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Delincuencia: Crisis y trastorno de la personalidad en la adolescencia

La adolescencia es considerada en sí misma una etapa de crisis. Es un período psicológico de transición de la infancia a la madurez, que sirve como preparación e iniciación a la edad adulta. Se produce una fuerte integración social en el grupo de iguales y comienza el proceso de emancipación familiar. Los lazos con el grupo de amigos de la misma edad se estrechan, pasando de las pandillas de un solo sexo, a pandillas mixtas. El grupo actúa como agente de socialización permitiendo al adolescente practicar conductas, habilidades y roles que contribuirán a la construcción de su identidad adulta.

La delincuencia juvenil es un fenómeno muy representativo desde el siglo pasado, la delincuencia juvenil es uno de los problemas criminológicos que crece cada día más, no solo en nuestro país, sino también en el mundo entero; es una de las acciones socialmente negativas que va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres creadas y aceptadas por la sociedad.

Visto el concepto de delincuencia, resulta necesario delimitar el adjetivo de juvenil, es decir, ¿cuándo la delincuencia es juvenil? Vaya por delante que no podemos emplear al objeto de este trabajo el significado etimológico de tal adjetivo, pues desde este punto de vista, quiere decir lo relacionado con la juventud. Y no es aplicable, decimos, este concepto etimológico, porque dentro del campo de las ciencias penales viene entendiéndose por delincuencia juvenil la llevada a cabo por personas que no han alcanzado aún la mayoría de edad, mayoría de edad evidentemente penal.

JUSTIFICACIÓN

La adolescencia en sí, es una etapa muy conflictiva, en donde una mala decisión de los adolescentes puede conllevar a tomar malas decisiones resultando un mal camino. Uno de los más comunes problemas en los adolescentes es la delincuencia, la cual ha afectado duramente a nuestra juventud. De esta manera considero que es muy importante ponerle mucho cuidado a este tema y sobre todo darle una solución que pueda ayudar a nuestros jóvenes a sobrellevar esta situación a quienes se han visto involucrados en él; además prevenir a quienes no han caído en esta situación.

Pero en la crisis de los adolescentes no sólo afecta solo a los hijos… La adolescencia está considerada como una de las etapas de mayor estrés para los padres. Los hijos atraviesan un momento difícil, en el que la rebeldía, el inconformismo, la crisis de identidad multiplican los conflictos. La preocupación de los padres por el futuro de sus hijos, su educación,  la influencia de sus amigos, que no tomen alcohol, ni drogas ni hagan mal uso del sexo, se añade al propio conflicto generacional… pero ¿Es necesaria la crisis de adolescencia para un desarrollo normal? ¿Cuándo debemos alertarnos? ¿Es normal lo que le pasa a los adolescentes? Este trabajo busca brindarle la información necesaria para no caer en estos conflictos, sobre llevar y dar extensa información que expliquen detalladamente los trastornos que posee la adolescencia en su personalidad.

He considerado que este problema se da principalmente en la familia, con los amigos y en la vida social. Se han considerado mayor número de jóvenes delincuentes que día a día aumenta más y más, esto es preocupante en el caso de estos casi niños, y al respecto las autoridades no están de acuerdo pero nos preocupa que esto llegue a su límite y se salga de las manos esto que es tan importante de solucionar y prevenir.

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

Determinar los problemas y trastornos que influyen en la personalidad de los adolescentes durante sus cambios conflictivos de personalidad y sus consecuencias.

OBJETIVOS ESPECIFÍCO

Mencionar los trastornos de la personalidad que sufren la gran mayoría de los adolescentes.

Determinar como la crisis afecta el desarrollo normal de los adolescentes.

Determinar la relación que existe en la crisis de los adolescentes y la delincuencia juvenil.

MARCO TEORÍCO

DELINCUENCIA

La delincuencia es unconjunto de infracciones de fuerte incidencia social cometidas contra el orden público. Esta definición permite distinguir entre delincuencia (cuyo estudio, a partir de una definición dada de legalidad, considera la frecuencia y la naturaleza de los delitos cometidos) y criminología (que considera la personalidad, las motivaciones y las capacidades de reinserción del delincuente). Pero la delincuencia juvenil es un fenómeno social que pone en riesgo la seguridad pública de la sociedad, así mismo va contra las buenas costumbres ya establecidas por la sociedad. La delincuencia juvenil es un fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende desde los rincones más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de las grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las más pobres, es un problema que se da en todas las capas sociales y en cualquier rincón de nuestra civilización. Las pandillas son algo muy típico de la adolescencia: son los grupos de semejantes que le brindan identidad y autoafirmación a los seres humanos en un momento en que se están definiendo las identidades. Siempre han existido; son, en definitiva, un mecanismo necesario en la construcción psicológica de la adultez.

El fenómeno se da más en los estratos sociales pobres, pero también puede verse en capas acomodadas. En su génesis se encuentra una sumatoria de elementos: necesidad de pertenencia a un grupo de sostén, dificultad/fracaso en su acceso a los códigos del mundo adulto; la pobreza sin dudas, sin que sea eso lo determinante. Pero en muy buena medida –quizá lo definitorio– se encuentra como causa la falta de proyecto vital; y por supuesto eso es más fácil encontrarlo en los sectores pobres. Jóvenes que no encuentran su inserción en el mundo adulto, que no ven perspectivas, que se sienten sin posibilidades a largo plazo, pueden entrar muy fácilmente en la lógica de la violencia pandilleril. Una vez establecidos en ella, por distintos motivos, se va tornando cada vez más difícil salir. La sub-cultura atrae (cualquiera que sea, y con más razón aún durante la adolescencia cuando se está en la búsqueda de definir identidades). Constituidas las pandillas juveniles que son justamente eso: poderosas sub-culturas es difícil trabajar en su modificación; la “mano dura” policial no sirve. Por eso, con una visión amplia de la problemática juvenil, o humana en su conjunto, es inconducente plantearse acciones represivas contra esos grupos. De lo que se trata, por el contrario, es ver cómo integrar cada vez más a los jóvenes en un mundo que no le facilita las cosas. Es decir: crear un mundo para todos y todas.

CRISIS DE LA ADOLESCENCIA

La crisis de la adolescencia es más frecuente de lo que podemos llegar a pensar. Casi todos los adolescentes atraviesan esta crisis. Pero aunque la mayoría la atraviesa de una forma más o menos inadvertida, otros tendrán una crisis de adolescencia más “conflictiva”. Este trastorno viene provocado por las muchas alteraciones que sufren a esa edad: los cambios corporales, la aceptación del nuevo cuerpo, la sexualidad,… todos estos factores provocan perturbaciones más o menos profundas y/o duraderas en el joven. El adolescente, intentando obtener más autonomía y liberarse de la influencia paterna, adopta comportamientos de oposición hacia ellos. Los conflictos familiares continuos son un signo de crisis, pero no constituyen los únicos: el adolescente puede realizar modificaciones drásticas en su apariencia, puede encerrarse en sí mismo, adoptar conductas de riesgo (adicciones), mostrar una conducta violenta, etc. Estas circunstancias son realmente preocupantes cuando llegan al exceso, pues confirma la existencia de un sufrimiento en el adolescente que no sabe administrar.

Además de los cambios fisiológicos que son conocidos y aceptados por la mayoría de los padres por poca que sea su información, se producen otros cambios psicológicos, que son considerados como normales, pero que cogen desprevenidos a muchos padres que consultan a profesionales porque su hijo no es el mismo de hace un año, y tienen miedo de que le suceda algo malo.

Los cambios son lo suficientemente importantes como para que los reconozcamos sin problemas:

  • Crisis de oposición, en cuanto a la necesidad que tienen de autoafirmarse, de formar un yo diferente al de sus padres a los que han estado estrechamente unidos hasta ahora, con necesidad de autonomía, de independencia intelectual y emocional. Por eso nuestro niño, deja de ser nuestro, para ser de los demás, especialmente de los amigos.
  • Desarreglo emotivo: a veces con la sensibilidad a flor de piel y otras en las que parece carecer de sentimientos. Es por eso que un día nuestra hija nos sorprende con un abrazo y otro día rechaza cualquier muestra de cariño. Un día sin motivo aparente se despierta dando gruñidos, simplemente porque sus hormonas posiblemente le estén jugando una mala pasada.
  • Imaginación desbordada: Sueñan, y esto no es más que un mecanismo de defensa ante un mundo para el que no están preparados. Es un medio de transformar la realidad,  pueden imaginar un porvenir, como modelos, o futbolistas de elite, o campeones de surf, actores, etc…Ellos pueden cambiar el mundo, hacerlo mejor.
  • Narcisismo: Se reconoce al adolescente cuando comienza a serlo, simplemente por las horas que le dedica al espejo. Le concede una importancia extrema a su físico: puede lamentarse por un grano en la nariz, obsesionarse por la ropa, por  estar gordos o delgados… quieren estar constantemente perfectos aunque su visión de la estética no tenga nada que ver con la nuestra.
  • Crisis de originalidad:  que presenta dos aspectos:
    • Individual: como afirmación del yo, con gusto por la soledad, el secreto, las excentricidades en el vestir, o en su forma de hablar o de pensar. Necesita reformar, transformar el mundo, ser distinto y especial.
    • Social: aquí está la rebelión juvenil: Rebelión en cuanto a los sistemas de valores de los adultos y las ideas recibidas. Achacan al adulto sobretodo su falta de comprensión y el hecho de que atenta contra su independencia. Hay una necesidad clara de participación,  la uniformidad en lenguaje y en vestimenta de los adolescentes, no es más que la necesidad de afecto, de ser considerado, aprobado por el propio grupo,  y que a veces lo viven de una forma obsesiva.

Veamos ahora que sentimientos reales acompañan a estas manifestaciones, y que son consecuencia directa de las crisis que está atravesando:

  • Sentimiento de inseguridad: sufre a causa de sus propios cambios físicos que no siempre van parejos con su crecimiento emocional,  puesto que la pubertad, es decir la madurez física, siempre precede a la psíquica, con lo que a veces se encuentran con un cuerpo de adulto, que no corresponde a su mente, y por lo tanto no se reconocen, y desarrollan  una fuerte  falta de confianza en si mismos.
  • Sentimientos angustia:  puesto que existe una frustración continúa. Por una parte le pedimos que actúe como un adulto (en sociedad, responsabilidad) y  por otra se le trata como un niño, se le prohíbe vestir de una u otra forma, o se reglamentan sus salidas nocturnas, etc.…

Esta angustia es la manifestación de la tensión que el chico soporta y que  se manifiesta por:

  • Agresividad: como respuesta a dicha frustración, la agresividad es un mecanismo habitual. La cólera del adolescente ante nuestra negativa a sus exigencias, la irritabilidad, la propensión a la violencia, que de momento les supone una bajada de tensión pero que por supuesto es sólo momentánea, las malas contestaciones, los portazos, las reacciones desmedidas en las peleas con los hermanos, etc. son claros ejemplos.
  • Miedo al ridículo: que como sabemos se encuentra exageradamente presente. Es un sentimiento social de vergüenza, atravesar un sitio con mucha gente, ir con ropa poco apropiada para el grupo, etc.… y  que puede tener manifestaciones físicas: taquicardia, trastornos gastrointestinales, etc.…
  • Angustia expresada de modo indirecto: el miedo al examen, (quedarse en blanco), timidez extrema, miedo a desagradar, reacción de rechazo cuando se le dan muestras de cariño, tanto en público como en privado…
  • Sentimientos de depresión: por la necesidad de estar solo, de melancolía y tristeza que pueden alternar con estados de verdadera euforia…

Estas características entran dentro de la normalidad de un chico o una chica adolescente, pero por supuesto, dentro de unos límites. La angustia, la depresión, la irritabilidad, el ir contra las normas, puede volverse patológico cuando es exagerado, cuando vemos que el adolescente está sufriendo mucho y o hace sufrir a los demás, cuando vemos que se altera toda su vida y que esos sentimientos le condicionan absolutamente, que de alguna forma le alejan en exceso de la realidad.

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD EN ADOLESCENTES

Un trastorno de la personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su origen en la adolescencia o inicio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para el sujeto y los que están a su alrededor.

Los trastornos de personalidad que se incluyen en este capítulo son:

  1. Trastorno paranoide de la personalidad: se caracteriza por un patrón de desconfianza y suspicacia que hacen que se interpreten maliciosamente las intenciones de los demás.
  1. Trastorno esquizoide de la personalidad: es un patrón de desconexión de las relaciones sociales y de restricción de la expresión corporal.
  1. Trastorno esquizotípico de la personalidad: consiste en un patrón de malestar interno en las relaciones personales, distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades de comportamientos.
  1. Trastorno antisocial de la personalidad: consistente en un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás.
  1. Trastorno límite de la personalidad: se asienta en un patrón de inestabilidad de las relaciones interpersonales del sujeto, su autoimagen y sus afectos, además de una notable impulsividad.
  1. Trastorno histriónico de la personalidad: consiste en presentar un patrón de emotividad excesiva y de demanda de atención constante.
  1. Trastorno narcisista de la personalidad: el sujeto presenta un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y gran falta de empatía.
  1. Trastorno de la personalidad por evitación: es un patrón de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa.
  1. Trastorno de la personalidad por dependencia: consiste en un patrón de comportamiento sumiso relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado.
  1. Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad: comporta un patrón de excesivo de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control.
  1. Trastorno de la personalidad no especificado: esta categoría se aplica en dos situaciones; por un lado, cuando el patrón de personalidad del sujeto cumple el criterio general del trastorno de personalidad, pero existen características de varias clases de trastornos de personalidad, pero no de los criterios para un subtipo específico; y por otro lado, cuando el sujeto cumple el criterio general del trastorno de personalidad, pero su sintomatología no se acoge a ninguna de la existente en los subtipos (por ejemplo, el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad).

A su vez, los trastornos de personalidad están reunidos en tres grupos, basándose en las similitudes de sus características. Así tenemos el grupo A en el que se incluyen los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad; los sujetos que poseen a alguno de estos grupos suelen parecer raros o excéntricos. El grupo B en el que se incluyen los trastornos antisociales, límite, histriónico y narcisista de la personalidad, cuya característica es que los sujetos pertenecientes a este grupo suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables. Por último, está el grupo C en el que se incluyen los trastornos por evitación, por dependencia y el obsesivo-compulsivo de la personalidad. Los sujetos incluidos en este grupo suelen parecer ansiosos o temerosos.

Es conveniente señalar, que si bien, esta clasificación en grupos nos sirve a modo de agrupamiento a efectos de investigación o docencia, no ha sido validada y por lo tanto no es consistente; además del añadido de que la mayoría de pacientes presentan al mismo tiempo varios trastornos de la personalidad pertenecientes a grupos distintos.

El diagnóstico de estos trastornos se hace solamente cuando los rasgos característicos son típicos de la actividad cotidiana de la persona y a lo largo del tiempo, y no se limitan a episodios concretos (como serían, por ejemplo, los trastornos psicológicos que acompañan a una determinada enfermedad). Asimismo, cuando el joven tiene menos de 18 años, hay que ser muy cautos al efectuar el diagnóstico de trastorno de la personalidad, siendo preferible diagnosticar un trastorno de conducta (en vez, por ejemplo, de trastorno antisocial de la personalidad, que veremos seguidamente), puesto que recientes estudios muestran que muchos niños con evidente conducta antisocial tienden a normalizarse al llegar a la edad del joven adulto. Por otra parte, algunos de los trastornos más severos de la personalidad comienzan en la adolescencia, y el poder detectarlos en forma incipiente o en el momento en que aún no tienen consecuencias irreversibles (es decir, cuando aún no hay deterioro de la personalidad) puede ser muy importante para su tratamiento. Veamos a continuación dos de los tipos más habituales de estos trastornos de la personalidad: la antisocial y el límite (borderline).

AYUDA QUE SE LE PUEDE BRINDAR AL ADOLESCENTE

Primeramente, la sola idea de que el adolescente pueda necesitar una ayuda exterior profesional para salir de esta situación, afecta más a algunos padres, que a los hijos, ya que llegan a sentir que han fracasado en su función paterna. Pero no deben pensar así. Lo que realmente ocurre es que el adolescente necesita hablar con una persona neutra. Y deben tener en cuenta que, en la mayoría de casos, la consulta profesional es tremendamente beneficiosa para el adolescente (y también para los padres)

Muchas veces tratar este tema se convierte en un nuevo trauma para el chico. Para tratar que no se siente mal por tener que recurrir a la ayuda profesional y que quiera hacerlo, debemos explicarle que el profesional se trata de una persona neutra, externa a su mundo que podrá ver las cosas en perspectiva y que podrá aportarle ayuda, comprendiendo lo que le ocurre y ayudándole a administrar esta nueva situación. El chico debe confiar en su médico, es lo más importante.

Diversos profesionales de salud son competentes para aportar ayuda a un adolescente en apuros: El psiquiatra, médico especializado, es un excelente interlocutor para una depresión o un trastorno de comportamiento. El psicólogo se interesa más por el individuo en su unicidad y originalidad.

GUÍA DE ORIENTACIÓN

Los trastornos en los adolescentes pueden ser sobrellevados por los padres, buscando comunicación, ayuda profesional, brindándoles confianza o muchas otras estrategias. Pero muchas veces dependiendo del trastorno que posea el adolescente se verán sus resultados. El padre o adulto debe estar abierto a todo tipo de sugerencias que hagan el profesional para que pueda cooperar con el mejoramiento de su hijo adolescente. El profesional debe ser capaz de poder evaluar, diagnosticar y sobre todo poner en práctica todo su conocimiento para ayudar a lograr resultados positivos.

Algunos requisitos que los padres que deben cumplir para confrontar la crisis durante la adolescencia de sus hijos:

  1. No se debe mandar hoy una cosa y mañana otra, con contradicciones porque evidentemente nos hará perder credibilidad.
  1. Cuando se toma una decisión hay que mantenerla. Previamente hay que razonarla pero una vez tomada, deberemos mantenerla aunque cueste trabajo o sacrificio.
  1. No se puede exigir a los hijos lo que no somos capaces de hacer. Mantener una congruencia de vida, no podemos pedir orden si somos un desastre.
  1. Debemos mantener el control, no dejarnos llevar siempre por la ira, enfado, o agresividad, puesto que nos pueden llevar a dar órdenes que luego tendremos que corregir.
  1. Ser tolerantes con las pequeñas cosas, (la ropa, el tatuaje, el pendiente.) y poder exigir en las fundamentales.
  2. Mostrar interés por todas sus acciones. No exigir, dar órdenes y desaparecer de la escena, leer el periódico o marchar de casa, desatendiéndose del hijo.
  1. Disponer de muchísima paciencia. No debemos olvidar que ellos tratarán de imponer sus criterios, aprovecharse de nuestras debilidades, debemos ser perseverantes, no claudicando nunca, y cuando nos veamos desbordados pedir ayuda a un profesional que nos oriente.
  1. Valorar todo lo bueno, lo responsable que sea, aunque sea mínimamente, pues así será estimulado, procurando estar siempre para ver también lo que ha hecho bien, aunque sea su deber (como estudiar, o recoger su habitación) puesto que en esta crisis esto a él, al adolescente, le supone un esfuerzo.

CONCLUSIÓN

La juventud es el período de la vida en que todas las personas, debe preparar su futuro a través del estudio y el trabajo ennoblecedor. También de cultivar y cuidar sus valores espirituales, morales y sociales. Los jóvenes deben saber elegir sus amistades, porque personas conflictivas a nuestro lado lo que hacen es crear inconvenientes ya sea, con nuestros padres y nos causan trastorno en nuestra conducta. En las sociedades menos desarrolladas la incidencia de la delincuencia juvenil en el conjunto del mundo del delito es menor que en las comunidades más avanzadas en el plano económico. En las grandes ciudades latinoamericanas, la delincuencia juvenil está ligada a la obtención (delictiva) de bienes suntuarios de consumo y por lo general no practican la violencia por la violencia misma sino como medio de obtener sus objetivos materiales.

La delimitación de este tema acerca de la delincuencia me ha permitido reconocer los daños personales, familiares sociales etc. Se ha notado la importancia que tienen para los delincuentes, los centros de ayuda, los grupos de apoyo, sentir cerca de sus familiares, que sin criticarles les dan fuerzas para salir hacia delante. Todos esos aspectos son piezas clave para lograr una recuperación total, de nuestros familiares o jóvenes en general. Aunque lo más importante es que las personas afectada reconozcan su situación para lograr un mejor resultado.

RECOMENDACIONES

  • Brindar mayor cantidad de información a los padres de familia sobre las maneras que deben sobrellevar las crisis de los adolescentes.
  • Fomentar mayor publicidad a las instituciones que rehabilitan a los jóvenes que hayan padecido de crisis y de trastornos de personalidad.
  • Apoyar a los Centro de Rehabilitación y de Reintegración Social, planificando estrategias y que funcionen para lograr sus objetivos.
  • Divulgar en los medios de comunicación las maneras en que podemos apoyar a los adolescentes que están pasando por etapas difíciles y encaminarlos para que no sean influenciados por la delincuencia.

BIBLIOGRAFÍA

____________. Blog Cosas de Familia.com. La crisis de la adolescencia. 2001. http://www.cosasdefamilia.com/pragma/documenta/CDF/secciones/CDF/ENCICLOPEDIA_CDF/11ALOS15/CRISIS_11A15/doc_443_HTML.html?idDocumento=443

____________. N4: Patologías – psicobiologia net. Trastornos de la personalidad. http://www.biopsicologia.net/fichas/page_7998.html

CESPEDES, I. Efectos que influye en la delincuencia en los adolescentes. Monografías. 2003. http://www.monografias.com/trabajos14/delincuencia/delincuencia.shtml

COLUSSI, M. Violencia, delincuencia juvenil y pandillas. 2006. http://www.aporrea.org/actualidad/a25366.html

DE LA GARZA, F. La cultura del menor infractor. Editorial Trillas, México. 1987

LOZANO, C. la delincuencia en la adolescencia. 2007. http://www.monografias.com/trabajos14/delincuenglob/delincuenglob.shtml

MENÉNDEZ, I., Crisis de la Adolescencias. Psicopedagogías.com. http://www.psicopedagogia.com/crisis-adolescencia

MOLINA, J. Alteraciones de la Personalidad. 2000. http://www.proyectopv.org/2-verdad/alteraciones.htm

ROMÁN, C. Delincuencia juvenil. http://www.monografias.com/trabajos15/delincuencia-juvenil/delincuencia-juvenil.shtml#INTRO

TREVIÑO, G. La delincuencia en los adolescentes. Monografias. http://www.monografias.com/trabajos71/delicuencia-adolescentes/delicuencia-adolescentes2.shtml

ANEXO

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La delincuencia juvenil es un fenómeno muy representativo desde el siglo pasado, la delincuencia juvenil es uno de los problemas criminológicos que crece cada día más, no solo en nuestro país, sino también en el mundo entero; es una de las acciones socialmente negativas que va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres creadas y aceptadas por la sociedad.

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La violencia en los medios de comunicación y en juegos de videos, puede ser la causante de los trastornos de los adolescentes, sucumbiéndolos al mundo de la delincuencia y la violencia.

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Los padres siempre deben conocer quienes son los amigos de sus hijos para evitar que estos estén con malas amistades.

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La agrupación de adolescentes puede influenciar en la personalidad de los otros induciéndolos a tomar malas decisiones, como el licor y las drogas, cambiando sus personalidades.

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La crisis de los adolescentes no sólo afecta solo a los hijos… La adolescencia está considerada como una de las etapas de mayor estrés para los padres. De esta manera los adolescentes deben estar dispuestos a pedir consejos de sus padres

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Muchas veces da mayor resultado con ayuda profesional, un psicólogo puede diagnosticar el trastorno que padece el adolescente y brindarle la terapia apropiada.

Citar este texto en formato APA: _______. (2013). WEBSCOLAR. Delincuencia: Crisis y trastorno de la personalidad en la adolescencia. https://www.webscolar.com/delincuencia-crisis-y-trastorno-de-la-personalidad-en-la-adolescencia. Fecha de consulta: 23 de noviembre de 2024.

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