PABLO DE TARSOS
(10 en Tarso – 65 en Roma Persecución de Neron)
Pablo de Tarso, originalmente Saulo, también llamado San Pablo Apóstol, el Apóstol de los Gentiles y San Pablo de Tarso († 67),Segun Reinaldo Fabris autor del Libro “Pablo el apostol de las Gentes”. Saulo de Tarsos, posteriormente llamado Pablo, proviene de una familia de una familia acomodada de eruditos en Tarsos/Asia menor, la actual Turquía, que estaba bajo el derecho romano. Como miembro de un movimiento religioso judío rígido de los fariseos, tuvo posiblemente, también “ventajosas” relaciones con la corte de Herodes en Jerusalén y también con el séquito de Nerón en Roma. Su conocimiento sobre Jesús provenía especialmente de su tiempo como “encargado de las sectas” de los fariseos, cuando observaba y perseguía a la comunidad originaria. Incluso después de su conversión siempre mantenía una cierta distancia hacia los apóstoles, quienes le podrían haber comunicado muchas cosas sobre el hombre de Nazaret, que Pablo no conocía y que lamentablemente tampoco le interesaba mucho.
Desde el principio Pablo sigue su propio camino lo que prontamente lleva a considerables discrepancias en el cristianismo primitivo. El hombre de Tarsos reclama para si el contacto directo con Dios e invoca a revelaciones propias. Pablo de Tarsos, que la Iglesia considera como columna portadora del cristianismo, es en realidad el que suministrará las bases históricas para demoler toda la estructura que ha sido construida a través de él. Pablo era un hebreo judío nacido en Tarsos de Cilicia (Hch. 21, 39_ 22,3), un fariseo, hijo de fariseos (Hch. 23, 6), que antes de convertirse, a través de una revelación de Jesús ocurrida en el camino a Damasco, era un perseguidor de los cristianos (Hch. 7, 58). Elegido así por Jesús en persona, se convirtió en el mayor divulgador de la moral cristiana por vía de una asistencia que recibía de los contactos que seguidamente tuvo con Jesús durante sus predicaciones a través de un continuo repetirse de revelaciones con relativas caídas. Sin embargo la crítica trata, en parte desde la lógica de los hechos a los que se refieren y en parte de documentos apócrifos, Pablo, resulta ser un fariseo ambicioso que no pudiendo esperar un éxito personal, ni religioso, ni político por aquella ley del Pentateuco que prohibía cargos y reconocimientos a aquellos que tienen un defecto físico.
Que Pablo fuese cojo y tuviese otros defectos físicos que lo volvían deforme nos llega de su apelativo “Saulo”, que en griego significa cojo, y de los Hechos de Santa Tecla (documento apócrifo del II d. C.) que así nos describe la figura física: Pablo de Tarsos era gordo, corto y ancho de espalda. Sus piernas estaban plegadas y sus rodillas se tocaban, andaba con pequeños pasos y su cabeza se había vuelto casi calva.
Tras la muerte de Jesús, hacia el año 33, comienzan a formarse grupos de seguidores de Jesús. Pablo de Tarso fue un activo perseguidor de estas comunidades. En el año 36 se convirtió al cristianismo, que basados en el libro de Hechos de los Apóstoles, fue gracias a una aparición de Cristo, camino de la ciudad de Damasco. Luego de lo cual pide ser bautizado. Comenzó su actividad de evangelización cristiana en Damasco y Arabia. Es perseguido por los judíos y huye a Jerusalén, donde es visto por Bernabé quien lo lleva con Pedro y con Santiago el Hermano del Señor en el año 36. Huye de Jerusalén, escapando de los judíos de habla Griega. Se lo llevan a Cesarea y es enviado a refugiarse en Tarso.
PRIMER VIAJE
(Hechos, xiii, 1-xiv, 27)
En el primer viaje misional, junto con Bernabé y su primo Juan Marcos, parte de Seleucia, puerto de Antioquía hacia la isla de Chipre.
En Pafos, se convierte al cristianismo el procónsul romano Sergio Pablo. Es aquí donde Saulo comienza a ser llamado Pablo (o el mas pequeño). Navegan hacia Perge, en la región de Panfilia. Juan Marcos regresa a Jerusalén. Pablo y Bernabé continúan por el sur de Galacia. Los resultados de este cambio son rápidamente evidentes. Pablo comprende que, al depender Chipre de Siria y Cilicia, la isla entera se convertiría cuando las dos provincias romanas abrazaran la fe de Cristo. Escogió entonces el Asia Menor como campo de su apostolado y se embarcó en Perge de Panfilia, once kilómetros por encima del puerto de Cestro. Fue entonces cuando Juan Marcos, primo de Bernabé, desanimado quizás por los ambiciosos proyectos del apóstol, abandonó la expedición y volvió a Jerusalén, mientras que Pablo y Bernabé trabajaban solos entre las arduas montañas de Pisidia, infestadas de bandidos y atravesaron profundos precipicios. Su destino era la colonia romana de Antioquía, situada a siete días de viaje desde Perge.
Encuentran mala acogida por parte de los judíos, y deciden dirigirse a los paganos. Crean varias comunidades cristianas. Los cristianos procedentes del judaísmo plantean la idea de que estos nuevos cristianos deberían aceptar también las leyes judías, como la circuncisión. Pablo decide plantear la cuestión en Jerusalén a su regreso en el año 49, ante los apóstoles.
Después de completar su circuito, los misioneros volvieron sobre sus pasos para visitar a los nuevos cristianos, ordenaron algunos sacerdotes en cada una de las iglesias fundadas por ellos y al fin volvieron a Perge, donde se detuvieron a predicar de nuevo el Evangelio, mientras que esperaban quizá la oportunidad de embarcar para Atalia, un puerto a dieciocho kilómetros de allá. Al volver a Antioquía de Siria, después de una ausencia que había durado tres años, fueron recibidos con muestras de gozo y de acción de gracias pues que Dios les había abierto las puertas de la fe al mundo de los gentiles.
Esto dio lugar al primer concilio, el Concilio de Jerusalén, del año 50. Triunfó la postura de Pablo, sobre no imponer rituales judíos a los conversos gentiles.
SEGUNDO VIAJE
(Hechos, xv, 36-xviii, 22)
En el segundo viaje misionero, Pablo se hace acompañar por Silas. Parten de Antioquia, por tierra, hacia Siria y Cilicia, llegando al sur de Galacia. En Listra, se les une Timoteo. Atraviesan las regiones de Frigia y Misia. Al parecer, se les une Lucas el Evangelista en Tróade.
Pablo continuó a utilizar sobre suelo europeo los métodos de predicación que había utilizado desde el principio. Hasta donde fue posible, concentró sus esfuerzos en metrópolis desde las que la fe se extendería hacia ciudades de segundo rango y, finalmente a las áreas rurales. Allí donde encontraba una sinagoga, empezaba por predicar en ella a los judíos y prosélitos que estaban de acuerdo en escucharle. Cuando la ruptura con los judíos era irreparable, lo que ocurría más pronto o más tarde, fundaba una nueva iglesia con sus neófitos en tanto que núcleo. Permanecía entonces en la misma ciudad a no ser que una persecución se declarase, normalmente a causa de las intrigas de los judíos. Existían, sin embargo, algunas variantes del plan.
Decide ir a Europa, y en Macedonia funda la primera comunidad cristiana europea: la comunidad de Filipos. También en Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto. Se queda durante año y medio en Corinto, acogido por Aquila y Priscila, matrimonio judeo-cristiano que había sido expulsado de Roma debido al edicto del emperador Claudio.
En invierno del año 51 escribe la primera carta a los tesalonicenses, el documento más antiguo del Nuevo Testamento. Finalmente, decidió irse a Jerusalén de acuerdo con un voto hecho quizá en un momento de peligro. Desde Jerusalén, de acuerdo con su costumbre, volvió a Antioquía. Las dos epístolas a los tesalonicenses se escribieron durante los primeros meses de la estadía en Corinto.
TERCER VIAJE
(Hechos, xviii, 23-xxi, 26)
En primavera del año 54 inicia su tercer viaje misionero. El destino del tercer viaje de Pablo fue evidentemente Efeso, donde Aquila y Priscila lo esperaban. El había prometido a los efesios volver a evangelizarlos si tal era la voluntad de Dios y el Espíritu Santo no se opuso más a su entrada en Asia Así es que, después de una breve visita a Antioquía se fue a través de Galacia y de Frigia. y pasando a través de las regiones del “Asia Central” llegó hasta Efeso. Permanece allí unos tres años. Le llegan noticias de los conflictos surgidos en la comunidad de Corinto.
Para ganarse la vida y no ser una carga para los fieles, tejió todos los días durante muchas horas muchas tiendas, lo que no le impidió el predicar el Evangelio. Como de costumbre, empezó en la sinagoga donde tuvo éxito durante los primeros meses. Después enseñó diariamente en un aula puesta a su disposición por un cierto Tirano “desde la hora quinta a la décima” (de las once de la mañana a las cuatro de la tarde) de acuerdo con la interesante tradición del “Codex Bezaar” (Hechos, xix,9). Así vivió por dos años de tal forma que todos los habitantes de Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra de Dios. Escribe la primera carta a los corintios en el año 54 y la segunda carta a los corintios a finales del 57. Atendiendo a los conflictos con los judeo-cristianos, escribe las cartas a los filipenses y a los gálatas. Va a Corinto a finales del 57, donde pasa el invierno. Escribe la carta a los romanos, en la primavera del 58. Vuelve entonces a Jerusalén para entregar la colecta de las comunidades cristianas procedentes del paganismo, destinada a los pobres de las comunidades de Jerusalén.
Muchos discípulos, divididos en dos grupos, lo acompañaron o lo esperaron en Tróade. Entre otros, se encontraban Sopater de Berea, Aristarco y Segundo of Tesalónica, Gayo de Derbe, Timoteo, Tichico y Trófimo de Asia, y finalmente Lucas, el historiador de los Hechos, que nos da todos los detalles del viaje: Filipo, Tróade, Aso, Mitilene, Jíos, Samos, Mileto, Cos, Rodas, Pátara, Tiro, Tolemaida, Cesárea y Jerusalén. Podríamos citar aún tres hechos notables: en Tróade Pablo resucitó al joven Eutiquio que se había caído de la ventana de un tercer piso mientras que Pablo predicaba tarde por la noche. En Mileto pronunció un discurso emotivo que arrancó las lágrimas a los ancianos de Efeso. En Cesárea el Espíritu Santo predijo por la boca de Agabo que sería arrestado, lo que no le disuadió de ir a Jerusalén. Cuatro de las más grandes epístolas de San Pablo fueron escritas durante esta tercera misión: la primera a los corintios desde Efeso, alrededor de la Pascua antes de su salida de la ciudad; la segunda a los corintios desde Macedonia durante el verano o el otoño del mismo año; a los romanos desde Corinto en la primavera siguiente; la fecha de la epístola a los gálatas es objeto de controversia.
ESCRITOS DE PABLO
Se atribuyen a Pablo catorce cartas o epístolas, llamadas comúnmente “las Cartas Paulinas”, a saber. Pablo de Tarso escribiendo sus cartas, obra del siglo XVII
- A los Romanos
- Primera a los Corintios
- Segunda a los Corintios
- A los Gálatas
- A los Efesios
- A los Filipenses
- A los Colosenses
- Primera a los Tesalonicenses
- Segunda a los Tesalonisenses
- Primera a Timoteo
- Segunda a Timoteo
- A Tito
- A Filemón.
- A los Hebreos
De estas 14 epístolas, existe consenso en que las 7 señaladas en negrita son auténticamente paulinas. Respecto a la Epístola a los Hebreos, los eruditos críticos (no cristianos) y la Iglesia Católica están de acuerdo en que no es de autoría paulina, lo que no es obstáculo para que la Iglesia Católica la considere un texto válido y lo incluya en el canon bíblico.
Del resto, no existe acuerdo sobre si son de autoría paulina o han sido escritas por colaboradores o discípulos de Pablo. Según Antonio Piñero, en su libro “Guía para entender el Nuevo Testamento”, una mayoría (que no unanimidad) de estudiosos cree que no son paulinas las epístolas a Timoteo y a Tito (las llamadas epístolas pastorales), mientras que sobre las epístolas a los Colosenses, Efesios y Segunda a los Tesalonicenses las opiniones están más divididas.
SAULO DE TARSOS
(PABLO DE TARSOS)
Citar este texto en formato APA: _______. (2013). WEBSCOLAR. Pablo de Tarsos y sus viajes. https://www.webscolar.com/pablo-de-tarsos-y-sus-viajes. Fecha de consulta: 21 de noviembre de 2024.