Biografías y poesías de poetas Panameños
Al Cerro Ancón
Por: Amelia Denis de Icaza
Ya no guardas las huellas de mis pasos,
ya no eres mío, idolatrado Ancón.
Que ya el destino desató los lazos
que en tu falda formó mi corazón.
Cual centinela solitario y triste
un árbol en tu cima conocí:
allí grabé mi nombre, ¿qué lo hiciste?,
¿por qué no eres el mismo para mí?
¿Qué has hecho de tu espléndida belleza,
de tu hermosura agreste que admiré?
¿Del manto que con recia gentileza
en tus faldas de libre contemplé?
¿Qué se hizo tu chorrillo? ¿Su corriente
al pisarla un extraño se secó?
Su cristalina, bienhechora fuente
en el abismo del no ser se hundió.
¿Qué has hecho de tus árboles y flores,
mudo atalaya del tranquilo mar?
¡Mis suspiros, mis ansias, mis dolores,
te llevarán las brisas al pasar!
Tras tu cima ocultábase el lucero
que mi frente de niña iluminó:
la lira que he pulsado, tú el primero
a mis vírgenes manos la entregó.
Tus pájaros me dieron sus canciones,
con sus notas dulcísimas canté,
y mis sueños de amor, mis ilusiones,
a tu brisa y tus árboles confié.
Más tarde, con mi lira enlutecida,
en mis pesares siempre te llamé;
buscaba en ti la fuente bendecida
que en mis años primeros encontré.
¡Cuántos años de incógnitos pesares,
mi espíritu buscaba más allá
a mi hermosa sultana de dos mares,
la reina de dos mundos, Panamá!
Soñaba yo con mi regreso un día,
de rodillas mi tierra saludar:
contarle mi nostalgia, mi agonía,
y a su sombra tranquila descansar.
Sé que no eres el mismo; quiero verte
y de lejos tu cima contemplar;
me queda el corazón para quererte,
ya que no puedo junto a ti llorar.
Centinela avanzado, por tu duelo
lleva mi lira un lazo de crespón;
tu ángel custodio remontose al cielo…
¡ya no eres mío, idolatrado Ancón
Amelia Denis de Icaza
(1836-1910)
Doña Amelia es la única mujer de esta generación y la primera de nuestra literatura que expone sus versos públicamente. Nació en la ciudad de Panamá, el 28 de noviembre de 1836.
Su formación cultural la debe a su hogar y al esfuerzo particular. Su poesía se distingue por un profundo sentido social y político. Se puede considerar a doña Amelia como una rebelde social: “la injusticia, la hipocresía le hieren de modo particular.”
Esta rebeldía, no podía ser indiferente a los afanes y dolores de la nacionalidad, por lo que es natural que, cuando ya en los lindes de la senectud, Doña Amelia visita su tierra en 1906 frente a una realidad política que hipotecaba a una nación poderosa parte del territorio nacional, se siente herida en su intimidad. Llena de añoranzas y tristes presentimientos escribe entonces las melancólicas estrofas de su canto Al Cerro Ancón.
PATRIA
Por: Ricardo Miró
OH Patria tan pequeña, tendida sobre un istmo
donde es más claro el cielo y es más brillante el sol,
en mi resuena toda tu música, lo mismo
que el mar en la pequeña celda del caracol!
Revuelvo la mirada, y a veces siento espanto
cuando no veo el camino que a ti me ha de tornar…
¡Quizá nunca supiera que te quería tanto
si el Hado no dispone que atravesara el mar!…
La Patria es el recuerdo… Pedazos de la vida
envueltos en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.
La Patria son los viejos senderos retorcidos
que al pie, desde la infancia, sin tregua recorrió
en donde son los árboles antiguos conocidos
que al alma nos conversan de un tiempo que pasó.
En vez de estas soberbias torres de áurea flecha,
En donde el so cansado se viene a desmayar,
Dejadme el viejo tronco donde escribí una fecha,
Donde he robado un beso, donde aprendí a soñar.
¡OH mis vetustas torres, queridas y lejanas:
yo siento la nostalgia de vuestro repicar!
He visto muchas torres, oí muchas campanas,
pero ninguna supo, ¡torres mías lejanas!
cantar como vosotras, cantar y sollozar.
La Patria es el recuerdo… Pedazos de la vida
Envuelta en jirones de amor o de dolor;
la palma rumorosa, la música sabida,
el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.
¡OH Patria tan pequeña que cabes toda entera
debajo de la sombra de nuestro pabellón:
quizás fuiste tan chica para que yo pudiera
llevarte por doquier dentro del corazón!
Ricardo Miró
(1883-1940)
Nació en la ciudad de Panamá en 1883. Posteriormente se marcha a estudiar Pintura en la ciudad de Bogotá, de donde tuvo que regresar por razones políticas. Vivió en Barcelona entre 1908 y 1911, como cónsul de Panamá. (La nostalgia de su patria lejana y los recuerdos de su infancia lo mueven a escribir desde esta ciudad, la poesía Patria, “uno de los más hermosos cantos dedicados a expresar la emoción de la tierra propia.”) Desempeñó otros cargos públicos, entre ellos el de director de los Archivos Nacionales. Fue secretario perpetuo de la Academia Panameña de la Lengua. Muere el 2 de marzo de 1940.
Oda a la Patria
Por: Hersilia Ramos de Argote
¡OH Patria que te extiendes, egregia y soberana,
sobre un istmo radiante de luz y de verdor;
te arrulla el armonioso murmullar de dos mares
y te cobija un cielo de espléndido fulgor!
Tierra predestinada, que la Naturaleza
ha enclavado en el mismo corazón tropical
para que seas vórtice de los altos designios
que vislumbró Bolívar en su ensueño genial.
Surgiste en el consorcio de las naciones libres
con tu diadema diáfana de estoica dignidad;
tu historia es un compendio de férvido heroísmo
y tu lema, un baluarte de confraternidad.
Eres puente que abraza a los pueblos del mundo
en comunión de anhelos de paz y libertad,
y aunque pareces frágil, por dimensión geográfica,
grande eres por tu fuerza de solidaridad.
¡OH dulce Patria amada, ubérrima y señera,
que vibras y palpitas con latido inmortal,
en cada sacro pliegue de la bandera augusta
y en las trémulas notas del himno nacional!
Nosotros, los que abrimos los ojos en tu tierra,
y en tu entraña bebimos la sabia maternal,
somos, Patria, tus hijos. Y nuestra sangre es chispa
saltada de las vetas de tu ígneo pedernal.
Por eso la ofrendamos, solemne, en tus altares,
por tu soberanía, prosperidad y honor
y porque ondule siempre, altiva, inmaculada,
bajo tu cielo límpido, la enseña tricolor.
BIOGRAFIA
HERSILIA RAMOS DE ARGOTE
Hersilia Ramos de Argote, educadora y poetisa panameña, nació en el distrito de Aguadulce, provincia de Coclé, el 7 de abril de 1910. A los ocho años de edad escribió sus primeros versos, lo que continuaría haciendo durante toda su vida.
Realizó sus estudios primarios en su pueblo natal, los secundarios en la Escuela Normal de Institutoras, en la ciudad capital y los universitarios (Español y Educación) en la Universidad de Panamá. También tomó cursos de Literatura, Métrica y Declamación en el Conservatorio Nacional. Participó en Seminarios de Orientación Pedagógica para la preparación de material didáctico de lectura para los primeros grados, auspiciados por el Ministerio de Educación de Panamá y el SCIDE, ICA, celebrados en Panamá (1958 y 1959) y en Lima, Perú (1960).
Desde los 15 años trabajó como maestra y directora en escuelas primarias del interior de la República; luego fue trasladada a la capital, donde, en 1933, contrajo matrimonio con el Profesor Benigno T. Argote, compañero suyo en las tareas de la educación. De este matrimonio nacieron cuatro hijos. Enviudó en 1953. profesora de educación secundaria en la cátedra de Español. Luego ocupó la Dirección del Departamento de Textos Escolares del Ministerio de Educación, donde laboró hasta su jubilación.
La señora de Argote recibió apreciables distinciones en centros culturales extranjeros y nacionales; algunas de sus obras han sido incluidas en antología y colecciones culturales latino-americanas y el Magisterio Nacional le han rendido varios homenajes de simpatía y aprecio. En 1958 ganó la “Medalla de Oro Flor del Espíritu Santo” por su poema a la flor nacional.. Ha ganado premios en el Concurso Ricardo Miró y en concursos organizados por algunos colegios panameños, para escoger la letra de sus himnos. Escribió poemas, cuentos y dramatizaciones para niños, así como poemas líricos. Gran parte de su obra permanece inédita. Murió en la ciudad de Panamá, el 6 de marzo de 1991.
Patria,
Por: Ana Isabel Illueca
Patria mía: Tú no eres el recuerdo.
Eres la realidad clara y escueta
de una tierra horadada en sus entrañas
sin permiso a poner sobre esa grieta
la gasa tricolor de su bandera.
Estás aquí, pletórica de penas,
déjame oír tu queja en la saloma
desde los montes y las sementeras,
donde en tonadas y entre socavones
derrama el campesino sus endechas.
Estás en las estatuas de los próceres
que te hicieron surgir radiante y bella;
en el grito de reto de los jóvenes,
en la voz de los niños de la escuela;
y en el coraje de las panameñas.
Estás en la campiña interiorana
que espera redención para sus tierras;
en la mansión de gente adinerada;
en el cuarto mordido de miseria
y en la ciudad que se levanta enhiesta.
Y aunque eres pequeñita, tú eres grande
a pesar de que un istmo representas;
porque uniendo las costas de dos mares
tu canal es un lazo hecho de piedra
que a los pueblos del orbe los acerca.
Serás grande a través del patriotismo
de los hijos nacidos en tu predio.
No tendrás más caínes que te hieran
con palabras falaces ni con yerros,
ni judas que te vendan por dinero.
Serás grande a través del patriotismo
de los hijos nacidos en tu predio,
porque la juventud tiene tu Istmo
incrustado en las fibras de sus nervios
y sabrá a toda costa defenderlo.
Serás grande porque hemos de empinarte
con el valor que siempre da el derecho,
más allá de la fuerza y la potencia
que quiere socavar ideales viejos.
Más allá de la fuerza están los hechos!
Patria mía: pequeña cual orquídea
que incuba tus ideales en su seno,
y grande en los anhelos que se incuban
con ardiente fervor entre los pechos
de todos los que somos panameños.
Patria mía: Tú no eres el recuerdo.
Eres la realidad clara y escueta
de una tierra horadada en sus entrañas
sin permiso a poner sobre su grieta
la gasa tricolor de su bandera.
ANA ISABEL ILLUECA
Nació en la ciudad de Panamá, el 14 de marzo de 1903. Estudió en la Normal de Institutora, donde se graduó en 1922 de maestra de enseñanza primaria. Al fundarse la Universidad, ingresó a ella y se graduó -en 1944- de Licenciada en Educación y Profesora de Español
Se dedicó a la enseñanza: fue profesora en el Colegio Melchor Lasso de la Vega y, durante 12 años, en el Instituto Nacional, donde se le rindió homenaje al ser declarada supernumeraria, a los 20 años de servicio.
Como maestra, compuso poemas infantiles, tales como “El Limpiabotas”; “El Vendedor de Periódicos”; “La Oración de la Maestra”, etc. y algunas poesías adaptadas a los primeros grados, aunque las que más renombre le dieron son las basadas en Costumbrismo Criollo.
Fue nombrada la más grande poetisa panameña típica.
Son algunas de sus obras: “La Chola”; “El Montuno”; “Mi Pollera”; “La Choza”; “El Sombrero del Río”; “Campesino”; “El Rancho”; “La Carreta”; etc. Este fue el medio para gritar socialmente “la queja sentida de la chola fea o bonita, pero pobre; del montuno o del llanero castigado por el sol tropical o los aguaceros; del orejano de la quema”
Patria Ausente
Por: Eduardo Ritter Aislán
Rastros de arenas en fecundas playas,
huellas de sombras y perfil de estrellas,
franjan la luz de tu recuerdo virgen,
patria querida.
Eres el ritmo del tambor que gime,
eres el fresco divagar del río
eres la risa de la chola ingenua,
patria querida.
Llevo la voz de tu presencia verde
-ecos de mar y dialogar de palmas-
como el reflejo de infinitos cielos
llevan las olas.
Eres clamor que se columpia en ansias,
sangre que sangra su rojez adentro,
cerco de insomnes centinelas grises;
cálida espera.
Patria de ausencia, de recuerdo y rosa:
déjame asirte a mi retina nómada
para que nunca el corazón cansado
pueda olvidarte.
Siento que esparcen sus cenizas leves
sueños de amor que la memoria oprimen;
siento que vuelven a tañer sus arpas
quejas de antaño.
Eres la rosa del primer cariño,
eres el beso que a la novia hurtamos,
eres la estrofa repetida y triste
hecha con lágrimas.
Mástiles fijos, velas prestas: nadie
rumbos precisos a mi sed viajera
porque en las playas de mi patria aguardan
seres queridos.
EDUARDO RITTER AISLÁN
Nace en la ciudad de Panamá el 11 de septiembre de 1916. Obtiene su licenciatura en Humanidades en la Universidad de Panamá; el doctorado en Filosofía la Universidad pontificia Javeriana de Bogotá, Colombia. Ha ejercido la docencia en el Washington and Jefferson College, de Penssylvania y la Howard University de Washington, D.C., (Estados Unidos de Norteamérica). Asimismo ha ejercido como profesor de Filosofía en la Universidad de Panamá. Luego, en El Salvador, se desempeña como columnista en Diario Latino, La Prensa Gráfica y catedrático de Filosofía en la Universidad “Doctor José Matías Delgado.
Además de su larga trayectoria docente, y ex ministro de Educación de su país, incursionó en la diplomacia. En este último campo, desempeñó el cargo de Embajador ante las Naciones Unidas, Embajador de Panamá en Colombia, Embajador de Panamá ante la OEA, Embajador de Panamá en España, Embajador de Panamá en El Salvador.
Es, en la actualidad, Miembro de Número de la Academia Panameña y Salvadoreña de la Lengua; Expresidente del Instituto Panameño de Cultura Hispánica; Expresidente del Instituto Sanmartiniano Salvadoreño y miembro del Ateneo de El Salvador, entre otros.
Obra poética publicada:
Umbral, 1940; Crisálida, 1941; Nenúfares, 1944; Poemas, 1949; Espigas al viento, 1950; Rocicler, 1955; Silva de amor y otros poemas, 1957; El tañedor del laúd, 1961; Tornasol, 1966; Cien poemas breves, 1967; Así hablaba Benn Asser, 1967; Permanencia de la patria sobre el corazón, 1976; Romancero del dolor guatemalteco, 1976; Floribel, 1978; El mendigo, 1981; Cuatro nietos, 1986; Obra poética, 1986; Sonetos, 1987 y El corazón sin tregua en diez cantos, 1989.
Citar este texto en formato APA: _______. (2013). WEBSCOLAR. Biografías y poesías de poetas Panameños. https://www.webscolar.com/biografias-y-poesias-de-poetas-panamenos. Fecha de consulta: 9 de noviembre de 2024.