maestro del Futuro: El maestro del futuro seria aquel que tiene una relación con los padres de los chicos a quienes enseñan, acepta el encuentro con los niños fuera de la escuela para optimizar su aprendizaje, este tipo de maestros siempre se preocupan por sus alumnos, practican nuevos métodos y técnicas para optimizar el aprendizaje en niños, es decir que siempre están actualizados, se esfuerza por crear un ambiente agradable en la clase, promueve la estimulación colectiva con un espíritu de cooperación, no es alguien autoritario pero si mantiene en orden el aula, es un niño pero no se despersonaliza (actúa como niño pero no deja de ser adulto).
EL DOCENTE COMO MEDIADOR DE CONFLICTO
La escuela enfrenta muchas situaciones conflictivas que constituyen la principal causa de preocupación para sus miembros, incluidos docentes, estudiantes, personal administrativo y todos los actores que componen una comunidad educativa.
En nuestras aulas nos encontramos con alumnos desmotivados e indisciplinados que responden con agresividad y en ocasiones emplean la violencia física como único modo de respuesta ante una situación para ellos indeseada, alterando así el ambiente educativo y entorpeciendo con su actitud el normal funcionamiento de las actividades académicas.
El problema no distingue edad, sexo, ubicaciones geográficas de residencia y/o de los planteles educativos, nivel educativo de los padres o representantes ni situaciones socio-económicas de las familias a las que pertenecen los estudiantes entre otras variables que se consideran importantes a la hora de intentar explicar este fenómeno. Es por ello que se hace necesario realizar una revisión y análisis de la situación actual del sistema educativo, a fin de generar las políticas educativas que den lugar a los cambios que impone nuestra realidad. En estos momentos la misión académica esta centrada básicamente en el suministro de información, y ha dejado a un lado su misión fundamental, que es la de formas hombres y mujeres con valores definidos en lo moral y ético, donde el papel de cada docente está en conseguir que cada niño y niña de cada grupo pueda encontrar un lugar, un espacio propio, respetando y respetado por los demás, desde donde el pueda realizarse y se le permita controlar sus emociones, habilidades sociales, toma de decisiones y el manejo de las relaciones interpersonales.
Es necesario e indispensable un desempeño adecuado por parte del docente para poner en práctica una educación dinámica en pro del alumno, permitiéndole así desarrollar todos sus potenciales, y convirtiéndolo en una persona innovadora y creativa, capaz de integrarse y transformar la sociedad en que vivimos.
El docente en sus distintos roles, debe prestar mucha atención a los conflictos que afectan su entorno laboral y muy especialmente los que inciden directamente sobre los estudiantes y las actividades del aula. El docente debe ser capaz de identificar los conflictos, analizarlos y plantear posibles soluciones, empleando para ello sus habilidades personales, profesionales, estrategias metodológicas, y técnicas de comunicación que le permitan superar los conflictos y promover a su vez la comprensión del mismo como fuente de aprendizaje que permita evitarlos en el futuro.
El papel del mediador es definido por Touzard (1981) como una tercera parte que interviene en la facilitación de la comunicación y relaciones entre las partes. Desempeña una función activa en las discusiones, haciendo sugerencias o propuestas e incluso formula recomendaciones con vistas a un acuerdo.
De acuerdo a Jares (2001: 160) los objetivos fundamentales del mediador son los siguientes:
- Favorecer y estimular la comunicación entre las partes en conflicto, proceso que suele llevar consigo el control de las interacciones destructivas.
- Promover que ambas partes comprendan el conflicto de forma global, y no solamente desde su perspectiva.
- Ayudar a que ambas partes analicen las causas del conflicto, separando los intereses de los sentimientos.
- Favorecer la conversión de las diferencias en formas creativas de resolución del conflicto.
- Restablecer, siempre que sea posible, las posibles heridas emocionales que pueden existir entre las partes en conflicto.
A su vez Peters (1955) afirma que las tres cualidades principales de un mediador eficaz deben primar:
- Experiencia en la negociación, pues debe ser capaz de comprender rápidamente que es lo que caracteriza a cada caso, y de comprender lo que está subyacente, las fuerzas relativas y las estrategias.
- Objetividad: El mediador tiene que tener suficiente imaginación como para ponerse en el lugar de cada parte.
- Imparcialidad: Para ganarse la confianza de ambas las partes necesita imparcialidad, no mostrar tendencias hacia ninguno de los sujetos.
El profesor al desarrollar el rol mediador, necesita proporcionar un clima emocional positivo y, por lo tanto, el profesor necesita herramientas para manejar una situación tensa de conflicto, como ejemplo las citadas por Peters: saber negociar (contempla la compresión emocional de una situación), objetividad (empatía por parte del profesor) e imparcialidad (muestra de respeto a los implicados en el conflicto). Por ello, comprendemos que los conflictos interpersonales en el aula, son una gran oportunidad para el profesor desarrollar las competencias emocionales de su alumnado, sin embargo es necesario a priori tenerlas.
Tébar Belmonte, (2003) comenta que el perfil del profesor mediador es crucial dentro de la enseñanza. Apunta que la pedagogía de la mediación y el perfil de un profesor mediador, se basa en generar motivación e implica a los estudiantes. Desarrolla habilidades de pensamiento, enseña a aprender, a pensar y forma personas autónomas, capaces de seguir aprendiendo toda la vida. Aspectos preconizados por Feuerstein (1980).
La idea introductoria de los autores citados, parte de una perspectiva cognitivista. En esta línea, el profesor mediador es visto como un individuo que interactúa con su medio y los cambios que surgen en este proceso en el propio mediador. Tébar Belmonte (2003: 18-19) señala los repertorios de cualidades indispensables en el enseñante:
- Competencia pedagógica.
- Madurez y estabilidad emocional
- Conocimiento de la materia que va enseñar
- Comprensión de los procesos del desarrollo del niño
- Preocupación y respeto hacia las personas de los alumnos
- Capacidad de adaptación al equipo docente
- Toma de Consciencia de escuela, situada en su marco social
- Espíritu abierto y dinámico (Freeman,J., 1993:204).
Por otra parte, y con propuesta similar de habilidades principales que han de adquirir los profesores para la mediación de los conflictos (Escámez, García, Sales y Rodríguez, 2001):
- La agrupación, ordenación y definición de problemas;
- La identificación de los puntos de acuerdo o conflicto entre las partes;
- La búsqueda y valoración de alternativas;
- La determinación de posibles soluciones a compartir, a pesar de las diferencias y la generación de un clima de confianza.
Para concluir, en el contexto del aula suceden explosiones de conflictos interpersonales cargados de emociones. Y es aquí, dónde no habiendo un manejo adecuado de las herramientas disponibles, que los problemas emergen, de manera que gestionar una situación conflictiva exige por parte de los profesores el rol mediador. Para ello necesita una buena comunicación, empatía, imparcialidad y el saber manejar la negociación. Mas allá del desarrollo del componente cognitivo del alumnado, el profesor necesita también prestar atención al componente emocional. Así entendemos el conflicto como una oportunidad para desarrollar las competencias emocionales en los alumnos. En este trabajo se pretende profundizar e identificar las competencias emocionales que inciden en el origen del conflicto y como los profesores utilizan el propio conflicto para desarrollar las competencias emocionales del alumno.
Citar este texto en formato APA: _______. (2017). WEBSCOLAR. El perfil de docente del siglo XXI. https://www.webscolar.com/el-perfil-de-docente-del-siglo-xxi. Fecha de consulta: 27 de noviembre de 2024.