PERSONALIDAD DE SIGMUND FREUD
El inconsciente: según Freud el inconsciente no es una “segunda conciencia”. Es un reservorio de ideas y fantasías que adquieren un funcionamiento distinto al de la conciencia. Esta ideas no son débiles, son muy poderosas y han sido desalojadas de la conciencia debido a que resultarían insoportables para el sujeto, ese esfuerzo de desalojo es la represión. Un inexplicable olvido, un síntoma insistente, una terrible pesadilla son algunos indicadores del inconsciente, también chistes, actos fallidos y pequeños accidentes.
El preconsciente: es un concepto definido por Sigmund Freud para designar un sistema del aparato psíquico intermedio entre los otros dos sistemas (inconsciente y consciente). El conjunto de los tres sistemas conforma su primer modelo topográfico de la psiquis. Con este término, Freud quiso designar un área no consciente del psiquismo humano que debe diferenciase en sentido estricto del sistema inconsciente.
El consciente: es un término utilizado por Sigmund Freud, como adjetivo para calificar un estado psíquico, o bien como sustantivo, para indicar la localización de ciertos procesos constitutivos del funcionamiento del aparato psíquico. En este sentido, el consciente, junto con el preconsciente y el inconsciente es una de las tres instancias de la primera tópica freudiana. Lo consciente designa al conjunto de vivencias de las que el sujeto puede dar cuenta mediante un acto de percepción interna. Es común indicar que para el psicoanálisis lo consciente designa la capa más superficial de la mente poniendo el acento en el valor que tiene el inconsciente en la vida del sujeto, en particular en todo lo relativo a la esfera del sentimiento y la motivación. Pero no hay que olvidar que el psicoanálisis hace descansar en la toma de conciencia del sujeto de los impulsos y deseos reprimidos el fundamento de la terapia psicoanalítica y de la curación misma.
ESTRUCTURA
El ello: es la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, cuyo único propósito es reducir la tensión creada por «pulsiones» primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos más elementales. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, al igual que los sueños. Representa la necesidad básica del ser de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente y sin considerar las consecuencias. La necesidad de obtener comida, la agresividad, así como la búsqueda del sexo, son respuestas del Ello a diferentes situaciones. El Ello, sin embargo, no es sinónimo de inconsciente. Para Freud, la mayor parte del Ello es desconocida e inconsciente. Reservorio primero de la energía psíquica, representa la arena en la que se enfrentan pulsiones de vida (Eros) y de muerte (Thanatos). La necesidad imperiosa de la satisfacción pulsional rige el curso de sus procesos.
El superyó: Según Sigmund Freud, el último componente de nuestra personalidad es el superyó. El superyó incorpora las normas morales y valores de la sociedad en que vivimos. Aprendemos estas normas y valores, especialmente de nuestros padres, pero también de otras personas que nos rodean como amigos, abuelos y maestros. Freud sugirió que el superyó se desarrolla a la edad de 4 – 5 años, durante la etapa fálica del desarrollo psicosexual. El superyó controla los impulsos del ello, especialmente los no aceptadas por la sociedad en que vivimos. Por lo general, los instintos sexuales y agresivos no son aceptados por las personas que nos rodean. El superyó tiene dos partes principales: el ideal del yo y la conciencia moral. El ideal del yo es el retrato imaginario que muestra cómo debemos ser para respectar las reglas de la sociedad en que vivimos. El comportamiento que tratamos de lograr es fuertemente influenciado por nuestros padres y otros autoridades de nuestra vida. Respectando estas normas y reglas, nos sentimos aceptados, y tenemos sentimientos de orgullo y logro. La conciencia moral contiene información acerca de las cosas y el comportamiento inaceptable por nuestros padres o por nuestra sociedad. Comportamientos prohibidos pueden conducir a la pena y el sentimiento de culpa. Por ejemplo, si el yo trata de satisfacer los impulsos agresivos del ello, el superyó hará que la persona se sienta culpable.
El yo: El yo es responsable de la relación con la realidad. Este componente de la personalidad tiene el propósito de asegurarse que los impulsos del ello pueden expresarse de una manera aceptable para la sociedad en que vivimos. El yo desarrolla varios mecanismos de defensa para hacer frente a la ansiedad y las tensiones. El yo es impulsado por el principio de la realidad que trata de satisfacer los impulsos del ello de una manera aceptable. El principio de la realidad compara los costos y los beneficios de una acción y después, decide actuar o abandonar los impulsos respetivos. El yo es el mediador entre los deseos poco realistas del ello y el mundo externo, el mundo real. El yo también busca el placer tal como el ello lo hace. Pero hay una diferencia. El ello busca el placer y no le importa en absoluto las consecuencias. El yo trata de evitar el dolor y busca el placer de una manera realista. Freud hizo una analogía: el ello es el caballo, mientras que el yo es el piloto. El piloto trata de controlar la fuerza superior del caballo. A menudo se utiliza la metáfora del iceberg para explicar la relación entre las tres partes de la psique humana: ello, yo y superyó. Según esta metáfora, el ello representa la mitad de la conciencia y una cuarta parte del preconsciente. La otra cuarta parte se encuentra en el inconsciente.
Citar este texto en formato APA: _______. (2017). WEBSCOLAR. Las diferentes personalidades según Sigmund Freud. https://www.webscolar.com/las-diferentes-personalidades-segun-sigmund-freud. Fecha de consulta: 23 de noviembre de 2024.