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Poesías dedicadas al mes de la Patria

PATRIA

Por: Rubén Blades

Hace algún tiempo me preguntaba un chiquillo
por el significado de la palabra patria.
Me sorprendió con su pregunta y con el alma en
la garganta le dije así: ¡Flor de barrio, hermanito!

¡Patria son tantas cosas bellas! Como aquel viejo
árbol del que nos habla aquel poema, como el
cariño que aún guardas después de muerta abuela.
Patria, son tantas cosas bellas!

Son las paredes de un barrio, es su esperanza morena;
es lo que lleva en el alma todo aquel cuando se aleja;
son los mártires que gritan, Bandera, Bandera!

No memorices lecciones de dictaduras o encierros;
la patria no la definen los que suprimen al pueblo.
La patria es un sentimiento como mirada de viejo,
sol de eterna primavera, risa de hermanita nueva;
te contesto, hermanito: ¡patria son tantas cosas bellas!!

 

LA BANDERA PANAMEÑA

Letra: Ignacio De J. Valdés Jr.

Música: Alberto Galimany

Con retazos de mi cielo,
con destellos de la aurora,
con la albura de un anhelo
te dibujaron, enseña ideal.

Las estrellas que en ti lucen,
nos enseñan el camino
que conduce a tu destino
donde serás
siempre inmortal.

Oh bandera, que, orgullosa,
en mi cielo azul flameas
que seas siempre la gloriosa
que la altiva siempre seas.

Cuando miro de tu lienzo
de los iris los reflejos,
lleno de nostalgia pienso
en el día en que esté lejos.

Pero yo quiero bandera mía,
que cuando me toque por fin, marchar,
que cubra entonces
mi huesa fría
tu lienzo adorado
y descansar.

 

PATRIA

Por: Ricardo Miró

¡Oh patria tan pequeña, tendida sobre un istmo
donde es más claro el cielo y es más vibrante el sol, (1)
en mí resuena toda tu música, lo mismo
que el mar en la pequeña celda del caracol!

Revuelvo la mirada y a veces siento espanto
cuando no veo el camino que a ti me ha de tornar…
¡Quizá nunca supiese que te quería tanto,
si el Hado no dispone que atravesara el mar!…

La patria es el recuerdo… Pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor

La patria son los viejos senderos retorcidos
que el pie, desde la infancia, sin tregua recorrió,
en donde son los árboles antiguos conocidos
que al alma le conversan de un tiempo que pasó. (2)

En vez de estas soberbias torres con áurea flecha,
en donde un sol cansado se viene a desmayar,
dejadme el viejo tronco donde escribí una fecha,
donde he robado un beso, donde aprendí a soñar

¡Oh mis vetustas torres, queridas y lejanas,
yo siento las nostalgias de vuestro repicar!
He visto muchas torres, oí muchas campanas,
pero ninguna supo, ¡torres mías lejanas!,
cantar como vosotras, cantar y sollozar.

La patria es el recuerdo… Pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.

¡Oh patria tan pequeña que cabes toda entera
debajo de la sombra de nuestro pabellón:

quizás fuiste tan chica para que yo pudiera
llevarte por doquiera dentro del corazón! (3)

 

 

AL CERRO ANCÓN

Por: Amelia Denis de Icaza

Ya no guardas las huellas de mis pasos,
ya no eres mío, idolatrado Ancón.
Que ya el destino desató los lazos
que en tu falda formó mi corazón.

Cual centinela solitario y triste
un árbol en tu cima conocí:
allí grabé mi nombre, ¿qué lo hiciste?,
¿por qué no eres el mismo para mí?

¿Qué has hecho de tu espléndida belleza,
de tu hermosura agreste que admiré?
¿Del manto que con recia gentileza
en tus faldas de libre contemplé?

¿Qué se hizo tu chorrillo? ¿Su corriente
al pisarla un extraño se secó?
Su cristalina, bienhechora fuente
en el abismo del no ser se hundió

¿Qué has hecho de tus árboles y flores,
mudo atalaya del tranquilo mar?
.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .
¡Mis suspiros, mis ansias, mis dolores,
te llevarán las brisas al pasar!

Tras tu cima ocultábase el lucero
que mi frente de niña iluminó:
la lira que he pulsado, tú el primero
a mis vírgenes manos la entregó.

Tus pájaros me dieron sus canciones,
con sus notas dulcísimas canté,
y mis sueños de amor, mis ilusiones,
a tu brisa y tus árboles confié.

Más tarde, con mi lira enlutecida,
en mis pesares siempre te llamé;
buscaba en ti la fuente bendecida
que en mis años primeros encontré.

¡Cuántos años de incógnitos pesares,
mi espíritu buscaba más allá
a mi hermosa sultana de dos mares,
la reina de dos mundos, Panamá!

Soñaba yo con mi regreso un día,
de rodillas mi tierra saludar:
contarle mi nostalgia, mi agonía,
y a su sombra tranquila descansar.

Sé que no eres el mismo; quiero verte
y de lejos tu cima contemplar;
me queda el corazón para quererte,
ya que no puedo junto a ti llorar.

Centinela avanzado, por tu duelo
lleva mi lira un lazo de crespón;
tu ángel custodio remontase al cielo…
¡ya no eres mío, idolatrado Ancón!

 

PANAMÁ

Por: Hersilia Ramos de Argote

Salud, Panamá, la verde,
hermosa faja risueña
arrullada por dos mares
que enamorados la besan;
la que luce con donaire
su montuno y su pollera
mientras triunfa el tamborito
tradicional en las fiestas.

El Canal Interoceánico
que en sus entrañas se asienta
es lazo de unión que hermana
a los pueblos de la tierra.

Y, así, tendida en un istmo
__como cantó su poeta__
cabe, por leal y por noble,
por soberana y señera,
en el alma y en la sombra
augusta de su bandera.

Citar este texto en formato APA: _______. (2017). WEBSCOLAR. Poesías dedicadas al mes de la Patria. https://www.webscolar.com/poesias-dedicadas-al-mes-de-la-patria. Fecha de consulta: 23 de noviembre de 2024.

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