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Educación para la tolerancia

El derecho a que toda persona elija libremente sus creencias religiosas y las pueda ejercer sin coacción de ningún tipo es un derecho reconocido en la “Declaración Universal de Derechos Humanos” y es el fundamento ético y jurídico de este trabajo. “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual o colectivamente tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.

En las democracias modernas nadie, ni personas ni instituciones están legitimadas para imponer una cosmovisión, una antropología o una moral a todos los miembros de una determinada sociedad. Únicamente en regímenes totalitarios se sigue dando hoy en día una imposición totalitaria de una visión del mundo que pretende imponer a través de la educación y de los medios de comunicación a toda la sociedad.

Este trabajo intenta dar a conocer la importancia fundamental de la liberta de conciencia, debido a esto dentro del diseño curricular de los estudiantes debe incluirse la educación para la paz y la tolerancia, y así formar a personas tolerantes, demócratas y con libre albedrio.

EDUCACIÓN PARA LA TOLERANCIA

La tolerancia se ha definido como “El respeto y la consideración hacia las formas de pensar, de hacer y de sentir de los demás, aunque éstas sean diferentes a las nuestras”.  Queda claro entonces que la tolerancia implica reconocer que hay muchas maneras de ser humano en diferentes contextos culturales y sociales. La sabiduría popular ha definido la tolerancia de manera muy grafica cuando dice que este término implica “vivir y dejar vivir”

Es fundamental hacer la distinción entre el acto de tolerar versus la acción de soportar.  Aquel decir común de que “Yo me lo aguanto”, no implica una connotación tolerante. También es importante diferenciar el concepto de tolerancia del de indiferencia, expresado con afirmaciones como “Tranquilo, para mi es como si no existiera”. La tolerancia en concepto de Adela Cortina, una reconocida experta en ésta temática, debe entenderse como el interés por comprender a otros y por ayudarles a llevar adelante sus proyectos de vida, comprendido lo anterior como un respeto activo, el cual desemboca usualmente en el concepto de solidaridad concebida como la primacía del nosotros sobre el yo, esto es la noción de lo colectivo pero sin renunciar a la propia identidad.  Este último concepto pudiéramos concretarlo en la sabia reflexión de Octavio Paz cuando afirma que “Para poder ser, he de ser otro.  Salir de mi, buscarme entre los otros”.

El aula y el centro educativo constituyen pequeñas comunidades que reproducen las relaciones sociales, los enfrentamientos, la capacidad de diálogo, la integración o no de los miembros… de la sociedad a la que pertenecen. En ellos, los docentes podemos ser meros “reproductores” o verdaderos agentes de cambio, de transformación. Por ello, los profesionales debemos plantearnos que la institución escolar debe cambiar, aún más, tiene que pasar de una estrategia reactiva a otra proyectiva, que se debe plantear el futuro social de convivencia intercultural.

La educación sigue jugando un papel importante en la transmisión de este mensaje, puesto que es el principal elemento de socialización en cualquier tradición cultural. Su objetivo ha venido siendo, desde los inicios de la civilización, y debe seguir siendo, convertir al individuo por sí mismo en persona, aprendiendo a ser un agente moral en una comunidad moral compuesta por otros miembros que son también agentes morales. Sin duda, educar en la paz y en la tolerancia representa un ejercicio de apertura mental que es fundamental para entender las razones de los demás, y que tiene que ver con una virtud cívica de carácter democrático. A la comprensión de este significado se ha llegado tras muchos siglos de historia, de guerras de derrotas, de intolerancia. Desde los clásicos hasta los contemporáneos, filósofos y educadores se han ido acercando a este logro. En este trabajo se muestra un esbozo de la trayectoria de este aprendizaje a través del ejemplo de algunos de los principales educadores

El fundamento de la enseñanza de la tolerancia está en formar seres humanos más preparados para cohabitar en un mundo cada vez más diverso; para proteger contra la discriminación y evitar así conflictos y para abrir caminos hacía la civilidad y el respeto.  Compartimos plenamente la afirmación de Fernando Savater en el sentido de que nadie llega a convertirse en humano si está solo; nos hacemos humanos los unos a los otros.

En la educación para la tolerancia es fundamental el pleno ejercicio de la convivencia intergrupal, situación esta que se da con mucha frecuencia en un país como el nuestro multiétnico y multicultural. Cuando se permite la plena expresión de la cultura regional en un contexto de respeto, estamos fomentando actitudes tolerantes que serán muy enriquecedoras para el bagaje social de los niños y niñas.  Como bien se ha afirmado, no disponemos sino de un mundo para todos los seres humanos y el escenario educativo debe constituirse en un pilar fundamental de la sana convivencia.

La educación para la tolerancia tiene como objetivo enseñar las técnicas adecuadas para que en el entorno escolar se promueva el respeto y la tolerancia hacia otras culturas, consiguiendo así el aprendizaje de unos valores que permitan el entendimiento de una sociedad intercultural. Estos talleres se imparten en los colegios e institutos, a grupos de edades comprendidas entre Infantil y Bachillerato.

El aprendizaje se consigue a través de juegos de comunicación, de fábulas, ejercicios de autoestima, intervenciones en grupo para debatir conceptos estereotipados, todo ello con la intención de desarrollar en los alumnos la capacidad necesaria para poder discernir sobre los conceptos de tolerancia e igualdad.

Algunas actividades dentro de la educación para la tolerancia que deben llevar a cabo los docentes:

  • Estimulando la tolerancia: esto puede contribuir a resolver muchos conflictos y a erradicar muchas violencias. Y como unos y otras son noticia frecuente en los más diversos ámbitos de la vida social, cabe pensar que la tolerancia es un valor que —necesaria y urgentemente— hay que promover, tanto desde la escuela como desde los medios de comunicación social.
  • Fomentando un clima de diálogo en la escuela: incentivar que los estudiantes expongan y defiendan su propia argumentación, y los profesores escuchen con atención y respeto sus reflexiones, procurando ofrecerles los puntos de apoyo necesarios para que encuentren por sí mismos una sólida fundamentación racional.
  • Respetando el crecimiento de los alumnos y ayudándoles a personalizar valores a través de un proceso educativo que fomente un sano espíritu crítico.
  • Suscitar en los alumnos un sano sentido crítico. Que aprendar a leer, pensar y hablar desde sí mismos, con independencia de modas y mensajes manipuladores.
  • Valorar la paz de forma tal que motive a la gente a asumir la responsabilidad de actuar en pro de ella constituye un atributo fundamental de la tolerancia que puede desarrollarse en el hogar muy eficazmente.

Los conflictos que involucra la intolerancia, junto con los problemas de pobreza que han acelerado el flujo migratorio, han multiplicado el número de refugiados que buscan asilo y de integrantes en busca de trabajo en países y comunidades que antes eran esencialmente monoculturales. El multiculturalismo ha surgido, a veces de forma inesperada, como situación social que afecta a muchas comunidades y a sus escuelas. Las aulas se han convertido en macrocosmos de la diversidad cultural de la sociedad mundial, y la comprensión entre personas de culturas diferentes se ha convertido en condición primordial para un sano clima de aprendizaje en las escuelas de todo el mundo. Las nuevas circunstancias han creado problemas de muy difícil solución en muchas escuelas. En algunos casos, este desafío ha servido de oportunidad para educar en un clima de armonioso multicultutalismo, desde la perspectiva de un pluralismo positivo para una cultura de paz, que en el suplemento relativo a la enseñanza secundaria se califica de comunidad de amistad y que el eminente educador mexicano Pablo Latapi denomina “comunidad de solidaridad”.

 

CONCLUSIÓN

Convivir es aceptar la diversidad, valorar la tolerancia y comprometerse solidariamente con el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinciones por raza, género, lengua, origen nacional, religión o discapacidad, así como en el combate contra la intolerancia. Es imposible la convivencia democrática si no se fundamenta en los valores de Tolerancia y Solidaridad. Por medio de la educación para la tolerancia se aprende y se entiende la importancia del respeto a las demás personas y de la forma adecuada de convivir con otras personas distintas a nosotros, y de diferentes ideologías y formas de vida.

La comprensión entre personas de culturas diferentes es el resultado de un aprendizaje, como lo es la reconciliación. Ninguna de las dos será posible si no se aprende y ejercita la tolerancia. Tal ha sido el sentido del llamamiento lanzado por el Director General de la UNESCO.

Citar este texto en formato APA: _______. (2013). WEBSCOLAR. Educación para la tolerancia. https://www.webscolar.com/educacion-para-la-tolerancia. Fecha de consulta: 23 de diciembre de 2024.

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