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El proyecto de investigación de los Fracasos Escolares

INTRODUCCIÓN

A través del proyecto de investigación los fracasos escolares pretendemos desarrollar en el estudiante un programa que les ayude a salir del estancamiento académico en el que llega por no buscarle un remedio a la indisciplina, el abandono y hasta la deserción escolar.

Fracasamos en las materias muchas veces las principales español, matemáticas, ciencias naturales y ciencias sociales, incluso llegamos al final del año escolar con el cataclismo de estar jorobado académicamente con promedio de 2.9, 2.8, 2.7 y hasta 2.6.

En la mayoría de las casas de piscología educativa vemos que el niño y la niña son los grandulones del recinto escolar (C.E.B.G.); está fuera de la edad normal 13, 14 y 15 años en IIIer y IVto grado sin vergüenza y a veces rápido en el salón y el patio de la escuela durante el recreo y las actividades recreativas demuestra mucho esmero; pero cuando se trata de lectura rápida y silenciosa, ejercicios de práctica de matemática en el tablero físicamente no está su mundo es otro, ha fracasado uno, dos y tres veces el mismo grado, su caso analicen que es caso perdido; muy indisciplinada comprende claramente la importancia del estudio de graduarse de ser un profesional; y eso se consigue pasando el año escolar.

Es el payaso del salón, el goleador y el bravucón, si un niño le levanta la voz o lo golpea, le da una paliza, si hablan de consumir marihuana llega a fumar y a vender en el aula escolar y a consumir.

La situación es clara pare por insistencia o convencerlos a través de un programa educativo para que se incorpore normalmente al estudio y pueda graduarse satisfactoriamente.

 

 

EL FRACASO ESCOLAR

El fracaso escolar, como constelación de conductas en las que no sólo el adolescente está implicado, se convierte en un problema escolar, familiar y social. Esto es algo que evidenciamos al trabajar con los adolescentes y las familias que llegan a nuestro Servicio por dicho problema. Confirmamos, en cada caso, que el fracaso escolar es algo más que suspender asignaturas. Incluye la sensación de estar fallando en un entramado complejo de relaciones entre profesores, alumnos, familia y entorno social.

Se entiende como fracaso escolar cuando un niño tiene problemas de aprovechamiento y/o conducta según sus calificativos y comportamiento, y no obtiene buenos resultados a pesar de estar en su nivel adecuado según edad y capacidad intelectual. Entendiendo este concepto podemos afirmar que se trata de “el problema de las mil causas” como se ha mencionado en algunos debates para dar a entender la dificultad que hay para correlacionar el fracaso escolar con los orígenes de esta dificultad.

Según Álvaro Marchesi, catedrático de la Psicología informativa, define fracaso escolar a aquellos alumnos que al término de la educación obligatoria no se sienten interesados en realizar nuevos aprendizajes o no se sienten capaces para ello. Desde esta perspectiva, el fracaso escolar se correspondería con la mayoría de los alumnos que abandonan la educación sin haber alcanzado el título de la ESO, pero no de todos, y con un porcentaje de alumnos, tal vez reducido, que aun habiendo terminado satisfactoriamente sus estudios obligatorios, abandonan cualquier tipo de actividad formativa meses después.

El fracaso escolar, ofrece una imagen negativa del alumno, lo que afecta a su autoestima y a su confianza para mejorar en el futuro. No creo que sólo el alumno sea responsable de ese fracaso, sino que también lo sería la familia, el sistema educativo y la propia escuela.

Por fracaso escolar se entiende normalmente el hecho de no lograr el título académico mínimo obligatorio de un sistema educativo. Usualmente el fracaso escolar es confundido por el abandono escolar temprano, los cuales no son iguales, ya que se considera fracaso escolar a quienes no obtenían el título de Graduado Escolar.

Las causas del fracaso escolar pueden ser divididas en: externas y particulares.

Existen muchos factores que se involucran en las causas del fracaso escolar, las cuáles se pueden agrupar en tres tipos: las que tienen que ver con el propio estudiante, con el sistema educativo o con factores socioeconómicos ajenos al sistema educativo.

¿Por qué del fracaso escolar?

En la etapa  joven existen  muchas dudas  aún sobre cómo se dirigen la vida  y como se va construyendo el futuro,  y uno de los  elementos  que figuran dentro de esta  edificación es el escolar, que no sólo puede ayudar o afectar al joven en sí mismo, sino que el ámbito escolar repercute en  distintas esferas: en la familiar, en el  núcleo escolar,  incluso en las  actividades sociales.

La disciplina que la escuela al adolescente –joven  es una disciplina de constancia  que se imponen en uno de los momentos donde las inquietudes surgen de forma indeterminada, y en la que muchas veces otras situaciones acaparan el espacio y el tiempo para la empeño escolar. Es por ello que los jóvenes muchas veces se enfrentan al denominado fracaso escolar, que si bien es una responsabilidad  de  mayor porcentaje  en la voluntad del joven,  también es  una responsabilidad social para los  familiares, para los pedagogos y para los especialistas del área académica.

Pero qué es el fracaso  escolar,  cuándo se vive o se  experimenta; porque la sola palabra “fracaso” es muy dura e impactante, tal vez connota a una derrota y en este momento es cuando surgen las ambigüedades que pueden hacer  que los jóvenes se depriman y se sientan rendidos.

El fracaso escolar se ha identificado cuando un adolescente no es capaz de alcanzar  el nivel de rendimiento medio esperado para su edad y nivel pedagógico, es decir, que puede no estar cumpliendo con los requisitos de la tarea escolar, cuando el comportamiento es demasiado inquieto  y descuida las responsabilidades del orden del aprendizaje. Cuando en una etapa determinada no ha desarrollado los elementos de aprendizaje para los cuales ya se le capacitó.  El proceso enseñanza-aprendizaje es uno de los momentos en el que joven debe aprovechar toda esa energía para encaminar su capacidad intelectual al desarrollo del conocimiento; las causas que determinan el denominado fracaso escolar son múltiples, sin embargo las más observadas y estudiadas por los especialistas son dos: los trastornos del aprendizaje y los trastornos emocionales. Los trastornos del aprendizaje se enfatizan en dispositivos como la dislexia, las alteraciones sensoriales, la psicomotricidad,  y enfermedades físicas que pueden constituirse como barreras para tener la concentración necesaria en el desarrollo del aprendizaje.

Los trastornos emocionales se encuentran en la esfera más profunda para desprender el fracaso escolar, puesto que entran las influencias que más proyectan de forma intangible y donde todos los elementos antes  mencionados [familiar, pedagógico, social] se  conjugan para provocar depresiones, angustias, sentimientos de inferioridad, falta de confianza y autoestima, además del conglomerado de adicciones que cada vez se reproducen más.

Entre las que afectan al estudiante son las necesidades especiales, y factores que afectan su motivación; las relacionadas con el profesor están su capacidad para atender a la diversidad o los métodos didácticos que emplean; las que afectan al centro educativo cabe destacar la importancia del clima escolar, así como la autonomía para gestionarse, también se puede plantear problemas económicos y en la administración; y los factores socioeconómicos, tales como el ambiente familiar, trabajo infantil, entre otros.

Ciertas circunstancias transitorias pueden convertirse en la base de un fracaso escolar si no se detectan a tiempo:

  1. Problemas de salud. Una pequeña anemia (detectable con un simple análisis de sangre) puede ser el origen de esa apatía que perjudica a su rendimiento. Una pérdida auditiva o algún defecto en la visión, si no se corrigen a tiempo, les pueden hacer ir cada vez más rezagados. Estemos pendientes y no pasemos por alto las revisiones de su pediatra.
  2. Conflictos emocionales. Las malas rachas personales también pueden perjudicar la marcha de los niños en el colegio. La falta de estabilidad familiar les afecta muchísimo: una época en la que haya más problemas, discusiones o reproches en casa puede hacer que su rendimiento baje. Además, en estos periodos suelen aprovechar peor las clases, ya que tienen la cabeza en otro sitio. Intentemos transmitirles seguridad y, si se pasa por un mal momento en casa, charlemos con ellos para calmar sus preocupaciones.
  3. Problemas relacionales. A veces, no sentirse aceptado por los compañeros o no tener amigos puede hacer que se retraigan académicamente. Por no hablar de los complejos: verse gordo, avergonzarse de llevar unas gafas o rechazar el aparato corrector de los dientes pueden ser detonantes de un bloqueo.

Entre algunas de las medidas preventivas tenemos:

Evitar el fracaso escolar es una tarea apremiante que afecta a padres y educadores, y a la misma sociedad. El objetivo a perseguir no estriba en situar a todos los alumnos al nivel establecido, sino en conseguir que cada individuo desarrolle al máximo sus potencialidades.

La finalidad de las estrategias de aprendizaje y las técnicas de estudio es simplificar y optimizar el aprendizaje. A menudo, el esfuerzo que dedica un alumno al estudio no se corresponde a los resultados obtenidos y el secreto no es estudiar más, sino buscar la actitud adecuada ante el aprendizaje, aprovechar al máximo los recursos y aplicar estrategias que faciliten un aprendizaje más metódico y personalizado.

Si el alumnado no trabaja con unas estrategias o técnicas de estudio adecuadas para él puede ir avanzando en las etapas educativas con dificultad y con problemas para interiorizar los contenidos, a la larga, la falta de estrategias puede dificultar el estudio de una carrera universitaria o ciclo superior de Formación Profesional. Por eso, un buen aprendizaje pasa por tener un buen equipo de habilidades de estudio y saber cuándo usarlas.

Es importante tener en cuenta que las estrategias de aprendizaje no sólo sirven para evitar el fracaso escolar en primaria, secundaria y la educación superior, sino que favorecen una mejor organización en temas laborales, cotidianos y formativos que puede aplicarse a lo largo de toda la vida: cuando las estrategias han sido interiorizadas, la persona puede adaptarlas a cada momento y en relación a los contenidos que quiere aprender.

Las políticas contra el fracaso escolar se pueden clasificar en dos grandes tipos, según se centren más en lo que pasa dentro de la escuela o en lo que pasa fuera. Las políticas centradas en lo que sucede dentro de la escuela buscan mejorar los métodos didácticos, mejorar el asesoramiento a los estudiantes en cuestiones tales como técnicas de estudios o futuro profesional. También tienen en cuenta los recursos que se invierten en la escuela, como ratio alumnos/profesor, clases de refuerzo, mejoras en bibliotecas u otros recursos. Las políticas centradas en lo que pasa fuera de la escuela tienden a hacer más hincapié en aspectos tales como la relación de los padres y madres con el profesorado y con la supervisión que hacen de la educación de sus propios hijos, o la relación entre servicios sociales y problemas en los centros escolares.

Hay varios modelos para potenciar el desarrollo profesional continuo para los profesores: ampliación de los estudios de posgrado, módulos de enseñanza a distancia, cursos breves de diversos tipos, iniciativas basadas en los centros escolares. En los últimos años, una novedad sustancial en Gran Bretaña ha sido el establecimiento de cinco jornadas de capacitación para cada centro escolar, donde la totalidad del personal – sin los alumnos- se reúne con vistas a orientar su desarrollo profesional a situaciones específicas.

La mejora no depende solamente de los profesores, ni de los directores, ni del personal de apoyo de las escuelas. Hay toda una responsabilidad colectiva también: hace falta que todos realicemos un esfuerzo conjunto. Una iniciativa de este tipo es el Programa de escuelas sanas, llevado a cabo conjuntamente por el Ministerio de Educación y Empleo y el Ministerio de Salud. Las autoridades sanitarias y de educación local trabajan juntas para proporcionar servicios a las escuelas, tales como los fondos de salud comunitaria, servicios policiales, sociales y de la juventud (Marchesi y Hernández, 2003).

El programa de Educación compensatoria se encamina a procurar una salida a los alumnos que, ya en 3º, parece difícil que puedan completar el ciclo de formación básica. Existen tres modalidades: compensación externa, en centros y aula de compensación. La compensación en centros consiste en clases de apoyo para alumnos en situación o riesgo de exclusión social y que acumulen un mínimo de dos años de desfase curricular.

La compensación externa es un conjunto de actividades de apoyo escolar, ocio y acompañamiento que llevan a cabo asociaciones o las ONG en horario extraescolar y son financiadas por la Administración educativa. El aula de compensación educativa combina adquisición de conocimientos básicos con el desarrollo de habilidades manuales. Por último, el programa de garantía social representa un año (o dos en algunos casos) de formación netamente vinculado a las demandas del mundo laboral y destinado a proporcionar una cualificación profesional básica, que habilite para ocupar un puesto de ayudante (Navarrete, 2007).

En las últimas décadas, la educación en Panamá ha bajado de calidad, se culpa a los docentes de no utilizar metodologías adecuadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La pregunta que muchos se han formulado es ¿Qué papel juegan los padres de familia en éste proceso?  Son ellos que también deben velar por la educación de sus hijos y no dejarle la tarea a los educadores; esta es una labor conjunta casa-escuela-estudiantes.

Encontramos diferentes factores que contribuyen al fracaso escolar de los estudiantes, entre ellos: factor económico, la falta de comunicación de padres a hijos y la metodología de los docentes.

El problema principal que confrontan los estudiantes de nuestro país, es que no emplean métodos de estudios adecuados al desarrollo y progreso de los avances científicos y tecnológicos que se aplican en el ámbito educativo.  Los fracasos educativos van en aumento y no sabemos cuándo van a disminuir como cifras negativas que perjudican al proceso educativo.  Es por eso que como docentes inculquemos desde edades muy tempranas a la aplicación y uso de métodos y técnicas de estudio que los posteriores, porque esto trae como consecuencia el bajo rendimiento académico, el fracaso escolar, la baja autoestima, la desvalorización personal y de otros además la deserción escolar en todos los niveles.

La enseñanza pública panameña se caracteriza por un alto nivel de fracaso escolar, que pone de relieve que el 70% de los alumnos de enseñanza premedia (primer ciclo) no logra superar el curso.  En el caso de la enseñanza primaria, el fracaso afecta al 40% de los estudiantes, mientras que la enseñanza media (segundo ciclo) es del 30%.

Las asignaturas que más a menudo se les atragantan a los jóvenes estudiantes panameños son el español, las matemáticas, las ciencias sociales, las ciencias naturales, física y química.

La región indígena de Kuna Yala y la provincia del Darién, registraron un 72% de fracasos escolares y la provincia de Bocas del Toro, un 66.8%.  En el capital, el índice de fracasos alcanzó al 30.4% de los estudiantes.

Algunos educadores no han comprendido que fortalecer la autoestima en un niño es lo que va a contribuir a generar hombres del mañana preparados para resolver problemas concretos en la vida y que sean seres triunfadores.

Cambiar el sistema educativo panameño significa ir cambiando paradigmas y, sobre todo, a los educadores “obsoletos” “Tradicionalistas” que no han entendido que estamos en un mundo cambiante con avances constantes en tecnología y que exige mentes flexibles capaces de soportar la tensión reinante en el mundo.

Tendríamos que invertir en nuestra educación para propiciar conductas sanas, para que desarrolle hombres con una moral alta y una identidad definida que puedan dejar un legado cultural a la sociedad y un aporte al engrandecimiento de nuestro país.

 

CAPÍTULO PRIMERO

Proyecto de Investigación del técnico Superior de Psicología Educativa

1.1 Falta de Guía y Orientación a los Estudiantes

El estudiante necesita orientación educativa y vocacional en nuestros días; ya nadie lo discute, y cuando se trata de los adolescentes y de la educación secundaria esa necesidad de orientación es más apremiante.

El hecho de que a nuestra educación media y secundaria les falte diversificación, unido a la circunstancia de que los programas están recargados de material informativo y los planes de estudio de asignaturas y horas obligatorias de trabajo para el estudiante, bastan para hacer indispensables la guía y orientación educativa y vocacional. Por otra parte, no debemos olvidar que es en la adolescencia, al cursar la educación secundaria, cuando el estudiante necesita escoger una profesión y comenzar a prepararse para ella.

La orientación estudiantil debe comenzar desde la escuela primaria, intensificarse al terminar el primer ciclo y continuarse de manera sistemática durante el segundo ciclo. Su finalidad debe ser: ayudar al estudiante a que sea consciente de sus capacidades e intereses, de las diferentes carreras y profesiones que se ofrecen en nuestro país en nivel medio y superior, lo mismo que de las oportunidades ocupacionales que hay en cada una de ellas, para que el estudiante se en-cauce por la que corresponda más a sus capacidades e intereses.

La orientación educativa y vocacional debe acentuarse en el último grado de la primaria, en el último nivel de cada ciclo de educación secundaria, lo mismo que en todos aquellos niveles inmediatamente anteriores al inicio de algún tipo de diversificación, por razones obvias. De igual modo, debe ser orientada en forma tal que provea al estudiante de una serie de recursos que le ayuden a desenvolverse dentro de la línea de su interés con las mayores posibilidades de éxito.

Es justo reconocer que durante los últimos años el Ministerio de Educación ha incorporado los servicios de orientación a cada vez mayor número de escuelas secundarias, más es preciso que se extienda a todas y se les provea de los medios indispensables para su funcionamiento efectivo.

1.2. Falta de Condiciones adecuadas para el Desarrollo de la Labor Docente

Para nadie constituye un secreto que muchas escuelas secundarias funcionan en edificios inadecuados, que no reúnen las condiciones mínimas de comodidad que la labor docente requiere, porque son estrechos, poco ventilados, oscuros, etc. De igual manera, la falta de equipo y materiales de enseñanza afectan negativamente ‘el proceso enseñanza-aprendizaje e influyen en los fracasos.

Que el aprendizaje es más efectivo, profundo y funcional, mientras mayor cantidad de sentidos participan en él constituye una verdad casi axiomática en educación. Más, tenemos que aceptar, con dolor, que en la mayoría de los casos, en nuestras escuelas secundarias los sentidos que intervienen en el aprendizaje, por parte de los estudiantes, son el oído, y la vista algunas veces. El método sigue siendo el expositivo y el alumno debe escuchar, memorizar y repetir, especialmente en las asignaturas académicas que constituyen la mayoría, porque se carece de equipo y material demostrativo para ayudar al desarrollo del trabajo docente, a no ser el tablero y una que otra lámina o carta histórica o geográfica. Un aprendizaje en estas condiciones tiene que ser débil y olvidarse con mayor rapidez.

1.3. Falta de Normas adecuadas para la evaluación de los estudiantes e interpretación equivocada de las que existen

En nuestro concepto la tarea más difícil que tiene qjtoe llevar a cabo el profesor de educación secundaria es la de evaluar a los estudiantes. El acto de evaluar en sí no es fácil y cuando se trata de hacerlo con adolescentes que, por su condición de tales, pasan por un período de inestabilidad emocional, la labor se torna más difícil. Pero si a ello agregamos el hecho de que de esa evaluación depende la promoción o el fracaso del estudiante, lo que, muchas veces, puede significar el encauzamiento de una vida hacia un futuro promisorio o su desviación de ese camino, entonces esa función, para el educador responsable, repetimos, se torna en sumo grado delicada.

Pero es que en la evaluación de los estudiantes de secundaria, organizados en grupos, a veces numerosos, por lo cual el profesor no puede medir su rendimiento todos los días y en todos los aspectos del trabajo llevado a cabo, es muy difícil, si no imposible, evitar la subjetividad.

Conscientes de los problemas y dificultades que presenta el acto de evaluar, los países más avanzados en educación han establecido normas, pautas, bases, para llevarla a cabo, de modo que ella se pueda efectuar de manera menos subjetiva, más justa y el estudiante evaluado sepa que se le ha tomado en cuenta para hacerlo.

En Panamá, la última vez que se establecieron normas para evaluar el rendimiento de los estudiantes de educación secundaria, es decir, para determinar cuando un trabajo del alumno merecía uno (1), dos (2), tres (3), cuatro (4) o cinco (5), fue en 1945, mediante el artículo del Decreto 1172, normas que fueron revisadas, publicadas y transmitidas a todos los profesores, por última vez, en noviembre de 1948 y que nosotros transcribimos a los profesores del Instituto Justo Arosemena en la circular siguiente:

1.4. Dirección y Supervisión del Trabajo Docente

La falta de dirección y supervisión del trabajo docente, es otra causa de los fracasos en la educación secundaria.

Una buena dirección y supervisión puede superar numerosas fallas en los conceptos que los profesores tengan sobre la manera de tratar a los alumnos, la forma como se desenvuelven en sus clases, la manera como confeccionan los instrumentos de medición que usan para evaluar a sus estudiantes, como manejan el programa y planean sus lecciones, en fin, sobre la labor docente que lleva a cabo la escuela.

Muchos directores de los planteles de educación secundaria, por razones que no es del caso analizar, se absorben en las 1abores de carácter administrativo y dedican poco tiempo a las de carácter docente, que son las más importantes y las que justifican la razón de ser su posición. No es común que el director se reúna con sus profesores para conversarles sobre el correcto uso y la interpretación adecuada de las normas de evaluación, para orientarles sobre los principios que informan la labor docente, etc. Por otra parte, la supervisión que lleva a cabo, de manera directa, el Ministerio de Educación, es precaria también por razones que no es del caso analizar.

En nuestro concepto, la supervisión del trabajo docente es muy necesaria, indispensable, en la educación secundaria por razones del tipo de estudiantes que hoy asiste a sus aulas y los grandes problemas que sus condiciones crean, por la gran población (que atiende cada plantel, por las preparaciones tan diversas del personal docente, por la índole del trabajo docente que la educación secundaria lleva a cabo, en fin, porque éste es el nivel educativo más difícil, dificultad que hoy nadie discute.

El hecho de que haya poca supervisión en nuestra educación secundaria ha dado lugar a la gran diversidad de criterios que se aplican en ella en la evaluación de los estudiantes, a tal punto, que a veces da la impresión de anarquía, la que no se corrige con circulares, órdenes u opiniones aisladas, sino con orientación directa, sistemática y, por qué no decirlo, agresiva, que lleve a la mentalidad de todos y cada uno de los profesores la concepción clara sobre el sentido y alcance

    1. Conocimiento de las necesidades de los adolescentes y de los principios y técnicas para tratar con ellos

Es indudable que el profesor de educación secundaria debe conocer, hasta donde ello sea posible, al tipo de estudiante con el cual ha de tratar: el adolescente, que es el alumno que concurre a nuestra escuela secundaria.

Conocer y comprender al niño es relativamente fácil, pero no lo es tanto cuando se trata del adolescente, que está pasando por la transición de la niñez a la juventud. Muchos aspectos de su persona, acciones o apreciaciones de los compañeros o de los amigos, *que el niño o el adulto acogen con relativa naturalidad, constituyen una seria preocupación para los adolescentes, precisamente por la inestabilidad emocional que les caracteriza. Experimenta, por otro lado, el adolescente angustias, deseos y necesidades que no cuentan en la niñez y que ya dejaron de ser problema para el adulto.

La mayoría de esas ansiedades, preocupaciones y necesidades no pueden ser satisfechas por los padres unas veces porque lo consideran “tabú”, otras porque carecen de la preocupación necesaria o del lenguaje adecuado para conversar de ellas con sus hijos con naturalidad y otras, porque no tienen tiempo.

La escuela secundaria, servida por personas preparadas, es el lugar indicado para que en ella encuentren respuesta, explicación adecuada y satisfacción la mayoría de esas angustias, necesidades e interrogantes.

Las necesidades de los adolescentes que asisten a nuestra educación secundaria son muchas, pero el Seminario Interamericano de Educación Secundaria señaló como las principales, que “la escuela secundaria puede y debe ayudar a satisfacer, mediante una adecuada organización de sus actividades”, a las siguientes:

  1. El muchacho y la muchacha necesitan comprender y aceptar la normalidad de los cambios que en ellos se producen. Muchos aspectos de su desarrollo y apariencia física (estatura, peso, caracteres sexuales, proporciones del cuerpo, belleza o fealdad de las facciones, color de la piel, cabello, dentadura, etc.) que la mayoría de los adultos aceptan sin darles importancia, suelen constituir una seria preocupación, a veces obsesiva, para el adolescente, quien, en muchos respectos, ignora los límites de la variación normal o se siente inferior al comportarse con sus compañeros. La escuela puede, a través de las asignaturas de ciencias, educación física, psicología, artes plásticas y de los servicios médicos y de orientación, explicar a los alumnos los cambios físicos de la adolescencia, la normalidad de las variaciones individuales, los hábitos de higiene física y mental y de una sana apreciación de la belleza corporal. Puede* asimismo, facilitar a los alumnos que lo necesitan la obtención de informaciones y certidumbre objetivas con respecto a su desarrollo físico, y ayudar eficaz y oportunamente, con el concurso del hogar, a aquellos jóvenes cuya conducta revele que lo requieren, en la tarea de aceptar y comprender su papel masculino o femenino. El ser hombre o mujer no está determinado sólo por factores biológicos, y no es fácil en nuestras sociedades el destino del joven o de la niña que se desvía de la conducta correspondiente a su sexo.
  2. Si el mantener buenas relaciones con los demás sigue siendo una necesidad para muchos adultos, lo es, en alto grado, para el adolescente. Necesita aprender a convivir con sus compañeros de uno o otro sexo, tratando a la mujer como mujer, al hombre como hombre, con la comprensión, la consideración y la deferencia que ello significa. Necesita aprender a cooperar sin someterse, a dirigir sin dominar, a trabajar con otros subordinándose al fin común. La escuela secundaria es el campo indicado para que el joven aprenda, por la sola presencia de sus compañeros, con o sin la ayuda de sus profesores, a vivir con los demás. La acción deliberada y sistemática de la escuela para facilitar este aprendizaje es de la mayor importancia. Ella puede realizarse favoreciendo el desarrollo de consejos de curso, gobierno estudiantil, grupos teatrales y artísticos, proyectos, clubes, etc., supervigilando adecuadamente las actividades atléticas y deportivas, organizando reuniones en las cuales los alumnos puedan adquirir y ejecutar las habilidades sociales más indispensables, reafirmar su lenguaje, su cortesía y sus modales, y facilitando la adquisición de actitudes y procedimientos democráticos.
  1. El adolescente necesita establecer su autonomía emocional y abandonar la dependencia infantil con respecto de sus padres y otros adultos. Debe desarrollar afecto y comprensión genuinos hacia los miembros de su familia y una actitud, de auténtico respeto y consideración por los adultos, que excluye tanto la sumisión como la rebeldía y que es la señal de la verdadera madurez emocional. Esta es una de las tareas más difíciles, tanto para el joven como para los adultos, porque, en unos y otros, hay actitudes ambivalentes que la complican. La actitud rebelde o sumisa del niño en relación con sus padres y éstos deben estar preparados para comprender muchas conductas y conflictos del joven como proyecciones de su situación familiar. El profesor debe, muchas veces, servir de puente para la emancipación emocional^ proporcionando experiencias afectivas correctoras, siempre que el mismo sea una persona emocional-mente equilibrada y haya enfrentado o superado su propia vanidad para que no lo afecten, como una lesión personal, las reacciones extremadas de los jóvenes.
  1. La presión social, que generalmente coincide con una exigencia del yo, en el sentido de elegir una ocupación y prepararse para ella, es otra de las necesidades del adolescente. Dadas las enormes diferencias individuales en habilidades e intereses y las exigencias sociales cada vez más complejas en el campo ocupacional, la educación secundaria no puede eludir por más tiempo la plena responsabilidad de la orientación educativa y vocacional científica de los jóvenes, que corresponde, en general, a todos los profesores y, en especial a los consejeros u orientadores, y que exige, además, la diversificación del plan de estudios y de los programas y una articulación raciona] entre la escuela secundaria y los demás establecimientos de enseñanza media y superior de carácter vocacional o profesional, incluso la universidad.
  1. El joven necesita igualmente, desarrollar los conceptos y habilidades que aseguren su eficiencia social. Con respecto a este punto, uno de los pocos tradicionalmente reconocidos por nuestra escuela secundaria, el peligro está en ignorar, por una parte, las grandes diferencias individuales en cuanto a interés y capacidad de aprender, y por otra, los cambios que constantemente se producen en los contenidos de la cultura y la necesidad cada vez mayor de que los alumnos adquieran una adecuada comprensión del mundo físico y social necesidad espiritual, ofreciéndole fuentes de información objetiva que le permitan desarrollar su espíritu crítico y formar sus convicciones. A la escuela corresponde también defender con firmeza la conciencia de los jóvenes contra todo intento proselitista o sectario. Si bien es cierto que son los adolescentes mejor dotados los que con más intensidad y provecho emprenden esta afanosa búsqueda, todos los jóvenes pueden ser ayudados a formular críticamente una escala de valores de posibles realizaciones en la vida del individuo y de su grupo, y a desarrollar el propósito consciente de realizarla. Los jóvenes aprenden ideas y adquieren valores, tanto los que efectivamente inspiran su conducta, como los que meramente profesan, de sus lecturas, de los adultos que admiran, de sus maestros, de sus compañeros. Aunque el aprendizaje de los valores es eminentemente incidental y su adquisición escapa en buena parte a las posibilidades de la escuela, las ciencias, la historia, la literatura, el arte, y la filosofía se prestan especialmente para su estudio y análisis objetivo.«La lectura y la discusión bien dirigidas, el ejemplo la orientación de los profesores, pueden, estimular y encauzar su adquisición. Por último, toda la labor educativa, sin excluir los actos y las ceremonias escolares, debe ser organizada sin perder de vista su importancia en la tarea de inculcar valores deseables.

La no satisfacción de estas necesidades puede crear situaciones serias en el adolescente, dado su estado de hipersensibilidad, hacerle perder el interés por la escuela y los estudios y conducir al fracaso. que viven. Consecuencias de esta doble ignorancia han sido la rigidez del plan de estudios, con iguales exigencias para todos, y los programas enciclopédicos, llenos de contenidos muertos o de conceptos ya superados por el desarrollo de la ciencia y desvinculados de las necesidades reales del joven, de su sociedad y de su cultura. Si la escuela respeta las diferencias entre los individuos y proporciona, experiencias reales sobre cuya base los alumnos puedan formar -—no simplemente memorizar— conceptos, estará en condiciones de ayudar a todos los jóvenes a satisfacer esta necesidad importantísima para la transmisión y el enriquecimiento de la cultura.

  1. Una fuerte presión del medio, que la casi totalidad de los jóvenes aceptan e incorporan a sus propios motivos, los impulsa a desear una conducta socialmente responsables, a participar con eficacia en la vida de la comunidad local, nacional e internacional, a integrar los valores sociales en su conducta personal. Se trata de un complejo de lealtades, conceptos, destrezas y actitudes que llamamos civismo, patriotismo, espíritu cívico o social, solidaridad humana, etc., y que es una de las finalidades esenciales de la educación.
  1. En esta etapa, con la relativa independencia emocional de los padres y el interés normal por el otro l sexo, se plantean inicialmente a los jóvenes los problemas del amor, del matrimonio y de la vida familiar. La escuela puede desarrollar actitud sanas y valiosas hacia las relaciones permanentes en la vida de familia, hacia el mutuo respeto, la decencia y la lealtad de las relaciones entre los sexos, y facilitar la adquisición de los conocimientos y habilidades necesarios para el manejo del hogar y la crianza y educación de los hijos. Las clases de educación para el hogar y de puericultura, tradicionalmente reservadas a las niñas, pueden ser adaptadas y diferenciadas de modo que sirvan para los adolescentes de uno y otro sexo. Además, deben completarse con nociones de psicología, desarrollo del niño, problemas de la vida familiar, y con un servicio de orientación personal de los jóvenes.
  1. Finalmente, casi no hay joven que no sienta la imperiosa necesidad de comprender el sentido de su vida y, en general, de la existencia humana, de definir la relación entre hombre y mundo y de armonizar esta concepción del universo con algún conjunto de ideales filosóficos, religiosos o políticos.

 

CAPÍTULO SEGUNDO

Los Fracasos Escolares

  1. Las Escuelas

El papel de las escuelas o los centros de educación básica general en Panamá, es la de enseñar a los niños, en la base fundamental de la educación en nuestro Istmo. Se le brinda los conocimientos necesarios para triunfar en nuestra sociedad.

Trabajamos con niños fracasados según la indican sus problemas de comportamiento.

La educación del niño comienza al nacer y continúa en todo el proceso de crecimiento incide en el jardín de infancia, pre maternal, maternal, pre kínder y kínder (5 años).

Aprende mucho del movimiento de su cuerpo y de su medio ambiente. VE bien su futuro y se crea grandes ilusiones quienes ser bombero, policía nacional, médico, abogado y el más inteligente dice y piensa quiere ser Presidente de la República de Panamá; muy poco niños llegan a la primaria fracasados, ninguno viene predestinados al fracaso.

La mayor parte de los niños tienen identidades de éxito. Sus hogares son diferentes ansiosamente logran con éxito que se le reconozca; con la fe depositada en el Divino Señor Jesús y en el Creador (Dios) esperan conseguir el amor y respeto de sus maestros y compañeros.

Tomando en cuenta a la educación la escuela después del hogar es el mundo que existe principalmente para ellos, en extremos importantes. Si la escuela fracasa en realizar el trabajo de formación y educación del niño entonces el niño fracasa.

Para algunos docentes que trabajan con niños fracasados los primeros años son críticos hay niños que durante su estancia en el recinto escolar han tenido fracaso, ello produce un debilitante en la confianza.

Su motivación será destruida, se identificará con el fracaso.

Convencido de que es incapaz de satisfacer sus necesidades mentales, el uso lógico de sus facultades mentales retorna a unos comportamientos dirigidos por sus emociones.

Los años críticos son los comprendidos entre cinco y diez años; la edad más allá que es difícil corregir el fracaso puede ser superior o inferior a los diez años.

Después de los diez años el menor tiene menores posibilidades de una experiencia didáctica correctiva. El mayor esfuerzo debe realizarse en la escuela primaria.

Los niños descubren que en la escuela tienen que usar el cerebro principalmente para aprender cosas de memoria, más bien que para expresar sus intereses e ideas.

Hay que aprender las cosas de memoria más bien que expresar o resolver cosas de memoria, o resolver en problemas.

Razonar es menos valioso para el éxito que aprender de memoria. El obligado cambio de reflexionar a aprender de memoria llega como un golpe.

2.1. Los Fracasos escolar y la memoria

Pensamiento es el más usado en la escuela.

Matemática, ciencia y gramática. Conduce a la indignación de problemas pensamiento crítico debe ser enseñado en discusiones desde la primaria.

Se les da más importancia a la memoria y no al pensamiento, para cada pregunta hay una respuesta correcta y otra equivocada, no alentar la discusión.

Aprender cosas de memoria da la satisfacción de llegar a una respuesta correcta.

Eso le ocasiona a los niños fracasados, un estado de frustración. Les gusta contestar las preguntas fáciles y simples, pierden el interés sus mentes las abandonan.

El fracaso es doloroso, no aísla más y a convenirnos en prisioneros de nuestros fracasos, el éxito se ve distante y difícil de alcanzar.

2.2. Fracaso escolar, la memoria y las calificaciones

Hay pronunciamiento de que la práctica escolar que más fracaso produce es la calificación es obvio que el niño que obtiene (5) cinco en la nota es excelente y el que lo califican con uno / una está fracasado.

Es obvio que una buena calificación es un estímulo y una alegría. Obviamente las calificaciones es la parte medular de la educación panameña. La calificación sirve para medir el progreso del alumno; y para seleccionar y admitirlo.

Conclusión: la mayoría de los maestros detestan dar notas por que quitan tiempo a la enseñanza, son inexactas y entibian la afectuosa y humana relación entre maestro y estudiante.

La segunda práctica pedagógica, que ayuda a producir una educación mediocre es el examen objetivo. Esos exámenes salvo en raros casos, se pasan habiendo aprendido algunos hechos y repitiéndolos, procesos que elimina la necesidad de pensar, con su énfasis en la respuesta.

La tercera práctica mediocre es la de la curva normal, se usa para justificar la exactitud y objetividad del sistema de calificación.

La curva normal produce el engaño negativo práctica poco extendida pero significativa en los colegios en que la competencia por el éxito académico origina una presión intolerable; los estudiantes se dan uno a otras respuestas equivocadas.

La cuarta práctica negativa educativa, los exámenes a techo cerrado, se basa en la falacia de que el conocimiento recordado es mejor que el conocimiento observado. La mayor parte de los exámenes dependen de la memoria y no se permiten en ellos materiales de consulta.

Otra importancia contribución al fracaso didáctico es la asignación de excesivas y tediosas tareas en casa que con frecuencia no son adecuadas, el resultado una aversión al trabajo. La tarea excesiva perjudica al estudiante inteligente y con capacidad creativa, ya que por hacerlo concienzudamente le queda poco tiempo para otras actividades ejemplo música, el baile, arte, teatro, la ciencia y las labores manuales.

El malo el fracasado no hace tareas. No tiene intereses en actividades creativas. Su hábitat de eludir las tareas de una pérdida total.

2.3. Grupos Heterogéneos

Grupos separados por edades y separadas los aventajados y los retrasados, algunos se sienten fracasados.

La lectura correctiva método usualmente intentado con aquellos que no pueden ser enseñados en el grupo ordinario con frecuencia fracasa.

Los niños que son separados para sujetarlos a la labor correctiva se consideran fracasados por lo que aunque puedan leer frente al maestro correctos no lo hacen con el de su aula. Aunque enseñanza a un grupo mixto es difícil al principio, especialmente cuando se introduce un nuevo concepto, si los niños siguen motivados, hay menos fracasos y los más rápidos para aprender pueden servir para ayudar lo más lentos.

2.4. Prueba objetivas

Sistema de pasa y superior de una razón para las pruebas objetivas.

Pruebas divorciados de la calificación.

La prueba objetiva es una buena manera de comprobar la enseñanza de los hechos y debe estar totalmente divorciada de la calificación, los estudiantes gozan con oportunidad de explicación y defensa, escrito y oralmente.

También un techo cerrado ayuda a emanar juicios, nos ayuda a que aprendan de memoria.

2.5. Preparación de maestros

Los docentes recibiremos una educación basada en la memoria y la calificación.

Debe estar constantemente preparándose e innovándose con base tecno científica

2.6. Juntas en el aula

Hay tres clases de juntas

    1. Para resolver problemas sociales
    2. Juntas temas libres,
    3. Diagnóstico educativo

La primera se ocupa del comportamiento de los estudiantes, las juntas libres se ocupan del comportamiento de los estudiantes, la tercera comprende los conceptos de plan de estudio.

Juntas temas libres

Se discuten problemas que lo induzcan a pensar y que esté relacionada con el plan de estudios de los niños.

Ellos nos permiten tener respuestas categóricas juntas de diagnóstico educativo.

Lo que está estudiando el grupo, pueden ser empleados por el maestro como medio para juzgar si los procedimientos didácticos son correctos.

Ventajas de las juntas del aula

Prometiéndole al niño que en mi salón nadie fracasa el año de estudio, sin rebajar las normas, sin hacer hincapié en las habilidades necesarias para aprender. Debemos medir el progreso para saber dónde necesitan los niños ayuda y dónde deben trabajar más.

Tareas orales y escritas para hacerlos razonar.

Algunos piensan que es injusto no poner baja calificación ya que los más inteligente y rápido nos descojan bien; los seis primeros grados los estudiantes, son aprobados.

Los niños son separados por edades son heterogéneas.

Aprovechamiento académico

Un estudiante que no satisface las normas fijadas por el maestro puede tomar el curso otra vez, no se le señale como fracasado.

 

CAPÍTULO TERCERO

MAGNITUD DEL PROBLEMA DE LOS FRACASOS EN NUESTRA EDUCACIÓN SECUNDARIA

Tal como manifestamos al comienzo de este ensayo, los fracasos en nuestra educación media constituyen un problema digno de atención y en nuestra educación secundaria* la magnitud de este problema se agrava por el hecho de que es precisamente en las asignaturas de carácter académico, que son las que caracterizan a nuestra educación secundaria, donde el porcentaje de fracasos es mayor. Las estadísticas que tenemos a mano revelan que en el año de 1968, de 34,787 estudiantes que cursaron el primer ciclo general y el segundo ciclo de bachillerato oficial (véase cuadro N° 2) 8,345, o sea el 24%, repitieron el año o quedaron aplazados en dos (2) o más asignaturas (véase cuadro N9 3). Si se tiene en cuenta que la promoción es por asignaturas y las disposiciones prohíben que un estudiante curse simultáneamente una asignatura en más de un nivel, entonces tenemos que llegar a la conclusión de que al quedar aplazado en dos (2) o más asignaturas, por lógica, tiene el estudiante que hacer un año más de estudios y para los efectos es como si fracasase el año.

De acuerdo con las estadísticas oficiales el costo promedio por alumno de educación media en 1968 fue de ciento noventa y cinco balboas (B/.195.00) (véase cuadro N9 1); eso indica que la pérdida por motivos de los fracasos en la educación secundaria oficial representó, durante el período lectivo de 1968, la apreciable suma de un millón seiscientos veintisiete mil doscientos setenta y cinco balboas (B/.1,627,-275.00).

Durante el año lectivo de 1969, en que concurrieron a la educación secundaria oficial 37,038 estudiantes, (véase cuadro N9 2), los repetidores o aplazados en dos (2) o más asignaturas alcanzaron a la cifra de 9,437 alumnos (véase cuadro N9 3), o sea el 25% de la población escolar que asistió a la educación secundaria. Si se tiene en cuenta que el costo promedio por alumno de educación media en 1966 fue de ciento noventa balboas (B/.190.00) (véase cuadro N9 1), la pérdida alcanzó a un millón setecientos noventa y tres mil treinta balboas (B/. 1,793,030.00).

Los datos anteriores no incluyen a los estudiantes que abandonaron los estudios secundarios antes de finalizar el año escolar, porque sabían que iban a perderlo, debido a razones de diversa índole, lo que hace aún más grave el problema de los fracasos.

Para un país que está confrontando dificultades en hacerle frente al financiamiento de la educación, porque las necesidades educativas son superiores a los recursos económicos disponibles para resolverlas, como es el caso de Panamá, constituye un contrasentido que no se haya llevado a cabo una acción bien planificada de parte del Estado, con el propósito de corregir esta anomalía que ocasiona el malgasto de tanto dinero, tiempo y energías que, mejor encauzados, pueden rendir grandes beneficios a la nación.

CAUSAS DE LOS FRACASOS

Es indudable que las reprobaciones de nuestros estudiantes de educación secundaria se deben a causas de diversa índole. Muchas veces el mal radica en el propio estudiante; otras, en las condiciones que rodean su vida y su aprendizaje; a veces, en las, normas que se emplean para evaluar su rendimiento escolar; en otras ocasiones, en las condiciones dentro de las cuales se desenvuelve el proceso de enseñanza-aprendizaje, etc.

Es frecuente que al terminar el período escolar salga a la publicidad el problema de los fracasos, los padres de familia generalmente culpan por ellos a la escuela y con ella a los profesores y, otras veces, a las condiciones dentro de las cuales se desenvuelve la labor escolar. Pienso que con estas recriminaciones mutuas no estamos haciendo otra cosa que hacer más difícil el entendimiento que debe existir siempre entre los diversos elementos que intervienen directamente en la educación del adolescente: el hogar, la escuela y la alta dirigencia de la educación.

Si estos tres elementos se sientan un día a conversar sobre el problema de manera efectiva y con el único propósito de encontrarle solución adecuada, es seguro que la magnitud del mismo sería menor. Pero, repetimos, nunca se ha hecho ese intento para resolver este problema que a todos nos afecta y con cuyas no soluciones todas perdemos: el estudiante que, en nuestro concepto, es el más afectado, el educador, el padre de familia y el Estado.

Como lo hemos afirmado anteriormente, las causas de los fracasos son muchas, para los efectos de este ensayo vamos a clasificarlas en tres grupos: en primer lugar, aquellas que corresponden a las condiciones de los estudiantes; en segundo lugar, las que se relacionan más directamente con las facilidades y limitaciones del sistema escolar f, en tercer lugar, las que se refieren a las condiciones del personal docente y directivo de las escuelas secundarias.

OBSERVACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS GRUPOS EN LOS CUADROS ESTADÍSTICOS

  1. En el primer grupo pueden señalarse la preparación previa que traen los alumnos de la educación primaria, su dedicación al estudio, la difícil situación económica por la cual atraviesan algunos hogares y que se proyecta negativamente sobre el estudiante, las condiciones ambientales dentro de las cuales se mueve el adolescente, la capacidad de los estudiantes en relación con lote estudios secundarios. Es indudable que todas las causas señaladas anteriormente influyen de manera negativa sobre los resultados de muchos adolescentes que cursan la educación secundaria y los llevan al fracaso.

El hecho, por ejemplo, de que muchos jóvenes lleguen al primer año de educación secundaria con una capacidad muy limitada en lo que se refiere a la escritura y a la lectura, constituye una dificultad/poderosa para su aprendizaje porque no poseen los elementos fundamentales para poder estudiar y aprender por sí mismos, muy necesarios en este nivel educativo, donde el alumno no es atendido todo el día por un solo maestro sino, que ha de tratar a varios profesores que le ponen gran cantidad de trabajos y asignaciones que debe cumplir valiéndose de su capacidad para aprender por sí mismo.

Cuando los alumnos de las escuelas secundarias carecen de hábitos de estudio o no saben estudiar esto también se proyecta negativamente sobre su rendimiento escolar y lleva al fracaso, porque es indudable que el aprovechamiento de nuestros alumnos de educación secundaria no depende exclusivamente de la explicación de los profesores y de la capacidad del alumno para asimilarlas.

Es necesario que el estudiante dedique en su hogar tiempo a repasar las lecciones y cumplir con las tareas asignadas por sus profesores, como medios para fortalecer el aprendizaje adquirido durante los períodos de asistencia a clases. Si el estudiante sólo se limita a asistir a clases y prestar atención a las explicaciones de sus profesores, mas no estudia en su casa, es seguro que su rendimiento tiene que ser bajo, si no deficiente.

Los problemas económicos que afectan a los hogares de millares de adolescentes que concurren a nuestra escuela secundaria también se proyectan negativamente sobre esos adolescentes; muchas veces la falta de recursos para comprar un libro o los materiales para llevar a cabo un trabajo necesario y a tiempo, son las causas de que el estudiante reciba calificaciones bajas que a la larga lo conduzcan al fracaso.

El adolescente es sumamente sensible y esta característica sufre con mayor intensidad que los adultos los problemas que vive la familia, entonces es fácil comprender por qué muchos adolescentes no pueden estudiar adecuadamente en el hogar o durante las horas de clase, porque un problema familiar lo está afectando y les impide esa concentración tan necesaria para poder entender las explicaciones de los profesores o llevar a cabo, de manera acertada, una tarea cuidadosa de la cual depende una calificación. De igual manera pudiéramos seguir señalando causas de fracasos de los estudiantes que dependen fundamentalmente del mismo estudiante, de su hogar y de su ambiente, sobre las cuales la acción de la escuela es muy limitada, si no nula. En estos casos la escuela puede aconsejar tanto al estudiante como a sus padres, pero de cualquier manera es muy poco lo que puede hacerse porque los factores negativos que conducen al estudiante al posible fracaso están fuera de su dominio.

  1. En el segundo grupo, o sea las facilidades y limitaciones del sistema escolar, incluimos varios aspectos cuyo manejo corresponde a las autoridades educativas y de ellas depende, casi exclusivamente, que continúen constituyendo causales de fracasos de los alumnos o se conviertan en factores estimuladores para la formación de los adolescentes, como en realidad debiera ser.

ESTRUCTURA DEL SISTEMA EDUCATIVO Y DE LA EDUCACIÓN MEDIA

Es indudable que la forma como está estructurado el sistema educativo panameño y, en especial, la educación media, constituye una de las causas de fracasos de los estudiantes que concurren a la educación secundaria.

La falta de diversificación, especialmente en el segundo ciclo, lleva al bachillerato académico a muchos adolescentes que por razones de interés y de capacidad debieran cursar otra modalidad educativa; mas como no existe el tipo de educación que a ellos interesa, pues en algunas escuelas y localidades sólo existe el bachillerato académico, continuación del primer ciclo, se ven compelidos a cursarlos, con las consiguientes dificultades que, en muchos casos, se traducen en fracasos.

El hecho de que no todas las carreras en nivel medio tengan acceso a la universidad entre nosotros, pues muchas de ellas terminan en un “callejón sin salida”, “en una vía muerta”, fuerza a muchos adolescentes hacia el bachillerato académico que si abre todas las puertas universitarias, pero como no media el suficiente interés y, en muchos casos, falta la capacidad para hacer frente a las exigencias del bachillerato, los fracasos no se hacen esperar.

Por otra parte, mientras el niño que llega de la primaria, ha tenido en cada grado un maestro que siempre lo ha tratado como persona, a pesar de que cursaba varias asignaturas, en el primer año de la secundaria se encuentra una situación totalmente distinta que, muchas veces, le desconcierta: se enfrenta, de inmediato, hasta a doce (12) profesores, con distintas maneras de pensar, de ver al estudiante. Y nosotros nos preguntamos: Cuándo se le juzga como individuo, como persona, con sus intereses y modos de actuar propios, que pueden ser distintos a los de sus compañeros? ¿Acaso este cambio no es altamente desfavorable al estudiante e influye sobre los fracasos?

 

Conclusiones

El niño desde temprano hay que inculcarle la necesidad del estudio.

Un niño fracasado tiene baja autoestima, no rinde en el estudio y no memoriza, no realiza las tareas se convierte en una pesada carga para la familia y todos le dicen que es un fracasado.

Lo apartan en el salón, está en la fila de los atrasados y los que hay implementarle una atención especial no lee bien, cancanea, no interpreta bien lo leído ya que no entiende lo que lee, no resuelva los problemas matemáticos, no distinguen la agudas y las graves menos las esdrújulas.

Al realizar los planos de ciencias naturales y estudios sociales no desarrolla memorísticamente la lección fracasa.

El juego y la diversión en el salón es su mayor afición pero cuando lo incluyen en los juegos recreativos en conjunto y las actividades de educación físicas no la entienden y falla y le desagrada en fin es un fracasado en el centro de educación básica.

Los cuadros estadísticos en el anexo nos dicen claramente y los señalamientos de secundaria son claros.

 

Recomendaciones

Hay que desplegar un programa nacional para evitar los fracasos escolares.

Tomar en cuenta, de lleno al alumno y esquemáticamente ejemplo si duerme bien si come bien, si cumples con los requisitos de una buena calidad de vida. (vivienda, salud, etc.) para así reprogramar este problema educativa.

No basta los exámenes de rehabilitación en el verano ni el estudiante todos los veranos tiene el mismo problema.

Hoy que concientizarlo con tal que desde temprano el comprenda la necesidad de una formación educativa. Para ser médico, abogado, empresario, etc. hay que estudiar; de lleno y con responsabilidad.

Si quiere llegar a ser presidente de Panamá tiene que tener una preparación académica.

 

Bibliografía

__________. La Educación Secundaria en América. Cit. Pág. 10 -13

___________.WEBSCOLAR. Cambios que experimentan los adolescentes. http://www.webscolar.com/cambios-que-experimentan-los-adolescentes. Fecha de consulta: 14 de febrero de 2014.

___________.WEBSCOLAR. La incidencia del fracaso escolar. http://www.webscolar.com/la-incidencia-del-fracaso-escolar. Fecha de consulta: 14 de febrero de 2014.

http://carolinaeducacionprimaria.blogspot.com/2013/02/sobre-el-fracaso-escolar.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Fracaso_escolar

http://www.educaweb.com/noticia/2010/01/25/estrategias-aprendizaje-evitar-fracaso-escolar-4054/

http://elfracas.blogspot.com/

http://orientacioneducativa2.blogspot.com/2011/08/el-fracaso-escolar-en-panama.html

 

Anexos

CUADRO N°1

MINISTERIO DE EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE ESTADÍSTICA DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DE PLANEAMIENTO EDUCATIVO

Gastos, Matrícula y costo por alumno de la enseñanza media oficial de la República: Años Escolares 1961 – 1962 a 1969

(Gastos y Costo en Balboas)

AÑO ESCOLAR GASTOS MATRÍCULA COSTO POR ALUMNO
1961 – 1962 3,591,883 24,296 147.84
1962 – 1963 4,539,774 25,967 174.83
1963 – 1964 5,015,149 27,248 184.06
1964 – 1965 5,291,592 29,793 177.61
1965 5,523,614 31,531 175.18
1966 6,009,511 34,765 172.86
1967 7,262,587 37,036 196.10
1968 8,058,101 41,213 195.52
1969 8,582,397 44,981 190.80

CUADRO N°2

ANÁLISIS DE LAS PROMOCIONES EN EL NIVEL OFICIAL SECUNDARIO

Total % Fracaso % Promociones % (Completo) % (Parcial) %
32,866 100 4,346 13 28,520 87 (19,464) 68 (59) (9,056) 32 (28)
Primer Ciclo

Primer año

10,550

32 2,115 20 8,435 80 (5,440) 64 (52) (2,995) 36 (28)
Segundo año

7,615

23 947 12 6,668 88 (4,149) 62 (54) (2,519) 38 (34)
Tercer año

5,975

18 597 12 5,381 90 (3,981) 74 (67) (1,400) 26 (23)
24,140 73 3,659 20,484 (13,570) (6,914)
Segundo Ciclo

Cuarto año

3,656

11 411 11 3,245 89 (2,156) 66 (59) (1,089) 34 (30)
Quinto año

2,877

9 230 8 2,647 92 (1,725) 65 (60) (922) 35 (32)
Sexto año

2,193

7 49 2 2,144 98 (2,013) 94 (92) (131) 6 (6)
8,726 27 690 8,036 (5,894) (2,142)

CUADRO N°3

PROYECCIONES DE MATRÍCULA EN LA ESCUELA SECUNDARIA

1968 – 1981

Escuelas Particulares 1968 – 1969 1969 – 1970 1975 -1976 1980 – 1981
Ingresos de (graduados del 6° grado) 8,111 8,597 10,918 13,865
Matrícula Total 28,667 30,667 38,373 48,733
Escuelas Oficiales
Ingreso de (graduados del 6° grado) 14,191 11,819 16,764 21,089
Matrícula Total 39,662 42,002 57,542 78,832

CUADRO N°4

GASTO POR ALUMNO, POR PROVINCIA

Educación Secundaria, 1968

Provincia Gastos en Instrucción Total
Bocas del Toro 194.10 B/. 201.34
Coclé 220.17 226.47
Colón 168.13 174.30
Chiriquí 170.00 173.66
Darién 353.50 379.31
Herrera 170.47 184.14
Los Santos 212.77 255.55
Panamá 180.70 182.35
Veraguas 219.64 224.74

En 1968 el costo total promedio por alumno en educación secundaria fue de B/.197.32 con excepción de la provincia de Darién equivalente a B/.379.31

CUADRO N°5

REPÚBLICA DE PANAMÁ

DEPARTAMENTO DE ESTADÍSTICA DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DE PLANEAMIENTO EDUCATIVO

Matrícula en la Educación media oficial de la República, por año de estudio

Años Escolares 1961 – 1962 a 1969

Año Escolar Total I II III IV V VI
1961-1962 24,296 7,637 5,500 4,301 2,857 2,241 1,760
1962-1963 25,967 8,759 5,697 4,354 2,973 2,383 1,801
1963-1964 27,248 8,913 6,272 4,620 3,169 2,396 1,878
1964-1965 29,793 9,654 6,872 5,285 3,309 2,676 1,997
1965 31,531 10,059 7,318 5,586 3,724 2,696 2,148
1966 34,765 11,353 8,012 6,270 3,915 2,999 2,216
1967 37,036 11,442 8,987 6,816 4,215 3,270 2,306
1968 41,213 12,966 9,508 7,744 4,747 3,603 2,645
1969 44,981 14,297 10,886 8,723 4,679 3,728 2,668

CUADRO N°6

ALUMNOS PROMOVIDOS (APROBADOS Y APLAZADOS) Y REPETIDORES (NO APROBADOS POR CICLO)

1960-1961 A 1969

Año de estudio 1960-1961 1961-1962 1962-1963 1963-1964 1964-1965 1965 1966 1967 1968 1969
AGRÍCOLA 124 139 137 80 75 92 139 160 170 165
Promovidos 93 120 128 80 69 91 122 133 164 159
(aprobados) 68 80 105 67 45 77 90 99 129 129
(aplazados) 25 40 23 13 24 14 32 34 35 30
Reprobados 31 19 9 0 6 1 17 27 6 6
INDUS. DOM. Y DEL VESTIDO 558 543 546 459 466 515 557 525 599 685
Promovidos 518 531 525 442 440 488 542 467 558 607
(aprobados) 357 430 443 351 314 379 399 319 437 445
(aplazados) 161 101 82 91 126 109 143 148 121 162
Reprobados 40 12 21 17 26 27 15 58 41 78
INDUSTRIAL 946 989 1,156 1,200 1,184 1,056 1,260 1,444 1,511 1,669
Promovidos 838 954 1,057 1,069 1,105 1,103 1,123 1,333 1,415 1,585
(aprobados) 582 712 739 738 822 766 818 902 1,064 1,116
(aplazados) 256 242 318 331 283 237 305 431 451 469
Reprobados 108 35 99 131 79 53 137 111 96 84
NAUTICA 99 88 137 66 87 90 (1) 62
Promovidos 72 59 74 46 81 80 48
(aprobados) 45 47 55 38 75 71 43
(aplazados) 27 12 19 8 6 9 5
Reprobados 27 29 63 20 6 10 14

Aprobados: lo que no tienen ninguna asignatura pendiente al ser promovido

Aplazados: lo que son promovidos 1, 2, y 3 asignaturas deficientes

Reprobados: los deficientes en 4 asignaturas y más

(1) Información incompleta

CUADRO N°7

REPÚBLICA DE PANAMÁ

DEPARTAMENTO DE ESTADÍSTICA DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DE PLANEAMIENTO EDUCATIVO

Matrícula de los tres primeros años en la educación media oficial de la República, por año de estudio

Años Escolares 1961 – 1962 a 1969

Año Escolar Total I II III
1961-1962 17,438 7,637 5,500 4,301
1962-1963 18,810 8,759 5,697 4,354
1963-1964 19,085 8,913 6,272 4,620
1964-1965 21,811 9,654 6,872 5,285
1965 22,963 10,059 7,318 5,586
1966 25,635 11,353 8,012 6,270
1967 27,245 11,442 8,987 6,816
1968 30,218 12,966 9,508 7,744
1969 33,906 14,297 10,886 8,723

CUADRO N°8

ALUMNOS PROMOVIDOS (APROBADOS Y APLAZADOS) Y REPETIDORES (NO APROBADOS), POR PROVINCIA Y AÑOS DE ESTUDIO

AÑO ESCOLAR 1968

Año de estudio Total Bocas del Toro Coclé Colón Chiriquí Darién Herrera Los Santos Panamá Veraguas
IV año 4,702 19 129 673 668 0 209 81 2,421 502
Promovidos 4,432 18 111 615 650 0 201 81 2,265 491
(aprobados) (3,395) (17) (80) (402) (575) 0 (169) (68) (1,678) (406)
(aplazados) (1,037) (1) (31) (213) (75) 0 (32) (13) (587) (85)
Repetidores 270 1 18 58 18 0 8 0 156 11
V año 3,845 10 79 576 568 0 115 68 2,029 400
Promovidos 3,604 10 69 557 546 0 106 68 1,850 398
(aprobados) (2,928) (10) (59) (489) (471) 0 (85) (65) (1,405) (344)
(aplazados) (676) 0 (10) (68) (75) 0 (21) (3) (445) (54)
Repetidores 241 0 10 19 22 0 9 0 179 2
VI año 2,646 0 46 409 427 0 65 55 1,348 296
Promovidos 2,569 0 45 401 418 0 65 55 1,289 296
(aprobados) (2,440) 0 (44) (380) (409) 0 (63) (55) (1,197) (292)
(aplazados) (129) 0 (1) (21) (9) 0 (2) 0 (92) (4)
Repetidores 77 0 1 8 9 0 0 0 59 0

Aprobados: lo que no tienen ninguna asignatura pendiente al ser promovido

Aplazados: lo que son promovidos 1, 2, y 3 asignaturas deficientes

Reprobados: los deficientes en 4 asignaturas y más

CUADRO N°9

MINISTERIO DE EDUCACIÓN

ESTADÍSTICA EDUCACIÓN MEDIA OFICIAL

ALUMNOS PROMOVIDOS (APROBADOS Y APLAZADOS) Y REPETIDORES (NO APROBADOS), POR PROVINCIA Y AÑOS DE ESTUDIO – AÑO ESCOLAR 1968

Año de estudio Total Bocas del Toro Coclé Colón Chiriquí Darién Herrera Los Santos Panamá Veraguas
Total 39,116 268 1,760 4,985 6,048 114 1,510 1,293 20,844 2,294
Promovidos 34,701 231 1,591 4,315 5,440 80 1,379 1,129 18,369 2,167
(aprobados) (25,830) (143) (1,340) (3,087) (4,368) (44) (1,075) (977) (13,183) (554)
(aplazados) (8,871) (88) (251) (1,228) (1,072) (36) (304) (152) (5,186) (1,613)
Repetidores 4,415 37 169 670 608 34 131 164 2,475 127
I año 11,763 105 666 1,480 1,874 52 382 467 6,251 486
Promovidos 9,855 80 572 1,131 1,599 33 338 387 5,292 423
(aprobados) (6,823) (36) (479) (724) (1,165) (21) (276) (327) (3,532) (264)
(aplazados) (3,032) (44) (93) (407) (434) (13) (62) (60) (1,760) (159)
Repetidores 1,908 25 94 349 275 19 44 80 959 63
II año 8,931 75 479 1,036 1,293 36 373 359 4,963 317
Promovidos 7,756 68 458 887 1,098 24 324 291 4,325 281
(aprobados) (5,057) (44) (372) (535) (767) (9) (234) (233) (2,750) (113)
(aplazados) (2,699) (24) (86) (352) (331) (15) (90) (58) (1,575) (168)
Repetidores 1,175 7 21 149 195 12 49 68 638 36
III año 7,229 59 361 811 1,218 26 366 263 3,832 293
Promovidos 6,485 55 336 724 1,129 23 345 247 3,348 278
(aprobados) (5,187) (36) (306) (557) (981) (15) (248) (229) (1,624) (194)
(aplazados) (1,298) (19) (30) (167) (148) (8) (97) (18) (727) (84)
Repetidores 744 4 25 87 89 3 21 16 484 15

Aprobados: lo que no tienen ninguna asignatura pendiente al ser promovido

Aplazados: lo que son promovidos 1, 2, y 3 asignaturas deficientes

Reprobados: los deficientes en 4 asignaturas y más

CUADRO N°10

DEPARTAMENTO DE ESTADÍSTICA DE LA DIRECCIÓN NACIONAL DE PLANEAMIENTO EDUCATIVO

EDUCACIÓN MEDIA OFICIAL

ALUMNOS PROMOVIDOS (APROBADOS Y APLAZADOS) Y REPETIDORES (NO APROBADOS), POR CICLO

DE 1960-1961 A 1969

Año de estudio Total Bocas del Toro Coclé Colón Chiriquí Darién Herrera Los Santos Panamá Veraguas
Total 21,937 22,540 24,270 25,579 28,136 29,937 32,866 35,364 39,116 43,351
Promovidos 19,180 18,821 20,090 22,399 23,251 25,682 28,520 30,972 34,701 38,703
(aprobados) 11,808 12,176 13,033 14,845 14,589 17,514 19,464 21,715 25,830 27,270
(aplazados) 7,372 6,645 7,057 7,554 8,662 8,168 9,056 6,257 8,871 11,433
Repetidores 2,757 3,719 4,180 3,180 4,885 4,255 4,346 4,392 4,415 4,648
PRIMER CICLO 14,949 15,305 16,528 17,580 19,448 20,716 22,800 24,528 26,527 29,447
Promovidos 12,749 12,272 13,183 14,995 15,649 17,224 19,292 20,982 22,811 25,601
(aprobados) 7,407 7,489 8,279 9,562 9,432 11,217 12,688 14,305 16,166 17,441
(aplazados) 5,342 4,783 4,904 5,433 6,217 6,007 6,604 6,677 6,645 8,160
Repetidores 2,200 3,033 3,345 2,585 3,799 3,492 3,508 3,546 3,716 3,846
BACHILLERATO 3,532 3,863 3,738 3,941 4,171 4,506 4,859 5,178 6,785 6,152
Promovidos 3,248 3,339 3,199 3,612 3,440 4,001 4,351 4,636 6,292 5,756
(aprobados) 2,016 2,229 2,032 2,458 2,153 2,767 3,060 3,287 4,985 4,201
(aplazados) 1,232 1,110 1,167 1,157 1,287 1,234 1,291 1,349 1,307 1,555
Repetidores 284 524 539 329 731 508 508 542 493 396
NORMAL 1,904 763 985 1,102 1,320 1,381 1,289 1,268 1,299 1,698
Promovidos 1,050 739 956 1,074 1,256 1,363 1,259 1,258 1,287 1,654
(aprobados) 891 615 779 862 1,001 1,213 1,076 1,125 1,180 1,459
(aplazados) 159 124 177 212 255 150 183 133 107 195
Repetidores 44 24 29 28 64 18 30 10 12 44
COMERCIAL 734 938 1,081 1,129 1,335 1,602 1,875 2,171 1,725 3,473
Promovidos 684 866 970 1,068 1,218 1,466 1,750 2,083 1,681 3,293
(aprobados) 487 621 611 760 767 1,057 1,258 1,607 1,450 2,436
(aplazados) 197 245 359 308 451 409 492 476 231 857

Aprobados: lo que no tienen ninguna asignatura pendiente al ser promovido

Aplazados: lo que son promovidos 1, 2, y 3 asignaturas deficientes

Reprobados: los deficientes en 4 asignaturas y más

Repetidores

50 72 111 61 117 136 125 88 42 180

Citar este texto en formato APA: _______. (2017). WEBSCOLAR. El proyecto de investigación de los Fracasos Escolares. https://www.webscolar.com/el-proyecto-de-investigacion-de-los-fracasos-escolares. Fecha de consulta: 18 de diciembre de 2024.

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