La música popular es un conjunto de géneros y estilos musicales que, a diferencia de la música folclórica, no se identifican con naciones o etnias específicas. Por su sencillez y corta duración, no suelen requerir de conocimientos musicales muy elevados para ser interpretadas. Se comercializan a través de vías muy concretas y se difunden gracias a los medios de comunicación de masas.
Este tipo de música circula principalmente en forma de impresos (partituras y cancioneros), grabaciones (discos, cintas, películas) y emisiones (radio, televisión, sistemas de megafonía) y por ello es fácilmente reproducible. Al contrario de la música popular, la música folclórica suele difundirse de forma no comercial, es decir, por tradición oral, en tanto que la música clásica generalmente la interpretan músicos profesionales y está sometida a otros criterios de mercado.
Se refiere generalmente como música popular cuando se nombra a aquella que es distintiva de un país, región, idioma, cultura etc. Se le llama también música popular a aquella música de un país o región que “todos” conocen. Es común que se trate de música autóctona de un país de tipo folclórico.
La música popular es la que crea él pueblo, o sea los habitantes de una nación. Por ejemplo: campesinos, trabajadores manuales, obreros industriales, etc., que son los que forman la mayoría de la población.
En las labores cotidianas van acumulándose una serie de ritmos que se traducen en movimiento, cuando los grupos humanos crean sus propias danzan y bailes. Generalmente esas danzas son acompañadas por música instrumental. La inspiración de las canciones populares va surgiendo fuertemente del medio ambiente y del estado anímico de las personas.
En casi todas las culturas hay algún tipo de música con elementos populares que ha servido para el entretenimiento. En la Edad Media los juglares profesionales interpretaban canciones profanas con textos frívolos o galantes, compuestas por los trovadores y los troveros en Francia y por los minnesingers en Alemania. En el siglo XV había una clase alta mercantil en crecimiento que apoyaba a los compositores de música vocal profana a varias voces, como es el caso de la chanson en Francia, el madrigal en Italia, la música para el teatro y la música instrumental, especialmente para laúd y teclado. Incluso la Iglesia aceptó incluir elementos profanos, y en el siglo XVI Martín Lutero adaptó textos religiosos vernáculos a este tipo de melodías. Los compositores católicos ya habían escrito desde el siglo XIV misas basadas en este estilo musical. Las canciones de góspel del siglo XX cumplen todos los requisitos para ser consideradas como música popular. La música se imprimió por primera vez en pequeñas tiradas alrededor de 1500; a partir de entonces, la venta y circulación de música impresa posibilitó una más amplia difusión. Hacia finales del siglo XVIII el mercado comenzó a sustituir a los grandes mecenas, y los músicos consiguieron el apoyo de los aficionados con el aumento de los conciertos públicos.
Entre los temas más comunes destacan las canciones de amor (en la actualidad boleros y baladas), canciones revolucionarias (como algunos corridos), tradicionales en los que se exalta la belleza de nuestras regiones (sones, huapangos, danzas y jarabes); religiosas; (himnos y cantos litúrgicos), canciones cívicas (himnos, marchas y corridos), en los que se narran los actos heroicos de nuestros antepasados; satíricas (canciones rancheras, huapangos, improvisaciones, etc.) y otras más en las que se describen los paisajes.
La canción popular recibe diferentes influencias extranjeras que han encontrado eco en el sentir de cada pueblo, utilizándose únicamente como modelo y conservándose por lo general el espíritu nacional de cada país. Podemos decir que la canción popular es la fiel intérprete del sentir de cada nación; con ella se expresa toda la variedad de emociones que agitan el corazón humano. La canción popular americana ha enriquecido sus ritmos con la influencia musical de la raza negra, ya que su máximo medio de expresión es el rítmico.
La música popular europea surgió con la urbanización e industrialización del siglo XVIII y desarrolló características propias como respuesta a los gustos mayoritarios. De Europa se recibió una doble influencia: la española y la francesa. La primera, trata de cambiar con sus melodías la percepción musical de nuestros antepasados, tanto en lo profano como en lo religioso. En lo profano, por la convivencia obligada en la que escuchaban nuestros indígenas las canciones y la música de los conquistadores. En lo religioso, se trató de imponer desde un principio un nuevo tipo de música religiosa fundada en Europa desde siglos atrás y trasladada a América por los frailes. Esta tuvo una gran difusión ya que los frailes se encargaban de la educación y el cambio de credos entre los naturales.
Por razones prácticas se permitió a los indígenas continuar sus ritos paganos aunque disfrazados con una máscara cristiana. Esta tolerancia hizo posible que persistieran danzas y cantos tradicionales que se practicaban dentro de los templos cristianos, como se observaba hasta el primer tercio de nuestro siglo en el Estado de México (Chalma), Oaxaca, Veracruz y otros Estados de la República Mexicana.
Para asimilar las antiguas tradiciones, entre las que se cuentan los ritos paganos, sobre los principales templos indígenas se construyeron iglesias cristianas. En nuestros días podemos observar un templo y parte de la ciudad azteca debajo de la iglesia de Santiago Tlaltelolco, llamada en la actualidad “Plaza de las Tres Culturas” por haberse reunido en el mismo lugar las arquitecturas precortesiana, colonial y moderna. Los misioneros mostraron gran respeto y admiración por la habilidad de los indígenas para la música y la danza. La influencia francesa no se recibió hasta el siglo XIX, siendo muy breve su duración. Lógicamente, la manifestación musical que predomina en toda la América es la mestiza., ya que es la conjunción de las diferentes influencias recibidas, con la música indígena propia de cada región; por eso fácilmente se identifican las costumbres, los instrumento, la música de todos los países americanos.
Todos los ideales revolucionarios adquieren expresión en las marchas, sones y corridos populares. La producción de música folklórica, es decir, en la que se manifiestan el conjunto de tradiciones, creencias y costumbres de las clases populares, se sigue sosteniendo en un elevado nivel y goza del favor de gran parte del público. En la actualidad, la música popular sigue teniendo la misma importancia que en todos los tiempos. Los medios de difusión como la radio, las grabaciones, el cine y la televisión, han permitido el paso a un nuevo tipo de música popular que surge como un fenómeno socioeconómico y para la cual el adelanto de la tecnología pone a su alcance, como medio de expresión, modernos instrumentos electrónicos, tales como la guitarra y el bajo eléctricos, la caja de ritmos, el solovox, órgano eléctrico, etc.
Estas nuevas expresiones de la música popular han encontrado aceptación fundamentalmente entre la juventud. Se manifiesta en el gran número de conjuntos tanto profesionales como de aficionados, que surgen día a día en todo el mundo.
Citar este texto en formato APA: _______. (2011). WEBSCOLAR. La Música Popular. https://www.webscolar.com/la-musica-popular. Fecha de consulta: 21 de noviembre de 2024.