Evidentemente, el psicoanálisis de Freud no puede comprenderse bien sin considerarlo en el cuadro de la historia de las ideas. Observemos ante todo que su creador se hallaba plenamente incluido en la corriente de pensamiento del siglo XIX. La lucha por la existencia era para él un hecho seguro, que asociaba al sentimiento de la vida de Schopen-hauer y a las máximas estoicas de los moralistas.
Muy pronto se hizo materialista y mecanicista, alentado en este camino por su maestro Ernst Brücke, discípulo de Helmholtz. Adoptó el estilo de las ciencias naturales exactas de la época. En su área de estudio, en la psicología, mostró este estilo en su modelo de interpretación; energético, en su aferrarse a la psicología de los elementos, en la insistencia con que señala el rango científico de sus doctrinas, que tan manifiestamente se enraízan en las rígidas construcciones de su tiempo y desembocan en caprichosas especulaciones.
Vernos en esto la causa de la enorme influencia que había de ejercer ulteriormente el psicoanálisis en Norteamérica. Todavía hoy se obtiene a menudo la impresión de que nos hallamos ante enconadas querellas religiosas. Así ocurre, por ejemplo, cuando leemos las cartas de reuniones en las que chocan entre sí diversas tendencias y escuelas que se anatematizan recíprocamente, tratándose de traidores. Este proceso de diferenciación se realiza desde hace tiempo.
Para nuestra temática tiene gran importancia ante todo la evolución de la psicología profunda en la escuela de Viena. Escribe Rudin a este respecto: Un paso más y llegamos a la concepción de que en el fondo de la neurosis hay una absolutización de valores que son meramente relativos, como ha mostrado Caruso convincentemente.
Finalmente, no debe pasarse en silencio la logoterapia de Viktor Frankl, porque es el método que más intensamente toma en consideración la dimensión espiritual del hambre y presenta como factores de neurosis la errónea elaboración o la represión de problemas espirituales. Aunque la evolución de la psicoterapia en cuanto a los métodos y a los objetivos parciales no ha alcanzado en modo alguno un estadio definitivo, puede afirmarse que en el aspecto de la interpretación de las neurosis se ha llegado a posiciones muy esenciales, que deben examinarse.
Con ello se lanzó a la búsqueda de vivencias y mociones instintivas reprimidas forzándolas a pasar al plano de lo consciente. Pero su interés y su técnica se desvían más y más de lo reprimido para volverse hacia el reprimente, a las actitudes de defensa que siguen actuando en las resistencias. El quehacer principal del analista lo constituye el reconocer resistencias, analizarlas a fondo y comprender las condiciones de su génesis y de su estado actual. Psicoanálisis es análisis de resistencias; donde este análisis se logra, lo reprimido se integra por su propio impulso a la vivencia consciente, dice Freud. Como análisis de resistencias, la técnica de Alfred Adler concuerda en parte con el psicoanálisis. Según la teoría de Adler, el comportamiento del paciente está totalmente determinado por la protesta viril contra el (femenino) complejo de inferioridad. En el análisis trata de salir incondicionalmente victorioso y de dominar al analista con la fuerza o con maña. Como se ve, con frecuencia basta elaborar a fondo y con tesón este único motivo entresacado de la plétora de la temática de resistencia, es decir, la porfía contra el padre según el lenguaje de Freud, para llevar a buen término el análisis. La terapéutica psicológica individual es, desde el punto de vista de psicoanálisis, una forma de análisis de resistencias”.
Queda abierto de este modo un amplio campo; todo lo personal adquiere de pronto gran significación. Esta orientación autocrítica en el psicoanálisis ha producido dos principales resultados: una mayor atención a la situación analítica (mayor atención a los fenómenos de la transferencia y la resistencia); un enfoque basado en unas indeclinables premisas filosóficas y una toma de posición. El análisis no es sólo un método de considerar entidades y sucedidos psíquicos, sino que él mismo es una realidad psíquica que tiene una esencia y una existencia, que no sólo examina y describe, sino que debe también ser examinada y descrita. Como tal nueva realidad psíquica, es el análisis un médium o ambiente capaz de poner en una condición de especial claridad y recogimiento a otra entidad psíquica, la peculiaridad del hombre neurótico.
De este modo, a partir del desarrollo inmanente de los métodos psicoterapia, hemos hallado el enlace con la tradición del discernimiento de espíritus y también puentes de unión con otras escuelas (especialmente con la psicología del yo, de A. Adler, y la psicología del nosotros, de Fritz Künkel), así como una profunda interpretación filosófica y teológica del hombre en el curso del psicoanálisis. Ante esta situación de la investigación psíquica en la actualidad, cuando, partiendo de diversas orientaciones, existe una aproximación cada vez mayor a la relación entre el médico y el paciente o entre el guía espiritual y el buscador de consejos, tratando de inquirir su dinámica, interior.
Cuando se habla hoy de reglas definidas sobre la dirección espiritual y el discernimiento de espíritus, se habla de cosas pretéritas (si prescindimos de algunas excepciones). La necesidad de la guía espiritual y de enseñanzas sobre el discernimiento de espíritus se hace sentir hoy con mayor intensidad que en cualquier época pasada, aunque no siempre aparece como una necesidad en el interior de la Iglesia.
La tradición de la psicagogia corresponde al contenido esencial de la cura de almas cristiana. Se hizo rica en experiencia con fuertes movimientos, maduró en las vicisitudes de la historia y quedó fijada en una enseñanza escrita, con indicaciones y preceptos para ayuda de las almas. Su núcleo esencial era el discernimiento de espíritus. Ignacio de Loyola y su obra obtuvieron dé este método una profundización religiosa y una vigilante discriminación.
Citar este texto en formato APA: _______. (2011). WEBSCOLAR. Evolución interna de la psicoterapia. https://www.webscolar.com/evolucion-interna-de-la-psicoterapia. Fecha de consulta: 24 de noviembre de 2024.