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La redacción, algunas de sus características para lograr un dominio más eficaz de la escritura

INTRODUCCIÓN

Durante muchos años he los escritores han tratado de obtener una manera fácil y eficaz de una escritura correcta, de obtener las claves mediante las que puede llegarse al fenómeno literario y la emoción estética.

 

En estos apuntes, se desea dar una recopilación del arduo trabajo que consiste la redacción en las publicaciones y algunas de sus características para lograr un dominio más o menos eficaz de la escritura y el manejo del idioma.

 

Después de una desordenada aunque persistente búsqueda, he llegado a unas cuantas conclusiones más o menos evidentes.

 

La primera es que la escritura, sus normas y procedimientos, cambia como todo lo humano; lo que hoy es obligatorio y deseable mañana puede ser objeto de rechazo.

 

La segunda, una obviedad, que el lenguaje es convencional, una cualidad del hecho social y que, si bien un escritor debe trabajar en un marco de libertad, ésta no puede ser tanta que se caiga en el absurdo de volver ininteligible lo escrito, esto es, debe respetarse un número mínimo de reglas que permitan el entendimiento de un sentido y la posibilidad de establecer un puente entre el autor y el lector.

 

La tercera es que la obra literaria contiene tres intenciones fundamentales: la del autor, la de la obra y la del lector; en la medida en que estas intenciones se encuentren en sano equilibrio, es decir, que formen una estructura que abra los caminos hacia todas las significaciones posibles, se facilitará la conversación inteligente entre dos seres humanos que podrán explorar diferentes formas de acceder a la realidad y de expandir su conciencia.

 

Sobra decir que no existen recetas rígidas y permanentes que garanticen la aparición de lo literario en un texto escrito, a lo más que puede aspirarse es al conocimiento y manejo de unas cuantas ideas y normas que puedan servir como herramienta útil durante el proceso de la escritura.

 

En cuanto a los problemas de fondo: sentido, profundidad y cualidad estética, las recetas son absolutamente inútiles, se requiere vivir, leer, comprometerse, leer otra vez, sentir y, sobre todo, ser un crítico despiadado e inmisericorde de sí mismo.

 

LA REDACCIÓN

El Código Escrito

 

Los conocimientos que debe poseer un escritor se pueden clasificar en los siguientes grupos:

 

 

Cualidades Y Características De La Redacción Moderna

 

Las cualidades y características principales de la redacción moderna son las siguientes: La claridad, concisión, sencillez, precisión, adecuación, orden, originalidad, interés, actualidad.

 

El escritor Luis Núñez afirma que la claridad no consiste en decir lo que todos entienden fácilmente, sino en expresarse de tal modo que lo más difícil de comprender resulte accesible. Para él, escribir es una forma especializada de técnica comunicativa, nadie aprende a escribir en forma espontánea, se requiere de un proceso formal de enseñanza y aprendizaje. De alguna manera se identifica como el texto más correcto gramaticalmente al que resulta más claro.

 

Estrategias De Composición

 

  1. Conciencia de los lectores.
  2. Planificar la estructura, la forma y el contenido, cuidando la entrada, el desarrollo y la conclusión.
  3. Releer.
  4. Corregir.
  5. Recursividad, consiste en la capacidad para introducir ideas nuevas y reestructurar el texto si es necesario.
  6. Relectura y corrección

 

El método de un escritor no es otro que el de su sensibilidad, su manera de percibir el mundo. El escritor requiere para cuidar la forma de sus textos de los siguientes libros como herramienta básica: una gramática, un buen diccionario, un diccionario de sinónimos, una ortografía.

 

En lo relativo al cuidado del fondo se requiere un hábito de lectura estable y disciplinado, capacidad de observación y habilidad para interrogar inteligentemente a la realidad.

 

Pasos Para El Análisis De Textos

 

  1. Lectura.
  2. Resumen y reflexión sobre la impresión general.
  3. Relectura.
  4. Análisis de la forma (fonética, ortografía, gramática)
  5. Análisis del fondo a; explicación del sentido o los sentidos (denotación y connotación) b; propuesta (estética, histórica, social, psicológica, etc.).

 

El acto crítico consiste primordialmente en la comparación de dos sistemas: el del texto y el del lector.

Todo acto crítico tiene como objetivo:

 

  1. Comprender la obra, es decir, saber de qué se trata
  2. Determinar su estructura, saber cómo está construida
  3. Valorar, saber por qué nos produce un efecto estético, emotivo, etc.

 

Últimamente se ha cobrado mucha importancia en la crítica hermenéutica que procede de la teoría de la recepción. En ella debe hacerse primero un análisis estructural (forma), después mediante el juego de la comprensión y la explicación se plantean conjeturas o preguntas al texto para llegar a una interpretación. Acto seguido se reflexiona sobre la interpretación para validarla y finalmente se asume la propia reflexión para asimilarla, es decir, apropiarse de la interpretación para producir un cambio en el propio horizonte y expandir la conciencia.

 

Según Harold Bloom, los escritores logran su ingreso al canon por la fuerza estética que se compone de:

 

  1. Dominio del lenguaje metafórico
  2. Originalidad
  3. Poder cognitivo
  4. Sabiduría
  5. Exuberancia en la dicción.

La Retórica

 

Podemos afirmar que la retórica es la primera de las disciplinas que seleccionó al lenguaje como su objeto de estudio.

 

Entre las definiciones más comunes podemos decir que se trata de “la capacidad para discernir los medios para la persuasión” (Aristóteles) o “el arte del bien decir, es decir con conocimiento, habilidad y elegancia” (Cicerón) Los primeros estudiosos de las particularidades del lenguaje y los recursos para lograr la comunicación y el convencimiento fueron los sofistas: Protágoras y Georgias, después Platón y Aristóteles dedicaron buena parte de sus reflexiones al estudio del lenguaje, la poética y el arte de convencer.

 

La retórica está relacionada con el aspecto estilístico durante la utilización del lenguaje y se dedicó a descubrir y describir las formas mediante las que un discurso adquiere cualidades de belleza o convencimiento, a estas formas se les llamó figuras de la retórica y son, entre otras, la metáfora, la metonimia, la paradoja, la hipérbole, la antítesis, la sinestesia.

 

Desde los griegos hasta nuestros días la retórica se define de distintas formas pero en casi todas el componente inevitable es que se refiere a cierta manera de utilizar el lenguaje para obtener  una respuesta determinada del auditorio o del lector, por esta razón la retórica se asocia frecuentemente con la política y especialmente con la demagogia, en la medida en que la finalidad de la retórica es convencer al receptor es un acto de lenguaje pero también de poder.

 

En la redacción moderna calificar un discurso de retórico significa atribuirle cualidades negativas por el uso excesivo de adorno, de arcaísmos, de frases hechas y lugares comunes que pretendiendo embellecer el discurso logran lo contrario. Los críticos actuales sostienen que la finalidad del acto literario es la producción de un efecto estético y del acto comunicativo la producción social de sentido, pero no el de convencer o manipular que sería el fin de la retórica.

 

El Lenguaje Literario

 

  1. El criterio literario es esencialmente intuitivo
  2. El lenguaje literario no debe entenderse como elocuencia, afectación o pedantería
  3. Un escritor puede usar cualquier término, lo esencial es que sepa lo que escribe; debe estar enterado de su oficio y saber que su dicción es la justa, la necesaria.
  4. El lenguaje literario es una especie de metalenguaje que va más allá de la particular matriz idiomática que lo produce.
  5. El lenguaje literario no es algo substancialmente diferente del común, sino el uso extraordinario que se hace del mismo, algo que aspira a ir más allá de la comunicación inmediata y práctica, es algo que quiere trascender y perdurar.
  6. El lenguaje literario es algo más que información. El escritor no sólo comunica, busca compartir sus vivencias.
  7. En el lenguaje literario los silencios cuentan más de lo que suele creerse.
  8. La literatura se ofrece como una forma particular de conocimiento. La poética recurre al lenguaje para producir una forma de conocimiento en la que sujeto y objeto, razón y emoción, realidad y ficción, se funden para dar lugar a una nueva forma de saber y de saberse en el mundo.

 

La Literatura Y El Conocimiento

 

El conocimiento literario no es un conocimiento contenido en los textos, sino que es mediado, es decir, no es una figura ya hecha que haya que buscar, sino que se desarrolla en el proceso de comprensión y puede ser captada de tantas maneras que cualquier cambio de visión de las cosas puede ser incluido.

 

El conocimiento literario no se encuentra en los textos sino que es transmitido a través de ellos, lo que significa que la obra poética no es dicha sino mostrada. Con relación a lo que un texto quiere decir o significa, se pueden distinguir tres categorías:

 

a) la referencia, indicación o alusión a objetos;

b) la comunicación, el decir de contenidos y mensajes;

c) la presentación, exposición de nociones generadoras de sentido.

 

La Ortografía

 

La ortografía es un asunto relativamente fácil que comprende el conocimiento de unas cuantas reglas que deben atenderse. El manejo adecuado de la ortografía favorece la eficiencia de los textos y constituye una herramienta indispensable para lograr una correcta redacción. Los grandes capítulos de la ortografía son:

 

  1. La división silábica. este rubro ofrece algunas dificultades en el uso de los diptongos y triptongos al separar las palabras cuando termina un renglón.
  2. El uso de las mayúsculas. La letra mayúscula tiene indicaciones precisas para su uso, algunas personas escriben textos completos con mayúsculas para evitar así la acentuación, sin darse cuenta que por evitar una falta cometen una mayor.
  3. Los acentos. Existen tres tipos de acento:
    1. normativo, obliga a colocar la tilde en algunas palabras según sean agudas, graves, esdrújulas o sobreesdrújulas;
    2. diacrítico, sirve para distinguir la función gramatical que desempeña una palabra;
    3. enfático, da fuerza a vocablos con sentido interrogativo o exclamativo.

En cuanto a los acentos, la dificultad más común estriba en el diacrítico, ej. mí, pronombre, y mi, adjetivo posesivo; sé, verbo y se, pronombre; más, adverbio de cantidad y mas, conjunción adversativa; sólo, adverbio y solo, adjetivo; éste, pronombre, este, adjetivo.

    1. El uso de las letras b, v, h, y, g, j, c, s, z.
    2. La puntuación. Se debe atender la diferencia entre puntuación gramatical y rítmica, así como la importancia del silencio y su significación dentro del texto y el manejo de los soportes simbólicos como: puntos suspensivos, signos de interrogación y admiración, etc. La puntuación gramatical está dada por el sentido de las frases, que cambia si modificamos la puntuación. La puntuación rítmica no altera el significado de la oración pero facilita o dificulta su lectura.
    3. El uso del adjetivo y el adverbio. Las fallas más comunes son de concordancia o coherencia. Algunos adjetivos son mal usados por desconocimiento de su significado preciso. En el texto literario debe evitarse la sobre adjetivación y el adorno innecesario.
    4. La preposición. Es una partícula que indica la interdependencia entre dos vocablos. El mal uso de la preposición es una de las fallas más comunes en la redacción actual, ej. vaso de agua en vez de vaso con, de acuerdo a en vez de acuerdo con, paso de peatones en vez de paso para peatones.
    5. El verbo. Indica la acción que envuelve al sujeto. Los obstáculos más frecuentes son de concordancia. También es usual el uso excesivo de las conjugaciones compuestas del pretérito y futuro perfecto.

En el discurso político o las jergas técnicas es común transformar algunos vocablos que cumplen otra función gramatical en verbos o intercambiar las funciones gramaticales de algunas palabras: verbos en adjetivos, sustantivos en verbos, etc. a veces se hace con propiedad pero, frecuentemente, se cae en error o en frases francamente incoherentes.

 

    1. El uso del gerundio. Gerundio es la forma verbal invariable del modo infinitivo y denota la idea de un verbo en abstracto sin importar tiempo, género y número. Se le considera también como adverbio verbal por cuanto modifica al verbo indicando modo, condición, motivo o circunstancia. El gerundio se usa correctamente cuando coincide con el verbo o cuando se usa como adverbio. El empleo incorrecto se da cuando su acción no es coincidente o anterior al verbo que lo acompaña (B. Juárez nació en Oaxaca, muriendo en México), cuando se usa como adjetivo (oficio remitiendo el expediente),o como atributo (Es un hombre robusto, alto y gozando de buena salud).
    2. El orden. La oración sintáctica obliga al siguiente orden:
    3. sujeto (s)
    4. tiempo verbal (v)
    5. complemento directo (cd)
    6. complemento indirecto (ci)
    7. complemento circunstancial (cc). ej. “Juanita compra las mejores frutas para su novio durante el verano”. Se puede, desde luego, alterar este orden propositivamente, siempre y cuando se sepa lo que se hace, por qué se hace, y no se introduzca en el texto confusión o fallas de concordancia.
    8. El párrafo. Un párrafo es el conjunto de oraciones que se contienen entre una sangría inicial y el punto y aparte, dentro del texto desarrolla una sola información.
    9. La concordancia. Se refiere que el adjetivo califique o el adverbio modifique al sujeto correcto y no a otros. También el hecho de que en un relato se manejen tiempos verbales concordantes para no introducir confusión.
    10. El orden de la oración. En el curso de la redacción se efectúan operaciones de ordenamiento de las palabras para formar un texto capaz de comunicar, con lógica, un conjunto de acciones o ideas. La escritura es un instrumento del pensamiento por lo que un pensar preciso y ordenado favorece la buena redacción. En el orden lógico las fallas más frecuentes son: la contradicción, la incompatibilidad de predicados, la falta de continuidad, las falacias, la anfibología que consiste en información confusa por combinar palabras de manera descuidada y torpe, o la anástrofe que es una inversión violenta del orden de las palabras en una oración.
    11. Existen nueve clases de palabras: nombre, adjetivo, verbo, artículo, pronombre, adverbio, preposición, conjunción, interjección. Su adecuado manejo en la frase facilita la eficiencia del texto, provocando que el lector entienda lo que el autor quiso decir y no otra cosa. Generalmente la frase más eficiente es aquella que dice lo que pretende con el menor número de palabras (economía), es decir, la que recurre poco o nada al adorno innecesario y al exceso de adjetivación.
    12. En el curso de la redacción se cometen algunos errores que sin ser faltas de ortografía, entorpecen la lectura y producen efectos que afean el discurso.

 

Entre los errores más comunes de este tipo están: la muletilla o repetición de palabras como: este, o sea, verdad. Las rimas internas que se producen por la gran cantidad de palabras terminadas en ción, dad, los infinitivos de los verbos y otras que imprimen sonsonetes en el ritmo de la lectura e indican pobreza de lenguaje. La repetición de términos por no conocer sinónimos adecuados, también da la idea de pobreza de lenguaje.

 

Arcaísmos, es la utilización de términos que han dejado de ser de uso común y que tienen un cierto sabor de cliché como: estro, arrebol, sortilegio. Las frases hechas, son fórmulas que ya se han utilizado mucho en los discursos y la literatura y que han perdido su efectividad para lograr la sorpresa o la revelación, debe hacerse notar que los medios modernos de impresión y difusión del discurso desgastan muy rápidamente el lenguaje, de tal manera que aún oraciones y giros contemporáneos se convierten con prontitud en frases hechas.

 

La corrección ortográfica es imprescindible para que los textos cumplan con la regla de convencionalidad, es decir, el lenguaje nos une con otras personas, nos hace partícipes y vehículos de la comunicación. Si cada quien construyera sus propias reglas gramaticales se produciría un efecto de Babel, todos acabaríamos incomunicados e incapaces de convivir y organizarnos.

 

La buena ortografía no es una exigencia necia de los maestros de español, está determinada por la necesidad de la comunicación y el entendimiento. Es cierto, sin embargo, que algunas reglas pueden considerarse como meramente formales y alterarlas no produce problemas de entendimiento, por ejemplo psicología y sicología, independientemente de la raíz o el origen etimológico de la palabra lo cierto es que comprendemos su significado sea escrita con p o sin p; no es éste el caso de casa y caza en donde la diferencia de una letra produce un importante cambio de significación.

 

Es necesario reiterar aquí que el lenguaje es el instrumento del pensamiento y que nuestros conocimientos y nuestra cultura se traducen en un lenguaje, por lo tanto, en la medida que mejor hablemos y escribamos, en la medida que mejor utilicemos el lenguaje, mejor pensamos y más capaces seremos de percibir, organizar y entender el mundo en el que vivimos.

Finalmente, debo decir que para obtener una corrección gramatical aceptable podemos evitarnos, hasta cierto punto, el cansado y aburrido camino de aprenderse y estudiar los textos de gramática, pletóricos de reglas y de palabras rarísimas como sinécdoque, hipérbaton, pluscuamperfecto, pretérito perfecto, anfibología y otras que parecen sacadas de un oscuro libro de medicina.

 

El mejor camino para lograr esta corrección, según mi experiencia, es el del corrector. Si queremos alcanzar un nivel de gramaticalidad aceptable debemos convertirnos en correctores pertinaces de nuestros propios textos y de los textos de otros, debemos aprender a leer poniendo nuestra atención en los aspectos formales del texto, buscar los errores en los diarios, periódicos, revistas, libros, anuncios y todo texto que caiga en nuestras manos, pero sobre todo, repito, en nuestros propios textos.

 

Los libros de gramática y de ortografía son como los diccionarios, es decir no son para leerse o estudiarse, a menos que nuestra profesión sea la de lingüistas o filólogos, son libros de consulta, recurrimos a ellos constantemente, siempre que sea necesario.

 

La Lectura un complemento importante para la redacción

 

Es indudable que para lograr un mayor dominio del lenguaje y la posibilidad de escribir bien, se requiere de la instalación de un hábito firme de lectura. Leer significa adquirir y ejercer la destreza para descifrar conjuntos de signos, para decodificar las señales, signos y símbolos que se despliegan a nuestro derredor y que nos proporcionan información.

 

Operar sobre la realidad y conocerla sin la utilización de un lenguaje sería poco menos que imposible, viviríamos en un caos, incapaces para entender y distinguir las regularidades, las sucesiones, las causas, los efectos, las propiedades, las características. Estaríamos imposibilitados para manejar la enorme cantidad de datos que nos llegan a través de los sentidos.

 

El lenguaje, o mejor, los distintos lenguajes que utilizamos, son herramientas que nos permiten establecer una mejor relación, más eficaz y eficiente, con la naturaleza, con nuestros semejantes y con nosotros mismos. A partir del lenguaje se crea una visión, una representación del mundo, una cultura que da sentido al acontecer. De este modo, la lectura implica una capacidad para detectar sentidos y significados, para descubrir y develar lo que está oculto, lo que todavía no se ve pero es susceptible de traerse ante nuestra razón y nuestros ojos. Así, leer es un acto casi mágico, nos da la posibilidad de penetrar en lo desconocido mediante la develación, mediante el hecho de hallar el significado del significado del significado, mediante el recurso de dar una voz al silencio. Cada nueva verdad, cada descubrimiento filosófico o científico no es más que el resultado de una nueva manera de leer, el hallazgo de un significado que permanecía escondido. El oráculo, el adivino, el crítico, están ligados por cuanto la base de su oficio es la lectura, su capacidad para detectar sentidos.

Comúnmente pensamos que leer es una forma de relación que sostenemos con el texto escrito, con los impresos y los libros. Sin embargo, la lectura es una acción que llega más allá, transforma la realidad en texto y supone el dominio de la mayor cantidad de lenguajes posible. Así, ver una danza, una pintura o un atardecer, escuchar música o el rumor del follaje, pueden traducirse en actos de lectura de los que extraemos significados y sentidos.

 

Para leer bien debemos conocer la convencionalidad del signo y su gramática, su significación más obvia: la denotación. Pero también es necesario alcanzar otros niveles, desarrollar la capacidad para distinguir significados ocultos: la connotación. Un buen lector podrá descubrir otros universos, formas diferentes de organizar el texto y por lo tanto la realidad.

 

En el caso de la escritura, o de quien pretende utilizar el recurso de la palabra escrita, la lectura obligada es la del texto escrito, sólo así se alcanzará la pericia necesaria para construir textos eficaces, bellos, esclarecedores. Existen muchos métodos para ejercitar la lectura, para mejorar la comprensión y aumentar la velocidad.

 

Cualquier manual de lectura y redacción nos ofrece pistas, pasos, estrategias que pueden hacer más provechosa la lectura, cualquiera es bueno, cada lector acaba por construir su propio método. Lo que me parece un denominador común a todos los sistemas es el de leer con propósito, plantearse una serie de interrogantes en cuanto a forma, estilo y contenido, y después, tratar de hallar las respuestas en el texto.

El Concepto Ideología

 

La palabra ideología es de uso frecuente en la actualidad, sobre todo en el discurso político, sociológico, filosófico y literario. Durante el proceso literario es muy importante atender a los procesos de ideologización y al papel fundamental que juega el lenguaje lo mismo para ocultar que para revelar la realidad.

 

Una discusión sobre el concepto ideología requiere un espacio mucho mayor y una serie de lecturas que abarcan a muchísimos pensadores y filósofos de los siglos XIX y XX. Luis Villoro parte de la aseveración de que “Una situación de dominio requiere de ciertas creencias comunes destinadas a afianzar el orden existente” y más adelante “Tanto en la violencia de los dominadores como en las formas irracionales de las luchas libertarias reconocemos el papel de las ideologías” Por esto Villoro intenta definir el concepto ideología para poder reconocerlo y aclarar su función.

Luis Villoro hace un repaso de los distintos significados del vocablo ideología a lo largo de la historia de las ideas, con la finalidad de introducir un concepto teórico que cumpla los siguientes requisitos:

 

    1. Debe referirse a un fenómeno que no pueda ser designado con otro término en uso.
    2. Debe tener una función explicativa.
    3. Debe tener una función heurística, es decir, debe servir para orientar la investigación.

 

En este camino, Villoro arriba a un a definición de ideología que dice: “Las creencias compartidas por un grupo social son ideológicas si y sólo si:

 

    1. No están suficientemente justificadas, es decir, el conjunto de enunciados que las expresan no se funda en razones objetivamente suficientes. y
    2. Cumplen con la función social de promover el poder político de ese grupo.

Un enunciado (E) se ideologiza cuando su sentido preciso y justificado (a), se substituye por un sentido injustificado (b) que alienta la conservación o el logro de poder. La crítica ideológica consistirá en:

 

    1. señalar la función social que cumple la creencia en E
    2. descubrir la confusión entre los sentidos a y b a la que inducen los usos sociales
    3. restaurar el sentido preciso a, eliminando así la función social de dominio.

 

Dialéctica

 

La dialéctica es el sistema objetivo de leyes que rigen el desarrollo de todo el mundo real. Es un modo de proceder del entendimiento humano. Es un instrumento metodológico eficaz para rendir explicaciones de los procesos reales. La dialéctica nos otorga un método gracias al cual podemos alcanzar un conocimiento certero de los procesos y factores que integran la realidad social.

 

Los Postulados de la dialéctica: 

  1.  Todo lo que existe se halla en movimiento y transformación constantes. El mundo se compone de una cantidad infinita de procesos.
  2.  Todos los procesos están relacionados entre sí. La totalidad dialéctica es el horizonte creado por la interacción de los procesos en su desenvolvimiento propio.

 

Para la correcta aplicación del método dialéctico es necesario tener en cuenta la relación entre el acontecimiento social y la totalidad de condiciones y factores a las que él pertenece.

 

Leyes Para la Correcta Utilización de la Dialéctica son: 

 

 

 

La negación de la negación viene a ser la culminación de un proceso y el comienzo de otro. Síntesis, debe entenderse como el resultado final a que arriba la lucha de los contrarios. En dicha síntesis se encuentran presentes todos los elementos y factores que intervinieron en el proceso.

 

 

 

 

CONCLUSIÓN

 

Los apuntes que acaba de leer no constituyen, obviamente, un estudio riguroso sobre la redacción o el lenguaje, son apenas unas notas dispersas, obtenidas de mi experiencia personal y algunas lecturas. Están llenas de lagunas y omisiones que usted podrá subsanar acudiendo a los diccionarios, libros de gramática y ortografía, así como a los tratados de lingüística o español que ofrecen las librerías y bibliotecas y de los cuales sugiero algunos en la bibliografía anexa.

 

Le repito, y no me cansaría de hacerlo, que la eficacia en el manejo del lenguaje está estrechamente ligada con el pensamiento, con la facultad de razonar y el aumento de la competencia como lector, no sólo del texto escrito sino de cualquier objeto, hecho o fenómeno que sea significante o significativo. Saber hablar y escribir bien es casi un sinónimo de razonar y pensar bien, por lo que conocer y utilizar correctamente el lenguaje no es sólo un asunto de adorno cultural o erudición sino un instrumento necesario para participar con éxito en la producción social de sentido y, por lo mismo, para organizar nuestra vida y la de nuestra comunidad de la manera más adecuada y sana posible.

 

Es por eso que, aparte de  las orientaciones concretas sobre redacción y ortografía, incluí algunos textos sobre las obras de Foucault, Villoro y Ricoeur, así como sobre la dialéctica, pueden ser útiles para entender no la forma sino el fondo de los textos.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

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Lenguaje y conocimiento

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Introducción al estudio de la literatura

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Teoría de la interpretación: discurso y excedente de sentido

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Como la luz tenue: metáfora y saber

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Estudios sobre el discurso (2 tomos)

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La ciencia del texto

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Tomás Segovia

Poética y profética

Editado por: F. C. E. Y Colegio de México, 1985

 

RECOMENDACIÓN

Para la mejoramiento de la redacción recomendamos algunos ejercicios que normalmente solicitan los manuales de redacción. Si se practica con disciplina lo sugerido seguramente notará con rapidez el aumento de su capacidad y eficiencia en el uso del lenguaje escrito.

 

Citar este texto en formato APA: _______. (2012). WEBSCOLAR. La redacción, algunas de sus características para lograr un dominio más eficaz de la escritura. https://www.webscolar.com/la-redaccion-algunas-de-sus-caracteristicas-para-lograr-un-dominio-mas-eficaz-de-la-escritura. Fecha de consulta: 24 de noviembre de 2024.

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