En la educación preescolar, el concepto de evaluación se enmarca en los principios de integralidad y de aprendizaje… y debe constituirse en una experiencia formativa, que acompañe y oriente la formación y el desarrollo integral del sujeto, que aporta al seguimiento de los procesos de aprendizaje con el fin de intervenirlos oportunamente. Según Borjas y Martínez (2011) la evaluación exige observar holísticamente al educando para conocerlo y reconocer en él tanto sus alcances como los obstáculos que limitan su desarrollo… Esto requiere una forma diferente de entender la evaluación.
En la educación preescolar la evaluación tiene tres finalidades principales, estrechamente relacionadas:
- Constatar los aprendizajes de los alumnos y las alumnas –sus logros y las dificultades que manifiestan para alcanzar las competencias señaladas en el conjunto de los campos formativos– como uno de los criterios para diseñar actividades adecuadas a sus características, situación y necesidades de aprendizaje.
- Identificar los factores que influyen o afectan el aprendizaje de los alumnos y las alumnas, incluyendo la práctica docente y las condiciones en que ocurre el trabajo educativo, como base para valorar su pertinencia o su modificación.
- Mejorar –con base en los datos anteriores– la acción educativa de la escuela, la cual incluye el trabajo docente y otros aspectos del proceso escolar.
La evaluación es importante en la educación preescolar para conocer mejor a los niños y las niñas y sus necesidades y para que los que están a cargo de su cuidado y educación puedan reflexionar sobre su quehacer y tomar decisiones informadas que permitan mejorar la calidad de los servicios que se ofrecen.
Por tanto la evaluación no puede ser concebida como una actividad con un fin en si misma, sino más bien como una herramienta para el mejoramiento de la calidad y de los programas; esta consideración adquiere particular importancia en un contexto como el costarricense, donde la cultura de evaluación es casi inexistente, más allá de mecanismos de evaluación de personal que en realidad, por las condiciones en las que se aplican y las condicionantes que implican en materia laboral y salarial, tienen poco efecto concreto en los procesos pedagógicos y educativos que se aplican en las aulas e impactan muy poco el sistema educativo como tal.
Tiene un carácter formativo ya que se realiza de forma continua a través de todo el ciclo escolar, se utiliza prioritariamente la observación para la obtención de los datos ya que ésta es cualitativa. Su importancia radica en que a partir de la evaluación diagnóstica realizada al inicio del ciclo escolar la profesora reúne la información necesaria para guiar, diseñar, coordinar y dar seguimiento al proceso educativo necesario acorde a las necesidades de sus alumnos, tomando como indicadores de evaluación las competencias.
En los niveles de educación primaria, media y superior la evaluación se ha enfocado al manejo de la acumulación de puntos en tareas y ejercicios y a exámenes parciales y finales con el objetivo de obtener una calificación. En cambio a nivel preescolar, no se cuantifica el desarrollo de los niños y niñas, se realiza una evaluación cualitativa, que se ha desvirtuado a un mero requisito administrativo, para algunas educadoras la utilidad de este importante recurso se ha dejado a un lado. Los educadores llevan en la práctica el registro de evaluación en cuadernos de observaciones en los cuales utilizan en gran parte su criterio personal realizando narraciones anecdóticas o haciendo listados de conductas aisladas de sus alumnos, o bien intentando cuantificar el desarrollo de sus pupilos con listados de conductas, habilidades, conocimientos marcándolos con simbologías personales que indican el logro del criterio preestablecidos por ellos mismos o tomando textualmente los propósitos dados por el programa, el único fin es de cumplir el requisito administrativo sin buscar el apoyo real en su tarea educativa en beneficios de los niños y niñas a su cargo.
Asimismo, la NRC (2008), propone que para usar los resultados de la evaluación de los niños apropiadamente, deben cumplirse ciertas condiciones:
- un propósito claramente estipulado para la evaluación.
- señalar porque se escogió una forma particular de evaluación y su / en relación con el propósito.
- una teoría clara que conecte los resultados con la calidad de cuido.
- observación de la calidad de la instrucción que se brinda y qué se requeriría para mejorarla.
- un plan claro de seguimiento para mejorar la calidad del servicio.
- una estrategia para recoger la información requerida con un mínimo de pruebas
- Una preparación apropiada de los evaluadores para minimizar los efectos negativos en las respuestas de los niños.
Al igual que en otros niveles educativos, la evaluación a nivel de la primera infancia puede llevarse a cabo desde varios enfoques, considerando los tradicionales que son:
- Psicométrico: uso de pruebas e instrumentos estandarizados
- Sistémico: que es el modelo que se defiende tomando en cuenta las consideraciones hechas en el aparte anterior.
- Comunicativo/psico-social: que aplica fundamentalmente para promover interacciones positivas entre todos los actores involucrados en la atención y educación de los niños y las niñas menores de seis años, especialmente a partir del uso de los resultados de las evaluaciones.
La evaluación en preescolar exige el uso de múltiples técnicas e instrumentos válidos y confiables, que reflejen con la mayor precisión posible la situación de los niños, centros y programas; desde una perspectiva de complementariedad, y manteniendo en mente en todo momento, el interés superior del niño y las otras obligaciones definidas por ley para la educación preescolar.
Citar este texto en formato APA: _______. (2017). WEBSCOLAR. La Evaluación a nivel Preescolar. https://www.webscolar.com/la-evaluacion-a-nivel-preescolar. Fecha de consulta: 21 de noviembre de 2024.