INTRODUCCIÓN
África es el tercer continente en extensión, formando parte de Eurafrasia. Limita al norte con el Mar Mediterráneo, al oeste con el Océano Atlántico y al este con el Mar Rojo, el Océano Índico y Asia a través del canal de Suez. Aunque posee una superficie total de 30.272.922 kilómetros cuadrados (621.600 en masa insular), la cual representa el 22% del total terrestre, la población es de tan sólo 910.844.133 habitantes, menos del 16%. El continente se organiza en 53 países, siendo todos ellos miembros de la Unión Africana, con excepción de Marruecos.
El continente africano es un continente con grandes desigualdades por lo que a disponibilidad y suministro de agua se refiere y el porcentaje de acceso a saneamiento es el más bajo del mundo. Estas dificultades han llevado a una grave situación sanitaria en muchas regiones donde el hambre y las enfermedades relacionadas con el agua son una amenaza constante.
No solamente la disponibilidad de recursos es uno de los problemas que presenta este continente, sino problemas sociales, económicos y raciales son abatidos los pobladores es este gran continente. Se discutirán algunos de los problemas anteriormente mencionados.
Problemas Sociales
Cerca de 750 millones de personas viven en África. El gran reto de este siglo, para la mayoría de los países africanos, es lograr satisfacer las necesidades vitales y alcanzar un nivel educativo y sanitario aceptable para la mayoría de la población. La mayoría de la población africana es sedentaria. Sólo las zonas desérticas o esteparias son recorridas por pueblos nómadas, que se dedican al pastoreo o al comercio en caravanas con dromedarios. No obstante, en los últimos años estas poblaciones tienden a transformarse en sedentarias, debido a la explotación en estas zonas de yacimientos de petróleo, fosfatos y otros minerales, que atraen a los habitantes nómadas.
En África viven dos razas principales, la raza negra (al sur del continente) y la blanca (al norte de África). Dentro de la raza negra destacan cinco grupos raciales: negroides (son los más numerosos y se subdividen en negros y bantúes; habitan en África occidental, centro y sur), bereberes (habitan en África septentrional), pigmeos (de pequeña estatura y viven en la zona ecuatorial), los bosquimanos (más altos que los anteriores, son poco numerosos y habitan en el desierto de Kalahari) y los mongoloides (asentados en algunas zonas de Madagascar).
Existe una crisis de modelo de sociedad en África, que cada grupo procura resolver en su favor, y cuyas consecuencias denuncian los más desfavorecidos a través de la música y la literatura. Esta crisis está favoreciendo el protagonismo de las mujeres. La sociedad africana saldrá de esta crisis con una nueva mentalidad y cambios sustanciales en las relaciones entre varones y mujeres.
El Estado intenta dominar mediante el proceso de asimilación de las minorías étnicas, niega el derecho a la autodeterminación y a la manifestación de especificidades socioculturales. El pueblo, por su parte, reaccionan con la autoorganización social mediante la economía informal. Ante esta situación, el Estado buscará solución en los Programas de Ajuste Estructural del Banco Mundial y del Fondo Monetario, que le quitan toda función económica y social, debilitándolo aún más, pues las privatizaciones que imponen al Estado, convierten la educación y la sanidad, en mercancías. Se consagra así la ruptura total entre Estado y sociedad civil. Las consecuencias de esta situación son el aumento de la mortalidad, la reducción de la esperanza de vida, la malnutrición infantil, la desagrupación de las familias, la desescolarización de las niñas para dedicarlas a actividades rurales o informales lucrativas. Los más afectados por la pobreza son los campesinos y las mujeres. La ayuda mutua entre parientes, amigos y vecinos, que se inspira en la solidaridad familiar, se ha convertido en una estrategia de lucha contra la pobreza. La crisis social en África se explica por la pérdida del patrimonio de los propios africanos, confiscado por sus dirigentes.
El neoliberalismo no ha hecho más que profundizar la crisis de la sociedad africana, al descuidar la educación, la sanidad y la vivienda. Prueba de ello es que de los 40 países más pobres del mundo, 32 son africanos. A pesar de todo, existe todavía un camino por el que África puede presentarse ante el siglo XXI. Dicho camino pasa por la orientación de la cooperación internacional hacia las comunidades o las asociaciones rurales de base, así como de las mujeres, favoreciendo su alfabetización y autoorganización. Es decir, se trata de conseguir la unidad política de África a partir de dichas comunidades y no de los Estados actuales, incapaces de liberarse de la dominación extranjera y de erradicar la miseria de sus pueblos.
Problemas Económicos
África es, en conjunto, un continente muy rico. Así es la máxima productora mundial de diamantes, oro, bauxita y cobre; abastece de cacao y algodón a gran parte del mundo. Sin embargo, debido a la falta de industrias, exporta casi todas sus materias primas sin sufrir transformación alguna. Muchos países africanos están subdesarrollados por carecer de vías de comunicación y de industrias. Este atraso se manifiesta en los bajos ingresos económicos y en las ínfimas condiciones educativas y sanitarias. Además muchos africanos todavía son cazadores, recolectores o pastores y, como mucho, practican una agricultura primitiva o elaboran productos artesanos. Varios países africanos han emprendido la senda del crecimiento económico con mejor renta per cápita y descenso progresivo de la inflación. Sin embargo, la mayoría de los países del África subsahariana siguen ocupando los últimos puestos en la escala mundial.
La globalización y mejora de la economía internacional podría continuar marginando al continente africano, pues en éste, no sólo debe crecer la producción interior bruta, sino que debe hacerlo de forma superior al incremento de precios y a la tasa de crecimiento demográfico. De los 53 países africanos, 31 están en el grupo de países de Ingreso Bajo, 8 en el de Ingreso Medio, 5 en el Ingreso Medio Alto y ninguno en el de Ingreso Alto. La economía africana se basa en la agricultura, que es de subsistencia en casi toda la zona central. La ganadería extensiva de la sabana y de los bordes del desierto apenas basta para alimentar a sus pastores.
Los recursos minerales son muy importantes en África, aunque apenas existe industria. Hay que revalorizar en África el sector agrario, fuente originaria de acumulación de capital en todos los países desarrollados. Lo cierto es que en la mayoría de los países africanos se está empezando a optar por el desarrollo. Para que ello sea posible, necesitan de reformas estructurales para incorporarse al crecimiento económico moderno y posibilitar el buen aprovechamiento de cualquier Programa de Ayuda al Desarrollo, establecer prácticas bancarias honestas, reformar los Tribunales de Justicia, dar seguridad al cumplimiento de los contratos, reducir la discrecionalidad en la Administración.
A mediados del siglo XIX las potencias europeas (principalmente Francia y el Reino Unido), se repartieron el territorio africano. Un siglo más tarde, toda África reclamó y obtuvo paulatinamente su independencia. Sin embargo, la emancipación ha sido, en muchos casos, puramente nominal. Varios países europeos mantienen una nueva forma de control económico en sus antiguos dominios, y en algunos casos incluso intervienen militarmente en situaciones de grave conflictividad interna.
La pobreza y la falta de estabilidad hacen que los gobernantes de numerosos Estados africanos busquen apoyo exterior para sus políticas a cambio de importantes concesiones agrícolas, pesqueras o mineras a empresas procedentes de Europa y Estados Unidos. Estas potencias, a su vez, favorecen el establecimiento de Gobiernos-títere que beneficien a sus intereses. El resultado es una creciente dependencia exterior, a menudo agravada por la deuda, y un estancamiento económico que tiende a hacer perennes los conflictos y la pobreza.
Desde un punto de vista económico, puede decirse que África es un continente aislado del resto del mundo. Aunque existen excepciones notables, como la República Sudafricana, o la mayor parte de los países del Magreb, prácticamente toda África se encuentra sumida en una grave situación de atraso y subdesarrollo.
Problemas Raciales
El África subsahariana es escenario de más de la mitad de todos los conflictos armados del mundo. Países como Angola, Burundi, Chad, Liberia, Ruanda, Sierra Leona, Somalia, Sudán, etc. se han visto sacudidos por sangrientas e interminables guerras civiles. Otros Estados como Costa de Marfil, Kenia, Nigeria o Uganda se ven afectados por otro tipo de conflictos, no menos sangrientos. Las consecuencias para la sociedad africana han sido terribles por las numerosas pérdidas humanas y por la destrucción de sus infraestructuras.
Las guerras civiles en África son comentario habitual en todos los medios de información. El origen de estos enfrentamientos radica, en buena parte, en la división fronteriza del territorio africano, heredada del reparto colonial del continente en el siglo XIX.
Las potencias europeas, al dividirse las zonas de influencia, no tuvieron en cuenta criterios humanos o raciales: se limitaron a asegurarse la mayor y mejor cantidad posible de tierras y recursos. El resultado de todo ello ha sido la creación de estados artificiales en los que conviven etnias tradicionalmente enfrentadas, o en los que una determinada tribu queda dividida entre dos o más países y lucha por reunificar sus territorios ancestrales.
Conclusión
Por medio de la realización de este trabajo he podido conocer las diversas dificultades que presenta uno de los continentes más grandes y mayormente ocupados, el Continente Africano, que es uno de los continentes que posee gran mayoría de recursos para que su población pueda sobrevivir sin ninguna dificultad; pero estos han sufrido gravemente abusos de todo tipo durante muchos años y en la actualidad.
La ocupación europea es, en gran medida, responsable de los problemas actuales de África. La actuación de los países europeos en África puede calificarse de auténtica rapiña, y no dejó tras de sí ningún tipo de infraestructura, bien de equipo o conocimiento que hubiera podido servir para un eventual desarrollo después de la descolonización. De hecho, muchos países africanos sufren todavía las consecuencias devastadoras de las guerras de independencia, ya que algunos países, como Portugal o Francia, no aceptaron de buen grado la pérdida de sus antiguos imperios, sufriendo muchos problemas sociales, económicos y raciales después de estos eventos.
Bibliografía
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Citar este texto en formato APA: _______. (2011). WEBSCOLAR. Problemas Sociales, Económicos y Raciales del Continente Africano. https://www.webscolar.com/problemas-sociales-economicas-y-raciales-del-continente-africano. Fecha de consulta: 21 de noviembre de 2024.