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Tratado de la Cuenca de Plata

En 1969 los 5 países de la Cuenca del Plata firmaron el Tratado de la Cuenca del Plata, con el objetivo principal de “…promover el desarrollo armónico y la integración física de la Cuenca, en sus áreas de influencia directa y ponderable”. Los Gobiernos de las Repúblicas de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, representados en la I Reunión Extraordinaria de Cancilleres de los Países de la Cuenca del Plata, realizada en Brasilia, el 22 y 23 de abril de 1969. Estos países convencidos de la necesidad de aunar esfuerzos para el debido logro de los propósitos fundamentales señalados en la Declaración Conjunta de Buenos Aires de 27 de febrero de 1967 y en el Acta de Santa Cruz de la Sierra de 20 de mayo de 1968 y animados de un firme espíritu de cooperación y solidaridad. Con él se pretendió identificar áreas de interés común y la realización de estudios, programas y obras, así como lograr desarrollar los entendimientos operativos y los instrumentos jurídicos necesarios que propendan, en el sistema hidrográfico de la Cuenca, la facilitación y asistencia en materia de navegación, así como la utilización racional del recurso agua y su aprovechamiento múltiple. Este acto fue precedido por la Conferencia de Cancilleres de Buenos Aires de 1967, en que se dio el primer paso institucional creando el Comité Intergubernamental Coordinador de los Países de la Cuenca del Plata (CIC), con sede en Buenos Aires. El año siguiente, en la reunión de Cancilleres de Santa Cruz de la Sierra se aprobaron los Estatutos del CIC. Quedó establecida la Reunión de Cancilleres como el Órgano Supremo del Tratado de la Cuenca del Plata.

La Secretaría General del CIC está dirigida por un Secretario General, rotativo entre los países y es integrada por el personal necesario para sus tareas. El Tratado es ampliamente comprensivo en su competencia sobre planes, proyectos y programas, sin embargo nunca fue concebido como una opción exclusiva para los acuerdos y convenios entre los estados partícipes. En este marco y con una visión de largo plazo, se estableció en 1976 el Fondo Financiero para la Cuenca del Plata (FONPLATA), con el objeto de prestar apoyo financiero a las actividades previstas en el Tratado. El esfuerzo más comprensivo de planeación para toda la Cuenca fue realizado por la OEA entre 1968 y 1971, con el cual se concretó el levantamiento sistemático de sus recursos naturales y del desarrollo social y económico de la Cuenca. En 1985 se crearon dentro del CIC las Contrapartes Técnicas para tratar temas específicos, como el de calidad de agua y alerta hidrológico, en los que se ha logrado algunos resultados importantes con el apoyo del BID, y para otros temas que han tenido menor suceso como son los de: suelos, cooperación fronteriza, navegación y transporte fluvial y transporte terrestre.

En el marco del Tratado o en forma paralela a él, se han celebrado asimismo una serie de acuerdos que dieron lugar a la creación de diferentes instituciones y organismos operativos que actúan sobre diversos temas y áreas de la Cuenca del Plata y que tienen una relación directa con el uso y manejo de los recursos hídricos. Estos suman actualmente más de 20 lo que da la idea de la atomización y segmentación que prevalece en la actuación concreta y la desaparición de la visión de cuenca que originalmente dio origen al Tratado. Salvo casos excepcionales, no hay mecanismos de comunicación entre ellos, ni con el CIC. Un ejemplo importante es el hecho que en 1996 se crea en el marco del CIC el Comité Intergubernamental de la Hidrovía Paraná-Paraguay. Teóricamente este cuerpo, como otros creados anteriormente, debieron ser coordinados en el ámbito del CIC, la realidad es que han sido autónomos y más aún libres de toda ligazón con el organismo madre. A esta debilidad de la institución de cuenca se suma la incertidumbre creada con la firma del Tratado de Asunción de 1991, por el que se crea el MERCOSUR, éste pone en juicio la validez de mantener este instrumento o la necesidad de modificar sus bases y estatutos. Esta última posición fue la que finalmente prevaleció. En efecto, en diciembre de 2001, reunida en Montevideo la Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores de la Cuenca del Plata, acordaron la reforma del Estatuto del CIC.

Los 4 proyectos apoyados por el GEF vinculados al área focal de Aguas Internacionales (Transfronterizas) para el manejo de las cuencas del Bermejo y Alto Paraguay, así como del Acuífero Guaraní y para el Frente Marítimo, incluyen el apoyo para el fortalecimiento de las políticas de manejo integrado de los recursos naturales y para el fortalecimiento del marco legal e institucional de partes del sistema de la Cuenca del Plata, lo cual es sin duda positivo a los fines de los objetivos específicos y substantivos que persiguen, pero pueden ser, sin el fortalecimiento del marco político e institucional más amplio, un factor de mayor atomización y segmentación, que es lo que busca superarse. Asimismo, cada uno de los estados firmantes del Tratado de la Cuenca del Plata tiene una estructura político administrativa diferente. En tanto Brasil y Argentina son estados de estructura federal, donde las provincias o estados tienen jurisdicción en la administración y manejo de los recursos hídricos, Bolivia, Paraguay y Uruguay son países centralizados con diferentes realidades jurídicas respecto a la legislación sobre el agua. Estas realidades requieren ser tenidas en cuenta desde el inicio de cualquier proyecto en aguas internacionales. Este tema es asimismo atendido por los proyectos con apoyo GEF en Aguas Internacionales dentro de la Cuenca del Plata, pero en realidades de proyectos plurinacionales menores (binacionales o entre cuatro países a lo máximo como es el caso del Proyecto Guaraní), lo cual no permite atender al problema en toda la dimensión política y jurídica que implica trabajar en la unidad mayor de cuenca, en la cual se encuentran y vinculan todas estas diferentes situaciones.

PARLAMENTO LATINOAMERICANO

El Parlamento Latinoamericano se creó reconociendo que la integración regional era históricamente indispensable para asegurar a nuestros pueblos su libertad, su desarrollo y un legítimo protagonismo en el mundo a través de una Comunidad Latinoamericana de Naciones. Su constitución es, por tanto, el principal objetivo de todos los esfuerzos y actividades del PARLATINO. La Comunidad Latinoamericana de Naciones se expresa, no como el resultado final de un proceso, sino como el inicio de una nueva etapa, fundamental y trascendente, en la Historia de América Latina, y, por su naturaleza, propósitos y proyecciones, representa los más caros anhelos de nuestras naciones, en términos del logro de la justicia, la paz y la confraternidad, en un escenario verdaderamente democrático y de respeto a los derechos humanos y a la naturaleza.

El Proyecto de la Comunidad Latinoamericana de Naciones plantea que “muchos analistas internacionales latinoamericanos han destacado el cambiante discurso del proceso de integración en América Latina, comparándolo al planteamiento político-histórico realizado en nuestro subcontinente y relacionándolo a la imperiosa necesidad de integrarnos globalmente”. En efecto, América Latina ha tenido siempre la inquietud de la integración como medio para enfrentar mejor su desarrollo y conquistar una posición de verdadero peso político. Ya en 1816 surgen las propuestas del “Tratado de Unión, Liga y Confederación Permanente”, inspirado en las ideas integracionistas del Libertador Simón Bolívar. El Parlamento Latinoamericano, hoy modernizado en su estructura, con cambios significativos de conducción, con la ampliación del ámbito de acción política, y con una mejor representatividad y participación de sus representados, puede llegar a ser un elemento articulador de una estrategia para la integración, la cual debe tener a los Jefes de Estado de la región como sus principales actores.

El Parlamento Latinoamericano ha señalado como camino eficiente para acelerar el proceso de integración, la necesidad en la estructuración de la “Comunidad Latinoamericana de Naciones” (CLAN). Esta idea central fue planteada por el Parlatino en la Reunión de Jefes de Estado y Cancilleres del Grupo de Río, efectuada en Cartagena de Indias, en diciembre de 1991. Posteriormente, en 1992, en la Conferencia del mismo Grupo celebrada en Buenos Aires, el Parlamento Latinoamericano expuso los fundamentos básicos para la creación de la CLAN y de ahí determinó comisionar a los Ministros de Relaciones Exteriores para valorar la iniciativa, con el fin de que en su Primera Reunión de octubre de 1993, en Santiago de Chile, se estudiaran proposiciones concretas al respecto. En esa oportunidad se crea, por petición del Parlatino, el Grupo Técnico de Trabajo para estudiar la Comunidad Latinoamericana de Naciones. Posteriormente, en Quito, República del Ecuador, el Grupo de Río aprueba llevar la proposición a los Jefes de Estado en su próxima Reunión.

Como consecuencia de lo actuado en Cartagena en 1991, en la declaración correspondiente y en las posteriores de Buenos Aires (diciembre de 1992) y de Santiago de Chile (octubre de 1993), los Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río destacaron la necesidad de “considerar oportunamente la recomendación del Parlamento Latinoamericano con el fin de constituir la Comunidad Latinoamericana de Naciones con su Parlamento electo en forma directa”, resaltaron “la importancia de los trabajos e iniciativas del Parlamento Latinoamericano, al tomar con especial interés su propuesta sobre una , y decidieron instruir a sus Ministros de Relaciones Exteriores la evaluación conjunta durante 1993, de esa iniciativa, así como seguir estudiando esta propuesta, a cuyos efectos resolvió constituir un Grupo Técnico de Trabajo entre sus respectivas Cancillerías. En desarrollo de este mandato, los coordinadores del Grupo, en su reunión de Santiago, remitieron, para consideración de los Cancilleres, la propuesta del Parlatino y éstos, en Santa Cruz de la Sierra, en el mes de abril de 1993, decidieron recomendar a los Jefes de Estado, estudiarla prioritariamente. La propuesta del Parlamento consistió en que ellos decidan crear la Comunidad con su Parlamento y la protocolicen en Acta Especial de Intención, definiendo su ideología y grandes objetivos.

Posteriormente, el Grupo Técnico de Trabajo del Grupo de Río se reunió en la Sede Permanente del Parlatino, en Sáo Paulo, Brasil, el 7 de noviembre de 1994. En esta ocasión se resolvió, según consta en actas, que “el Parlamento Latinoamericano redacte un borrador del Acta De Intención Constitutiva De La Comunidad Latinoamericana De Naciones, y lo presente a discusión del Grupo Técnico de Trabajo, para que sea sometido a la consideración de los Cancilleres, y posteriormente de los Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río” y que “en coordinación con el Grupo Técnico continúe trabajando, en forma complementaria y convergente con los objetivos de la integración hacia una Comunidad Latinoamericana de Naciones” e diversas líneas de acción prioritarias. En la ciudad de Quito, Ecuador, el Parlamento Latinoamericano entregó formalmente a los Coordinadores Nacionales y la Secretaría Pro Témpore del Grupo de Río, el proyecto de borrador del Acta de Intención Constitutiva de la Comunidad Latinoamericana de Naciones, documento que fue ampliamente analizado en reunión del Grupo Técnico de Trabajo del Grupo de Río que se realizó en la Sede Permanente del Parlatino, el 25 de abril de 1995. En aquella ocasión se llegó a una propuesta final de texto, que fue aprobado por unanimidad, para ser “sometido a conocimiento de los Cancilleres del Grupo de Río y a los demás trámites que correspondan”, según reza el Acta correspondiente. Los días 7 y 8 de marzo de 1997, los miembros de la Comisión Especial de Seguimiento al Proyecto de la Comunidad Latinoamericana de Naciones (CLAN), sostuvieron en Punta del Este (Uruguay) una trascendente reunión de reflexión política sobre la constitución de la CLAN con destacadas personalidades de notoria experiencia, trayectoria, conocimiento y profunda vocación integracionista. En la oportunidad, se elaboró un proyecto de resolución para organizar el funcionamiento de la Comunidad Latinoamericana de Naciones, reconociendo el hecho de su existencia como tal, a ser presentado a los presidentes latinoamericanos, por intermedio del Comité de Alto Nivel de las Cancillerías, creado el 5 de octubre de 1995.

Los días 4 y 5 de septiembre de 1998, se celebró en Panamá la XII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río, en la cual, los presidentes, en su Declaración Final del 5 de setiembre, en el punto 4º resolvieron: “Expresamos nuestra convicción de que los estrechos vínculos políticos y económicos existentes entre los países de la región, nuestra profunda identidad histórica y cultural, así como la cooperación y solidaridad que nos unen, constituyen un importante patrimonio común que nos permitirá avanzar hacia la consolidación de una Comunidad Latinoamericana de Naciones”.

Con ocasión de la IX Cumbre Iberoamericana, llevada a cabo en La Habana, Cuba, 15 y 16 de noviembre de 1999, el Parlamento Latinoamericano presento a los Jefes de Estado y de Gobierno, una propuesta para el avance de la constitución de la Comunidad Latinoamericana de Naciones.

GRUPO DE LOS TRES

Tuvo sus inicios en el Grupo contadora y la Comunidad Europea que decidieron crear el G-3. En Octubre de 1989 ocurrió la primera reunión de Río, México, Colombia y Venezuela acordaron acelerar la integración económica y armonización de sus políticas macroeconomicas. En 1990 se define la creación de una zona de libre comercio por parte de los tres países, la firma del tratado se había previsto inicialmente, para Enero de 1994,pero fue firmado el 13 de junio de 1994 en Cartagena de Indias. Entrando en vigor el 1 de enero de 1995, creó un extenso mercado de 149 millones de consumidores combinado un con PIB (Producto Interno Bruto) de 486,5 mil millones de dólares. El grupo de los tres concluyó el 12 de Mayo de 1994 un acuerdo de libre comercio que entró en vigencia el 1 de Enero de 1995.

G3 o Grupo de los Tres fue el nombre dado a los integrantes del Tratado de Libre Comercio entre México, Colombia y Venezuela entre 1995 y 2006. El acuerdo establece un 10% de reducción de tarifa durante unos 10 años (empezando en 1995) por el comercio de bienes y servicios entre sus miembros. El acuerdo es de tercera generación, no limitado al libre comercio, pero incluye puntos como la inversión, servicios, compras gubernamentales, regulaciones a la competencia desleal, y derechos de propiedad intelectual. Venezuela abandonó este Grupo para unirse al Mercosur en 2006, con lo que el grupo terminó siendo solo 2 países. El G-3 estipula que cada país conservara su esquema de fortalecimiento a las Exportaciones, lo cual garantiza para Colombia el mantenimiento del Plan Vallejo. La base del tratado es el programa de desgravación que sé cumplirá gradualmente en un plazo de diez años. Al nivel actual de arancel de cada país se le aplica una rebaja del 28% en el caso de México y del 12% para Venezuela y Colombia, y de allí arranca la desgravación.

Las ventajas que posee el G3, menciono las siguientes:

Entre las desventajas que presenta:

Citar este texto en formato APA: _______. (2013). WEBSCOLAR. Tratado de la Cuenca de Plata. https://www.webscolar.com/tratado-de-la-cuenca-de-plata. Fecha de consulta: 23 de noviembre de 2024.

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