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Reseña de Monseñor Ariz

Monseñor Ariz, español, nacionalizado panameño, nace el 6 de diciembre de 1928 enMarcilla, provincia de Navarra, España. Alos 12 años ingresa en la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María, fundada por San Antonio María Claret. Cursa los estudios en el Seminario Claretiano de Basbastro. Hace su profesión religiosa a los 18 años en Vich (Barcelona).

Después de 7 años de estudios intensos en Filosofía, Biblia, Teología y Derecho Canónico, es ordenado sacerdote a los 25 años, en el Teologado Claretiano de Valí (Tarragona). Al año siguiente, 1954, el Padre General lo destian a panamá, para trabajar entre los indios kunas de San Blas (Kuna-Yala). Posteriormente, los superiores le encomiendan el apostolado parroquial en Colón (Catedral y El Carmen) y Panamá (Santuario Nacional y Arraiján).

Durante años de pastoral urbana, dirige la revista El Faro, da clases en el Colegio Internacional de María Inmaculada y asiste a la Universidad, donde en 1962, obtiene el título de Licenciado en Filosofía y Letras, con el primer puesto de honor y obtiene la medalla de oro de la Universidad de Panamá.

Orientado hacia la docencia los superiores claretianos lo envían a Bogotá para especializarse en Lingüística en el Instituto Caro y Cuervo, a la vez que prepara su doctorado en la Pontificia Universidad Javeriana.

En 1965, la jerarquía eclesiástica panameña le invita a regresar a Panamá para hacerse cargo de la vice-rectoría de la Universidad Santa María La Antigua, recién fundada.

De 1969 a 1971 funge como director del Colegio Claretiano de Heredia, en Costa Rica.

En 1971 *es nombrado Rector de la USMA, cargo en el que fue reelegido en 1976 y nuevamente continuado en abril de 1981 para un tercer quinquenio.

Aceptada la renuncia por edad de Monseñor Jesús Serrano, cmf. Su Santidad Juan Pablo II designó ai P. Carlos María Ariz, Vicario Apostólico de Darién. con sede en Colon y Obispo titular de Nigras Mayores.

En 1989 es erigida la Diócesis de Misionera de Colón-kuna Yala y Monseñor Ariz es nombrado Obispo titular de la nueva Diócesis separada del antiguo Vicariato de Darícn.

Hace_51 años Carlos María Ariz Bolea, llegó a Panamá con muchos sueños tomado de la mano de San Antonio María Claret y de la protección y guía maternal del Sagrado Corazón de María.

Su enamoramiento por Panamá fue un caso de amor a primera vista que fue madurando con las cruces de la vida misionera -sacerdotal; las cruces administrativo-universitarias rectorales y su terquedad obsesiva obispal en la tarea colosal de organizar la nueva Diócesis Misionera de Colón – Kuna Yala. Su inteligencia de la fe, su ansiedad cotidiana por los sin voz y su pasión por los afro-panameños, campesinos e indígenas fue una hermosa historia de amor eclesial para el crecimiento del Pueblo de Dios en Panamá. En efecto, Panamá es para el obispo Ariz lo que ^a Habana Cuba fue para Hemingway. Ariz, conoció mejor que muchos- mandatarios de este país nuestra geografía, nuestra forma de ser: estado de ánimo, aspiraciones, necesidades y pensamientos, en fin el alma panameña y su confianza ilimitada en ese pueblo, en las masas. Su testimonio de vida ha dejado tantas huellas digitales a su paso por los lugares menos pensados de la S acostada del Istmo panameño. Hombrs de buenos sentimientos que esparció por donde pasó la luz de ia te. la generosidad, la solidaridad, el ecumenismo, el diáloso con los ateos, el amor social y la amistad y la ternura’ entre el pueblo creyente y no creyente. De igual modo, combatió el servilismo en todas sus formas, variantes y modalidades.

Lo que escribo no lo hago por simple agradecimiento-despedida, sino con la convicción de quien compartió con Ariz caminar largos períodos, mares, lodo, caballos, cayucos, reuniones, talleres de formación como laico comprometido con ! mi Iglesia y becario de la USMA. Amado por muchos por su imperativo moral de luchar a favor de los derechos de los pobres; odiado por otros por no guardar silencio ante lo que consideraba | una injusticia, sin importar el lugar de donde venga; calumniado por su opción preferencial por los pobres y por su crítica al capitalismo como sistema excluyente, inmoral y antireino de Dios. Respetado por todos por su amor a Jesús, a María ya la Iglesia, pero también terriblemente deprimido y escondido de sí mismo por la ausencia de martirologio claretiano en la vida* histórica de la Iglesia panameña. Confieso que me sedujo su enfoque social, la finura de su hablar cervantino, las peripecias de sus compromisos como obispo, su dosis de saber literario en sus narraciones teológicas que lo hacía un brillante artesano de la vida humana y de la tensión interior donde dejaba a Dios ser Dios y al hombre entender su circunstancias.

La Diócesis de Colón – Kuna Yala hoy 28 de julio le. rinde homenaje al obispo Ariz como expresión de gratitud por su entrega pastoral al servicio del Pueblo de Dios. Lo cierto es que monseñor nunca se irá porque sembró valores universales que no deben perderse en panamá. Representa una visión muy panameña de la religiosidad; un símbolo de nuestra identidad cultura. La vigencia de su pensamiento y su testimonio apostólico y evangélicos son perdurables. El legado de Ariz es será motivo de constante consulta; lugar obligado para que nuestra juventud frecuente su pensamiento. Es una prioridad para la Iglesia Católica colonense.

Ariz, el obispo: un hombre que vació su existencia como evangelio vivo en la paciente impaciencia de anunciar el Reino de Dios en las “duras y las maduras”, que nunca tuvo miedo a los retos y desafíos de las nuevas realidades políticas, sociales y eclesiales y que logró testimoniar como pocos la lúcida locura del oficio más incomprendido del mundo: ¡Ser Obispo!.

Citar este texto en formato APA: _______. (2013). WEBSCOLAR. Reseña de Monseñor Ariz. https://www.webscolar.com/resena-de-monsenor-ariz. Fecha de consulta: 23 de noviembre de 2024.

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