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Panamá defendida II

Panamá Defendida / José Franco

 

La Patria venía andando

como el agua,

del tiempo de los hombres.

Como de las edades

las herrumbres,

venía del silencio;

de las pesadas ubres

del sollozo.

Venía con los siglos,

con las anunciaciones

de las voces

antiguas,

los despeños

de la carne insepulta.

Andagoya. ¿Recuerdas?

Los indos te contaron

la fábula,

la crónica perdida,

los encuentros

primarios con la muerte.

Con Cristóbal

navegó la conquista,

la borrasca inicial.

los primeros

chubascos de la guerra.

Entonces fue la angustia.

de la chonta

 

el lenguaje por las ruinas,

el tóxico festín de los detritos.

El tiempo

cuando Ojeda amontonaba

de niños degollados

los cadáveres

y guirnaldas

diabólicas de cráneos

eran los caseríos…

Cuando Nicuesa era un

lamento echado al mar…

Y fue cuando Panquiaco

de brumosas

regiones señalando

las empinadas cimas,

así dijo a Balboa:

Allá donde terminan

las solemnes

aguas del Chucunaque,

más allá del macizo

valle donde Careta

tiene sus poderíos.

Cerca de los pantanos

insalubres de Ponca,

 

hay un mar generoso,

un imperio profundo.

Allí del altiplano

las soledades mueren

al golpe enardecido

de los vientos perpetuos.

 

Tristes, ácidos,

amargos, moribundos

por las abandonadas

sembraduras,

por donde las caídas

hojarascas

y las sangrientas noches

agítanse furiosas;

en los atardeceres

lentos, lúgubres,

cuando cohabita el puma.

y el zaino

en el invierno

luce sus harapos…

inútilmente

los caciques

convocaron cabildos,

a las sombras

reuniones de sus dioses.

Mas todo fue agonía,

pérdida

dolorosa de la tarde.

 

Citar este texto en formato APA: _______. (2011). WEBSCOLAR. Panamá defendida II. https://www.webscolar.com/panama-defendida-ii. Fecha de consulta: 21 de noviembre de 2024.

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