La lectura y la escritura son complejos procesos de construcción de sentido, que exige la coordinación de diversas acciones, informaciones, índices o niveles textuales. Son dos complejas actividades cognitivas donde además intervienen la afectividad, las relaciones sociales y culturales de la persona. La enseñanza y el aprendizaje de la lectura están sujetos a las reglas especificas del uso escolar, generalmente a través de la repetición y memorización de un texto realizadas por el alumno. La clave está, entonces en encontrar el método de enseñanza que proporcione los resultados esperados. La escuela pone énfasis en el conocimiento técnico o la mecánica de la lectura, olvidando que esta implica una comunicación entre el lector y el autor por medio del texto, y hace caso omiso de los intereses del niño, al predeterminar los contenidos, los ejercicios y las secuencias.
Con el fin de lograr la aplicación efectiva de una didáctica significativa, el maestro debe ser, además de un excelente comunicador, un patrón lingüístico para sus alumnos, debe tener conocimientos acerca del nivel fonológico de la lengua, y saber aplicar los diferentes procedimientos de la didáctica de la lectoescritura atendiendo a su funcionalidad, todo ello con el fin de desarrollar en sus alumnos las principales habilidades comunicativas: escuchar, hablar, leer y escribir.
Una propuesta para las competencias lingüísticas en la educación primaria es esencial que los niños lean y escriban textos propios de la vida diaria, cartas, cuentos, noticias, artículos, anuncios instructivos, volantes, entre otros textos. De igual forma es necesario que participen en situaciones diversas de comunicación: conversaciones, entrevistas, exposiciones, debates, asambleas, etcétera. Así los niños mejorarán su desempeño en situaciones comunicativas cotidianas: presentarse; dar y solicitar información narrar hechos reales o imaginarios hacer descripciones precisas, expresar sus emociones e ideas y argumentar para convencer o para defender puntos de vista.
El aprendizaje lingüístico implica un proceso de elaboración progresiva de conceptos, destrezas y actitudes, el sujeto va construyendo su propio repertorio lingüístico con ayuda del grupo, a través de los diferentes problemas del habla y escucha. por eso los trabajos con la lengua oral en el aula deben combinar la comunicación espontánea con el trabajo de diferentes tipos de texto. En las escuelas tradicionales la comunicación en un solo sentido, a saber, del maestro hacia el alumno, pero no a la inversa. Esto no solamente engendraba apatía y temor en los alumnos, sino que privaba al alumno de buscar información sobre el modo que lo rodea, los alumnos son pasivos y casi no hablan no tramiten ideas entre compañeros.
Rodríguez anota en las discusiones pedagógicas la enseñanza y el aprendizaje de la lectoescritura que “Han sido tradicionalmente considerados como un proceso psicológico en asunto de percepción e interpretación de símbolos gráficos. Pero es también un proceso que tiene lugar en los contextos sociales y culturales, organizados según sus fines”.
Desde el punto propio de vista el entorno escolar influye de manera notoria en los procesos de aprendizaje, es lo que se ve cada día en el quehacer pedagógico del docente. Para que el ejercicio de actividades complejas, como la lectura y la escritura, pueda realizarse, se requiere de un determinado nivel de maduración previa. Los maestros y maestras tienen observado que aquellos niños y niñas procedentes de hogares donde ha sido favorecido el interés por la lectura y donde se les ha suministrado buena parte de experiencia, al enfrentarse en la escuela con el proceso de la lectura, lo hacen de la manera más eficiente y provechosa que cuando se trata de los niños y niñas pobremente dotados y sobre los cuales se ha ejercido quizá una influencia nula o perjudicial en cuanto a dicho proceso.
Citar este texto en formato APA: _______. (2021). WEBSCOLAR. La didáctica en la lectoescritura. https://www.webscolar.com/la-didactica-en-la-lectoescritura. Fecha de consulta: 3 de diciembre de 2024.