Según nos dice Vayer, el equilibrio es un aspecto de la educación del esquema corporal porque condiciona las actividades de la persona frente al mundo exterior. Levoult lo define diciendo que es la función que segura el mantenimiento y reestablecimiento de la postura en movimiento y en reposo, mediante la distribución del tono muscular. Los elementos fundamentales y necesarios para una correcta elaboración del esquema corporal son: la actividad tónica, el equilibrio y conciencia corporal.
Referirse al equilibrio del ser humano remite a la concepción global de las relaciones ser-mundo. El “equilibrio-postural-humano” es el resultado de distintas integraciones sensorio-perceptivo-motrices que conducen al aprendizaje en general y al aprendizaje propio de la especie humana en particular, y que, a su vez, puede convertirse, si existen fallos, en obstáculo más o menos importante, más o menos significativo, para esos logros.
El sentido del equilibrio o capacidad de orientar correctamente el cuerpo en el espacio, se consigue a través de una ordenada relación entre el esquema corporal y el mundo exterior. El equilibrio es un estado por el cual una persona, puede mantener una actividad o un gesto, quedar inmóvil o lanzar su cuerpo en el espacio, utilizando la gravedad o resistiéndola.
El equilibrio requiere de la integración de dos estructuras complejas:
- El propio cuerpo y su relación espacial.
- Estructura espacial y temporal, que facilita el acceso al mundo de los objetos y las relaciones.
Características orgánicas del equilibrio:
- La musculatura y los órganos sensorio motores son los agentes más destacados en el mantenimiento del equilibrio.
- El equilibrio estático proyecta el centro de gravedad dentro del área delimitada por los contornos externos de los pies.
- El equilibrio dinámico, es el estado mediante el que la persona se mueve y durante este movimiento modifica constantemente su polígono de sustentación.
El equilibrio está vinculado directamente con los siguientes sistemas:
- El sistema laberíntico.
- El sistema de sensaciones placenteras.
- El sistema kinestésico.
- Las sensaciones visuales.
- Los esquemas de actitud.
Factores que intervienen en el equilibrio
- El centro de gravedad: el centro de gravedad de un conjunto de masas es n punto en el que es necesario aplicar la fuerza para equilibrar la suma de las masas de ese conjunto.
- La base de sustentación: es el área que delimita los puntos de apoyo. Podemos adoptar una posición de mayor base (de pie) o de menos base (de puntillas). A mayor base, mayor equilibrio.
- La línea de gravedad: es la proyección del centro de gravedad al suelo. Cuando la línea de gravedad cae dentro de la base de sustentación, implica mayor equilibrio, y cuando cae fuera, mayor desequilibrio. Cuando el centro de gravedad está más alto, hay menor estabilidad.
Factores de los que depende el equilibrio
Físicos:
– Las relaciones antropométricas: los bajos son más equilibrados que los altos.
– La masa corporal: el tipo de constitución.
– La adherencia.
Fisiológicos:
– La vista: cuanta mayor visibilidad tenga, mejor me podré mover.
– Los factores laberínticos: dentro del oído interno, están los factores del equilibrio.
– Los factores kinestésicos: existen unos sensores nerviosos que están mandando continuamente información al cerebro.
– Receptores táctiles: complementan a los anteriores ( a los kinestésicos).
Tipos de equilibrio
– Estático: capacidad de mantener nuestro cuerpo en un lugar o en una posición.
– Dinámico: capacidad de mantener el equilibrio de nuestro cuerpo en movimiento.
– Reequilibrio: capacidad de recuperar el equilibrio después de estar en el aire (saltar).
– Equilibrar objetos: capacidad de manejar o equilibrar objetos o móviles.
Entre los equilibrios mayormente estudiados tenemos a:
Órganos relacionados con el equilibrios: Órganos otolíticos: sáculo y utrículo
Tanto las paredes del sáculo como las del utrículo contienen una pequeña región engrosada llamada mácula. Las máculas son los receptores del equilibrio estático y también contribuyen a ciertos aspectos del equilibrio dinámico. En lo que se refiere al equilibrio estático, proporcionan información sensorial acerca de la posición de la cabeza en el espacio y son esenciales para el mantenimiento de una postura y un equilibrio adecuados. En cuanto al equilibrio dinámico, detectan la aceleración y desaceleración lineal, por ejemplo, las sensaciones que se perciben en un ascensor o en un automóvil cuando están acelerando o deteniéndose.
Las dos máculas son perpendiculares entre sí. Están formadas por dos tipos de células: células ciliadas (receptores) y células de sostén. Las células ciliadas tienen largas extensiones de la membrana celular que forman 70 o más estereocilios (realmente son microvellosidades) y un cinetocilio (cilio convencional) firmemente anclado en su cuerpo basal y que se extiende más allá de las microvellosidades más largas. Dispersas entre las células ciliadas se encuentran las células cilindricas de sostén, que probablemente secretan una capa densa y gelatinosa de glucoproteínas llamada membrana otolítica que se dispone sobre las células ciliadas. Una capa de pesados cristales de carbonato calcico, llamados otolitos (oto = oído; lithos = piedra) u otoconias, se extiende sobre la totalidad de la superficie de la membrana otolítica.
La pesada membrana otolítica asienta sobre la mácula como un disco sobre una bandeja de galletas grasientas. Si se inclina la cabeza hacia delante, la fuerza de la gravedad hace que la membrana otolítica y los otolitos (el disco del ejemplo) se deslicen hacia abajo sobre las células ciliadas en la dirección de la inclinación, con lo que estimulan a las células ciliadas. De la misma forma, si uno está sentando derecho en un coche que bruscamente comienza a rodar hacia delante, la membrana otolítica, debido a la inercia, se desliza hacia atrás y estimula a las células ciliadas. Cuando los otolitos se mueven atraen a la capa gelatinosa que, a su vez, fracciona de los estereocilios y hace que se inclinen. El movimiento de los estereocilios pone en marcha potenciales receptores des-polarizantes o hiperpolarizantes.
Cuando las células ciliadas se despolarizan o se hiperpolarizan liberan neurotransmisores a velocidades mayores o menores. Las células ciliadas establecen sinapsis con las fibras nerviosas sensitivas (aferentes) de la rama vestibular del VIII par craneal (auditivo). Estas neuronas emiten impulsos a un ritmo más rápido o más lento, dependiendo de la cantidad de neurotransmisor presente. Las fibras motoras (eferentes) también establecen sinapsis con las células ciliadas y con las neuronas vestibulares y regulan la sensibilidad tanto de unas como de otras.
Conductos semicirculares membranosos
Los tres conductos semicirculares membranosos, junto con el sáculo y el utrículo, mantienen el equilibrio dinámico. Los conductos forman entre sí ángulos rectos en tres planos: los dos verticales son los conductos semicirculares membranosos anterior y posterior y el horizontal es el conducto semicircular membranoso externo. Esta disposición permite la detección de la aceleración y desaceleración rotatoria. En la ampolla o porción dilatada de cada conducto existe una pequeña elevación llamada cresta. Cada cresta contiene un grupo de células ciliadas (receptores) y células de sostén cubiertas por una masa de material gelatinoso llamada cúpula. Cuando se mueve la cabeza, la endolinfa de los conductos semicirculares membranosos se desplaza sobre los cilios y hace que éstos se inclinen. El movimiento de los cilios estimula a las neuronas sensitivas y los impulsos nerviosos producidos por los potenciales receptores resultantes pasan a lo largo de la rama vestibular del nervio acústico (VIII par).
Vías del equilibrio
La mayoría de las fibras de la rama vestibular del nervio auditivo (VIII par) penetra en el tronco del encéfalo y termina en el complejo nuclear vestibular de la protuberancia. El resto de fibras penetra en el cerebelo a través de los pedúnculos cerebelosos inferiores. Vías bidireccionales conectan los núcleos vestibulares con el cerebelo. Las fibras procedentes de todos los núcleos vestibulares forman los fascículos longitudinales mediales, que se extienden desde el tronco del encéfalo hasta la porción cervical de la médula espinal.
Los fascículos envían impulsos nerviosos a los núcleos de los nervios craneales que controlan los movimientos oculares: motor ocular común (III par), patético (IV par) y motor ocular externo (VI par), y a los núcleos del nervio espinal (XI par), que ayuda a controlar los movimientos de la cabeza y del cuello. Además, fibras procedentes del núcleo ves tibular lateral forman el fascículo vestibuloespinal, que traslada los impulsos a los músculos esqueléticos que regulan el tono muscular en respuesta a los movimientos de la cabeza. Varias vías existentes entre los núcleos vestibulares, el cerebelo y el cerebro hacen posible que el cerebelo desempeñe un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio tanto estático como dinámico El cerebelo está recibiendo continuamente información procedente del utrículo y del sáculo.
Con esta información, el cerebelo monitoriza y establece los ajustes necesarios en las actividades motoras que se originan en la corteza cerebral. En esencia, el cerebelo envía continuos impulsos nerviosos hacia las áreas motoras del cerebro en respuesta a los impulsos que recibe desde el utrículo, el sáculo y los conductos semicirculares membranosos, haciendo que el sistema motor aumente o disminuya les impulsos que envía a determinados músculos esqueléticos para mantener el equilibrio.
Citar este texto en formato APA: _______. (2010). WEBSCOLAR. Equilibrio del Ser Humano. https://www.webscolar.com/equilibrio-del-ser-humano. Fecha de consulta: 18 de noviembre de 2024.