Aparecen generalmente entre los 7 y 10 años de edad, y que pueden persistir hasta la vida adulta de no existir una intervención en el área, han sido explicadas tradicionalmente desde un enfoque maduracionista, centrado en los aspectos grafo motrices de la escritura. Los niños que presentan dificultades en su escritura, presentan deficiencias tanto en la calidad del acto de escribir como en el contenido u organización de ideas. Por lo tanto, ambos modelos resultan complementarios a la hora de evaluar e intervenir.
La práctica pedagógica o psicopedagógica nos muestra que habitualmente las dificultades que presentan los niños con disgrafía, no sólo se remiten a un problema de motricidad. Generalmente se asocian también a problemas en el contenido de lo escrito. Esto se explica porque generalmente los trastornos disgráficos se asocian a dificultades en otros procesos cognitivos. Así, algunos autores (Deuel, 1992; Hooper, Hynd y Mattison, 1992; entre otros, señalan que las dificultades de escritura suelen asociarse a dificultades en la lectura, en el lenguaje expresivo y comprensivo, a las discalculias, y a los trastornos emocionales y comportamentales.
La intervención psicopedagógica y pedagógica debe enfatizar en la finalidad comunicativa de la escritura y en particular en el desarrollo de los procesos y estrategias cognitivas que ayuden al niño a mejorar la planificación de lo que escribe, y desarrollar los aspectos sintácticos y semánticos, bases lingüísticas de la escritura. En concreto se trata de apoyar al niño a planificar, elaborar y revisar lo que desea escribir. Para esto, el mediador puede acompañar al niño en la definición de los objetivos de su escritura, en la elaboración o generación verbal de ideas que se escribirán, en la elaboración de frases y revisión de los conectores que se usan para darle coherencia al texto, y en la revisión final de lo escrito.
Sintomatología asociada
Las dificultades para la adquisición de la escritura interactúan con otras alteraciones asociadas o vinculadas, como las siguientes:
- Retraso escolar fundamentalmente en el área del lenguaje, que puede complicarse con fracaso escolar, fobia escolar, rechazo a escribir y sentimientos de baja autoestima.
- Ansiedad elevada ante situaciones de escritura, que a su vez pueden aumentar sus dificultades y errores y en definitivo lo llevan al fracaso.
- Pueden asociarse algunos trastornos conducto (fobia escolar, etc.)
Factores predisponente
Entre los factores etiológicos podemos encontrar de índole psico-ambiental y orgánica. Algunos de los factores que influyen tanto en el origen de estas dificultades como en el mantenimiento o interferencia de una evolución favorable son:
- Trastornos madurativos o neuropsicológicos y visoperceptivo motrices
- Dificultades de concentración o atención
- Proceso de dispedagógicos: aprendizaje precoces y forzados de la escritura
- Escolarización insuficiente.
Características diferenciales
Para encuadrar a un alumno en esta categoría nosotros vamos a comprobar la ausencia de los siguientes factores, cuya presencia nos llevaría a categorización estas dificultades.
Ausencia de problemas sensoriales severos: desordenes intensos de personalidad, psicosis o cuadros autistas.
Criterios:
- Deterioro de la escritura a nivel formal o simbólico
- Rendimiento en las escrituras notablemente menor del nivel dado la escolarización.
Actividades
- Para detectar el problema
- Existen algunas pruebas informales fáciles de aplicar (no tienen que ser aplicada por especialistas exclusivamente). Para darse cuenta si el niño está preparado para iniciar un proceso de aprendizaje de la lecto escritura
Antes de comenzar a pedirle al niño que elabore un texto, es conveniente que se realicen ejercicios previos tendientes a desarrollar habilidades lingüísticas y a familiarizarlo con el proceso, para evitar frustraciones. Algunas tareas que recomienda Vallés (1997), al respecto son:
- “Descripción de personas, lugares, objetos y animales. Esta actividad involucra conocimiento de sinónimos, antónimos adjetivos por lo cual activa las redes léxicas del niño
- “Observación de láminas situacionales y escritura de diálogos entre personajes
- ” Narración de situaciones cotidianas del niño, de historias significativas que impliquen sucesión temporal y ubicación espacial y puesta en papel de ello
- “Construcción de respuestas a preguntas tales como: ¿Qué?, ¿cómo?¿cuando?¿donde?¿para qué?¿con quien?, etc.
- “Lecturas de diferentes tipos de texto y elaboración de notas al margen de los párrafos de sus ideas principales. Identificar cómo el texto responde a las preguntas anteriores.
Para aprender a auto corregir la escritura, se debe llevar al alumno a la toma de conciencia de cómo está escribiendo.
La intervención en los aspectos débiles de la escritura supone una mediación que propicie una actitud estratégica del alumno frente a su producción textual. Esto implica generar instancias en que el alumno aprenda a analizar su propio proceso en función del objetivo que se ha planteado, de esta forma, permitimos que la escritura sea una instancia de transmisión de ideas y sentimientos y no un acto mecánico para automatizar la correcta escritura de palabras, o para mejorar sólo los aspectos formales de este medio de comunicación.
FUENTE: Dificultades en la escritura. El necesario complemento de dos modelos teóricos para su explicación y tratamiento / por: María Pilar Acuña Soto, Psicopedagoga, Lic. En Educación, Postítulo de profesor Especialista en dificultades de aprendizaje PUC. Especialista CERIL. 2006
Citar este texto en formato APA: _______. (2017). WEBSCOLAR. Niños con dificultades en escritura. https://www.webscolar.com/ninos-con-dificultades-en-escritura. Fecha de consulta: 24 de noviembre de 2024.