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Sistema de lectura para discapacitados visuales

William Moon[image]

Tanto antes como después de que Braille creara su sistema, han surgido otras propuestas encaminadas al mismo propósito. Una de ellas, que he conocido hoy, fue la propuesta por William Moon en 1843.

Moon era un joven que deseaba dedicarse a la vida sacerdotal, cosa que no pudo realizar porque a los 21 años, a causa de un largo proceso iniciado cuando contaba apenas cuatro años al contraer una enfermedad infecciosa, quedó ciego por completo. Tras largos padecimientos logró licenciarse en derecho, llegando a ser doctor en leyes, pero jamás pudo ser ordenado sacerdote. A partir de ese momento decidió crear un método efectivo y sencillo con el que poder leer libros.

Su objetivo fundamental fue conseguir una versión de la Biblia que pudieran leer los ciegos, así que partiendo de un método propio de tipografía táctil pensado para que fuera muy sencillo de aprender, sobre todo para quien hubiera tenido la oportunidad de aprender a leer y escribir normalmente y hubiera quedado ciego más tarde, luchó sin descanso hasta conseguir su sueño. Lo hizo, aunque le costó años de experimentación y búsqueda de financiación. El método Moon fue adoptado con rapidez por muchos impresores de libros para ciegos, entre los que se encontraba el propio William, que con su propia imprenta, en la que solía emplear personas invidentes o con deficiencia visual, logró que su código, junto con el Braille, fuera el más utilizado en este tipo de libros.

Andrés Cristóbal Toro

Para el profesor Toro siempre fue su ideal hacer algo por los no-videntes. Dentro de sus estrechas circunstancias, trató de tomar informes y llegar al conocimiento de que en ese sentido nada se había hecho en Panamá, con la idea de que algo se debía hacer para que se fundara una escuela para ciegos en este país.

Es así que el profesor Toro, después de otorgársele una beca por el New York Institute Fort The Blind, regresa a Panamá e imparte lecciones de lectura-escritura. “Con estas faenas y otras más no enumeradas, las horas de su vida transcurren llenas de actividades y cada vez descubrió en sus tinieblas nuevos senderos plenos de luz espiritual, que tal vez jamás hubiese imaginado ni llegado a comprender como vidente”.

Valentin Haüy

nació el 13 de noviembre de 1745 en Saint Just-en-Chaussée, una localidad del departamento de Oise en la región francesa de Picardía, a unos 70 kilómetros al norte de París. Fue un personaje de una rica cultura en el ámbito de las letras: hablaba perfectamente diez idiomas y tenía un profundo conocimiento del latín, el griego y el hebreo. Eso le permitió en 1786 ser nombrado Intérprete del Rey, del Almirantazgo y del Ayuntamiento de París. También fue reconocido como paleontólogo y profesor de caligrafía, materia de la que dirigía una escuela. Se cuenta que en 1771, paseando por la plaza de Luis XV de París, hoy plaza de la Concordia, vio con desagrado cómo un grupo de ciegos, andrajosos y con gafas oscuras, acogidos en el asilo Quinze-Vingt, fundado en 1269 por Luis IX (San Luis, Rey de Francia), mal tocaba en la calle unas piezas musicales para ganarse, con las burlas y el desprecio de los transeúntes, alguna que otra limosna. Desde aquel momento la vida de Haüy estaría dedicada de lleno a la educación y a la reinserción social de los ciegos.

Durante la Revolución Francesa, Haüy fue destituido como director de su Instituto, éste pasó a manos del estado y se llamó Instituto de los Trabajadores Ciegos. Entonces fundó el Museo de los Ciegos, una especie de escuela privada para alumnos extranjeros. En 1806, llamado a Rusia por el zar Alejandro I Pavlovich (1777-1825), creó una escuela para ciegos en San Petersburgo de la que fue director durante once años. Volvió a París en 1817 y sólo hasta un tiempo próximo a su muerte no fue autorizado a entrar en la casa que él había fundado; entonces se llamaba Institución Real de los Jóvenes Ciegos y en su sede se organizó un solemne acto en honor de Haüy en agosto de 1821.

La idea de proporcionar educación a las personas ciegas, al menos de una manera generalizada, es relativamente reciente. Comienza cuando el francés Valentín Haüy funda en París, 1784, la Instution National des Jeunes Aveugles, sin el carácter de asilo u orfanato que hasta ahora han tenido las instituciones creadas al efecto; es decir, aparece la primera escuela para ciegos del mundo, «En ella se educará Luis Braille» (Montoro, 1985). En su aspiración de equiparar lo más posible la educación de los ciegos a los niveles y procedimientos seguidos en la educación de los normovisuales, Haüy idea un procedimiento para la lectura y la escritura de los ciegos. Con moldes de letras en posición inversa aplicadas sobre papel húmedo se imprimen libros para ciegos que pueden ser leídos por las personas con visión. Si bien permite la lectura, este método no facilita la escritura.

Valentín Haüy, fue uno de los primeros creadores de un programa para ayudar a leer a los ciegos. Quería combatir la idea generalizada de que la ceguera impedía la escolarización del invidente. Los primeros experimentos de Haüy consistieron en imprimir letras grandes en relieve sobre un papel grueso. Aunque un tanto rudimentario, aquel método sentó las bases para el sistema que llegaría a prevalecer.

Diferentes sistemas de escritura según sus creadores

Barbier de la Serre

Charles Barbier de la Serre (Valenciennes, 18 de mayo de 1767 – 29 de abril de 1841) fue un militar y aventurero francés obsesionado por los lenguajes codificados y famoso por inventar el código de lectura que estudió y en el que se basó Louis Braille (1809-1852) para crear su famoso sistema de lectura para invidentes. A su regreso a Francia, se interesó por la codificación del lenguaje con fines militares. Entre sus invenciones se encuentran ’’Tabla de Expediografía” y “Principios de expeditiva en francés, para escribir tan rápidamente como se habla”, en 1809. Pero su contribución más importante fue lo que se denominó el sistema de Escritura Nocturna, concebido para que los oficiales franceses pudieran escribir sin necesidad de luz. Escrito con un lápiz de tipo buril, se basaba en un sistema de puntos en relieve que pudiera ser leído con las puntas de los dedos. Con este fin, en 1822, Charles Barbier desarrolló el alfabeto que lleva su nombre. Dicho alfabeto era de estructura fonética y grafía de puntos, a la que bautizó como Sonografía.

Finalizados sus estudios, es nombrado profesor de música. Advirtiendo las dificultades que sus alumnos, también ciegos, tenían para leer la música se interesó por el sistema puntiforme inventado por Nicolás Barbier y publicado en su Sonografia (1822).

Este sistema, ideado con fines militares, se basa en combinaciones de doce puntos en relieve escritas mediante una pizarra y un punzón para ser descifradas a través del tacto de un dedo.

En 1821, cuando Louis Braille tenía sólo 12 años de edad, Charles Barbier de la Serre, capitán retirado de la artillería francesa, visitó el instituto y presentó un medio de comunicación denominado escritura nocturna, que posteriormente recibió el nombre de sonografía. La escritura nocturna se ideó para el campo de batalla. Era un sistema de comunicación táctil que se valía de puntos en relieve dispuestos en un rectángulo de seis puntos de altura y dos de anchura. Este concepto de utilizar un código para representar fonéticamente las palabras produjo una reacción positiva en la escuela.

Braille se puso a aprender el nuevo método con gran entusiasmo, y hasta lo mejoró. No obstante, para que el sistema llegase a ser verdaderamente práctico, el joven tenía que perseverar. En su diario escribió lo siguiente: “Si los ojos no me sirven para aprender de hombres, sucesos, ideas y doctrinas, tengo que encontrar otro medio”.

Citar este texto en formato APA: _______. (2017). WEBSCOLAR. Sistema de lectura para discapacitados visuales. https://www.webscolar.com/sistema-de-lectura-para-discapacitados-visuales. Fecha de consulta: 22 de noviembre de 2024.

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