Criminalidad en la Provincia de Colón
La Criminalidad en Panamá con el consecuente sentimiento de inseguridad ciudadana ante el temor al delito, se ha convertido en uno de los problemas sociales de mayor preocupación, aún cuando no ha alcanzado despertar una alarma social y que desde el punto de vista cuantitativo en atención a la población total, no es significativo, si lo es desde el punto de vista cualitativo; es decir, dadas las características de violencia, agresividad e innovación tecnológica con que son ejecutados los hechos delictivos, denotan la transformación del delito al cual se han incorporado técnicas y métodos de otras latitudes, resultando insuficientes los esfuerzos para su control y prevención. El incremento de hechos delictivos con participación de personas con minoría de edad, la reincidencia y habitualidad de personas adultas en la comisión de delitos, la disfunción familiar, la participación progresiva de la mujer implicada en hechos criminosos especialmente en delitos contra la salud pública, la mora judicial producto de una ineficiente administración de justicia y la falta de aplicación de medidas cautelares distintas a la detención preventiva; son algunas de las variables que contribuyen a que la inseguridad y el temor ante el delito aumente, lo que constituye un obstáculo para el logro de niveles óptimos en la calidad de vida de la ciudadanía, y por ende en el desarrollo de nuestro país.
Unido al tema de la variación cualitativa del hecho delictivo, está la situación del Sistema Penitenciario que ante la falta de políticas en esta materia, no ha cumplido con un efectivo rol de rehabilitación del detenido, lo que se traduce en un aumento de la reincidencia, y lo hace cada vez más refractario a todo intento de tratamiento lo cual anula toda posibilidad de reinserción social. Por otro lado, debemos considerar que la criminalidad es multicausal, en la cual convergen y se conjugan una variedad de factores biológicos, psicológicos, sociales, culturales, etc., que en un momento determinado influyen en diferentes grados en el paso al acto delictivo. Ante este complejo problema, muchas veces se han seguido canales o vías poco adecuadas, como las que descansan prioritariamente en la represión y en algunas acciones de prevención que carecen de soporte científico y de la correcta planificación que el mismo exige.
La reacción social ante un hecho delictivo tradicionalmente descansa en instituciones tales como la Policía Nacional, Ministerio Público, Órgano Judicial, Sistema Penitenciario, entre otras, a pesar de la importancia y responsabilidad que las mismas tienen en relación al control y prevención de la criminalidad, no cuentan con parámetros definidos que permitan su actuación de manera integral, de modo que funcionen como una unidad orgánica, con miras a lograr la efectividad de sus acciones y programas.
De esta manea, la disfunción familiar, la participación progresiva de la mujer implicada en hechos criminales, la saña y alevosía con la que actúan los criminales de hoy, son algunas de las aristas que resaltan en la comisión de delitos a nivel nacional y que llevan a las autoridades policiales a enfrentar una triste realidad: cada año el número de crímenes aumenta de la mano con la forma visceral en que son cometidos. El sociólogo Danilo Toro comenta ante estos hechos que en Panamá “lo que se está fomentando no es una ola de violencia, sino una ola de miedo”, responsabilizando a los medios de comunicación social de influir en la “aparente pasividad” con la que los panameños están enfrentando el incremento de la violencia en las calles.
El aumento de la criminalidad en el área metropolitana en un 17 por ciento, indica que la inseguridad continúa afectando significativamente nuestras vidas y que el gobierno nacional tampoco ha podido responder a su promesa de más seguridad. La proliferación de bandas, el perfeccionamiento en sus actividades criminales, asociados a organizaciones de narcotraficantes, plantean un escenario altamente peligroso y desafiante.
El desarrollo y expansión de la actividad delictiva obliga a los estamentos de seguridad del Estado a reformular su estrategia contra el crimen. Lo que actualmente se percibe es una política anticriminal, segmentada donde cada entidad desarrolla su estrategia al margen de las otras, provocando un fraccionamiento dañino a lo que debe ser una ofensiva integral contra este flagelo.
El aumento de la criminalidad en Panamá es consecuencia de un estado de cosas que revela una inquietante disgregación de la sociedad. Como indican las estadísticas oficiales, más de un tercio de la población del país se encuentra en la pobreza. La principal causa del empobrecimiento ha sido el aumento de la desocupación, y es bien sabido que la falta de trabajo es el caldo propicio para las conductas irresponsables, antisociales y también autodestructivas. Esta realidad refleja un retroceso y, en algunos casos, una desaparición del Estado en lo que se refiere a su misión primaria de garantizar la seguridad física de todos los habitantes del país. En tales condiciones, una parte de la sociedad ha quedado sumida, por el momento, en una suerte de ley de la selva. Estamos, en suma, ante un cuadro de desarticulación social y deterioro institucional que debe ser tenido en cuenta en toda su magnitud y tratado con realismo para recuperar seguridad y así evitar un daño mayor en la vida social y económica del país. Secuestros, asesinatos y robos dominan la agenda noticiosa de los medios, y esto no es invento de los periodistas. Se trata de una realidad que debe enfrentar este y cualquier gobierno que esté comprometido con Panamá
VALOR DE LA VIDA
Muchos cambios sociales, culturales y científicos han transformado la forma de ver, entender y vivir la vida. Este progreso nos permite ver la existencia de forma distinta. En la sociedad a aumentado la esperanza de vida, y se han logrado curar muchas de las enfermedades que antes causaban muchas bajas en la población. Aún así la vida sigue sin poder ser interpretada o al menos no es nada fácil. La vida a diferencia de las máquinas no puede ser domesticada ni programada, como consecuencia no se puede renunciar a los sentimientos ni a las emociones.
Los valores morales están estrechamente asociados con ideales y conceptos sociales como el aprecio al individuo y a los demás, la estima propia y a los congéneres, el interés y preferencia de los jóvenes por actitudes en común con otros, por destacar sólo algunos elementos que comprenden el significado de los valores y la importancia de los mismos en el comportamiento humano.
Valor es todo aquello a lo cual se aspira por considerarlo deseable, se trate de ideas concretas o de ideales que motivan el quehacer humano, los cuales pueden agruparse en diversas categorías, dependiendo del ámbito al que corresponden y de los fines que impulsan al hombre a perseguirlos.
Valorándose la vida de diversas formas:
– La vida como un bien personal: Cada ser humano tiene una vida biológica que es la base de todo, ya que sin ella no podríamos hacer lo más elemental, pero la vida también tiene un sentido algo más profundo, que se desarrolla más allá de lo estrictamente material. Por eso se dice que la vida es el bien más valioso y apreciado de todo ser humano. Por eso es moral defender la vida. Existe una convicción de que la vida hay que vivirla, pues la vida desarrolla las posibilidades y capacidades de la persona. Por eso el Concilio inculca el respeto al hombre y la idea de considerar al prójimo como otro yo. Otra idea importante para defender el respeto es que nadie puede disponer, ni tratar la vida como un simple objeto.
– La vida como un bien social: La vida de cada persona no sólo es un valor ético, las personas son seres sociables y necesitan vivir su vida rodeados de una sociedad la cual cuida de que se defienda la vida, nuestras vidas no pueden realizarse individualmente pues literalmente nos quedaríamos “cojeando”, es decir, nos faltaría algo, un vacío que nada puede llenar, algo que nos impide formarnos como personas. Desgraciadamente la sociedad también es el ámbito donde la vida se siente más amenazada., de ahí el esfuerzo social por el cuidado de ese bien tan preciado.
– La vida como un don de Dios: La ciencia no puede decirnos todo. Por eso todo el mundo puede experimentar con la vida como un don recibido. La fe cristiana nos dice que la vida es el don más precioso recibido por Dios. Las reacciones a este don es amarla, cuidarla y defenderla, pues es el vinculo más fuerte con Dios. Los cristianos ven el fundamento de la razón para entender la vida como valor absoluto. Este regalo queda en nuestras manos pues en ellas están las posibilidades de crea progreso, pero también esta en ellas la posibilidad de hacerla más absurda. Nuestro futuro depende de saber manejar un regalo que Dios nos dio y que su hijo Jesús cultivó.
– La vida amenazada: Vivir es derecho fundamental de todas las personas, por eso es deber de todos conservar y defender. La humanidad hace agresiones contra la vida propia, la vida ajena y contra la naturaleza, que también es un factor importante en nuestras vidas.
MORAL DE LA JUVENTUD
Los valores morales que nuestros hijos incorporan y aplican en sus vidas se aprenden en casa. Es cierto que los profesores, los psicólogos y los sociólogos están allí para ayudar a nuestros hijos a formarse como personas de bien, pero son los propios padres quienes tienen la obligación moral, valga la redundancia, de inculcar buenos modales y costumbres a sus vástagos. Dejar eso enteramente en manos de terceros, es ser tan irresponsable como las actitudes que hoy reprochamos a nuestros jóvenes.
Gran Parte de la juventud actual atraviesa por una tremenda crisis moral, que la lleva a manifestarse y rebelarse de diversas formas. Los jóvenes se encuentran confundidos y presionados para asumir patrones de conducta y culturales de otras sociedades y países más desarrollados que el nuestro, pero también más descontrolados y descompuestos en sus valores. Los jóvenes “idealizan” a los grupos y cantantes de rock e imitan su comportamiento, formas de vestir y también, desafortunadamente, su forma de vida en la que muchos consumen drogas y en otros hábitos que
La juventud representa el futuro de la patria. La sociedad espera muchas cosas de los jóvenes, tales como mantener la continuidad de instituciones como la familia que fue creada por Dios para asegurar el bienestar integral del ser humano.
Citar este texto en formato APA: _______. (2010). WEBSCOLAR. Criminalidad en la Provincia de Colón. https://www.webscolar.com/criminalidad-en-la-provincia-de-colon. Fecha de consulta: 17 de noviembre de 2024.