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La infancia: el Desarrollo de las relaciones

1. APEGO Y SEPARACIÓN

El vínculo inicial, y sin duda el más influyente, es el que principia entre el niño y la madre o quien lo cuida. El vínculo queda firmemente establecido cuando el niño cumple 8 a 9 meses de edad.

1.2. Desarrollo emocional en la primera relación.

En los lactantes humanos, el apego ocurre de modo muy gradual. El niño pasa por etapas de crecimiento emocional y social que culminan en el sólido establecimiento de esa primera relación. Los infantes empiezan a desarrollar un diálogo. Los padres, con los bebés, y los hermanos con los infantes hacen lo mismo.

1.3. Ansiedad ante extraños.

Uno de los hitos del desarrollo de las relaciones de apego es la aparición de la ansiedad ante extraños y la ansiedad ante la separación. La ansiedad se basa en la conciencia del niño de que la presencia de] cuidador coincide con la seguridad. Los padres pueden ayudar a los lactantes y a los niños de más edad a adaptarse a los extraños dándoles tiempo para conocerlos.

La ansiedad ante extraños es además un hito en el desarrollo social. Estos niños tienden a sufrir una ansiedad más generalizada y no resucita que dificulta su desarrollo futuro.

1.4. Separación y pérdida.

Los lactantes que son atendidos por cuidadores que constantemente cambian y que satisfacen solo sus necesidades físicas básicas son incapaces de establecer una relación de apego. El niño que ha establecido una relación de apego total responde de manera muy diferente ante la separación del cuidador primario que el niño que nunca ha establecido esa relación. En todo el mundo manifiestan respuestas similares ante su ambiente social: poco a poco establecen una relación de apego con el cuidador.

2. PATRONES DE LAS PRIMERAS RELACIONES

2.1. Calidad de la relación.

Hay otras maneras de medir la calidad de la relación entre el niño y la persona que lo cuida. Sroufe (1977) sus colegas midieron un grupo de niños tic 12 a 18 meses, lo dividieron con cuidado en tres categorías: apego seguro, evitación y ambivalencia. A los18 meses, los niños con fuertes relaciones de apego eran más entusiastas, persistentes y cooperativos. Pistas diferencias eran todavía notorias cuando los niños llegaban a los cinco años de edad.

Una relación afectuosa, de apoyo entre el niño y la persona que lo cuida, con una extensa interacción verbal, conduce a mayores niveles de capacidad cognoscitiva y a mayor habilidad social (Olson et al., 1984). Por tanto, el apego del niño y su cuidador establece los fundamentos para el desarrollo futuro.

En el caso de los lactantes ciegos, la comunicación visual entre el cuidador y el niño suele constituir un elemento central en el establecimiento de las relaciones de apego. A menudo inconscientemente consideran que un niño ciego no es sensible. Entrenar a los padres y cuidadores de niños ciegos para que detecten e interpreten las señales manuales mejora enormemente el diálogo entre progenitor e hijo, la formación del apego y toda la socialización subsecuente (Eraibcrir, 1974).

En el caso de lactantes sordos, los problemas del desarrollo en estos niños siguen un patrón diferente al de los ciegos. Las respuestas del niño no son suficientespara satisfacer las expectativas de los padres. El diagnóstico de sordera causa gran sorpresa a los padres que han estado “hablando con el niño desde que nació. A semejanza de los padres del niño ciego, requieren entrenamiento y orientación especiales para ayudarle a su hijo a alcanzar su desarrollo pleno. Esos niños deterioran el vínculo conyugal, pudiendo provocar además perturbaciones en otros hijos de la familia. Los niños con falta de desarrollo suelen ser pequeños y débiles. Algunas veces, estos padres son poco sensibles hacia los sentimientos de los otros y, por tanto, son incapaces de responder a las señales emocionales del bebé.

3. PADRES, HERMANOS Y EL SISTEMA FAMILIAR

La mayor parte de las investigaciones dedicadas al desarrollo del niño se ha centra do en la relación existente entre madre e hijo, olvidando la función del resto de la familia. Cuanto más fuerte sea el apego inicial, mayor será el influjo que el padre ejerza más tarde sobre la socialización posterior.

3.1. Los padres y el sistema familiar.

La más competente, la madre, por lo común tomo la mayor responsabilidad sobre el infante y a sus necesidades de desarrollo (Esterbrook y Goldberg, 1984; Parke, 1981). La influencia indirecta del padre es considerable en el infante y, en realidad, en toda la familia. Es necesario establecer papeles complementarios, que ambos padres tomen decisiones en conjunto acerca de los arreglos para el cuidado del niño, el regreso de la madre al trabajo. El estrés o tensión en el matrimonio puede ser mayor si el infante es demandante, se enferma con frecuencia, o es discapacitado. El niño aprende cómo compartir, cooperar y se autoafirma observando a sus hermanos mayores. Es claro que el nacimiento del segundo niño implica un tremendo impacto en el primer hijo o hermano mayor. Los padres le rinden menos atención, tiempo, y energía al primer hijo. El papel del niño mayor debe cambiar.

4. MADRES QUE TRABAJAN

El cuidado de los niños es un asunto complejo en ¡as sociedades modernas.

Algunas madres que trabajan son ambivalentes respecto a su rol de trabajadoras y madres.

El estrés, tanto en el padre como en la madre, que genera el combinar las responsabilidades paternas y las laborales en una ecología social que ofrece escaso apoyo puede ser muy considerable.En las familias donde el padre y la madre trabajan, a menudo los abuelos son los principales cuidadores durante gran parte del tiempo. La madre japonesa promedio tenía una opinión contraria.

5. CRIANZA DEL NIÑO Y DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD

5.2. Referencia social y significado cultural.

Una vía importante de influencia paternal en el infante es el proceso llamado referencia social. Los bebés miran a sus padres tanto como a sus madres buscando señales emocionales, y aún cuando miran más a las madres que a los padres cuando ambos están presentes, las señales del padre parecen ser igualmente efectivas para la regulación de la conducta de los niños (Hirshberg y Svejda, 1990).

5.3. Autonomía, cooperación y disciplina.

Cuando el niño cumple 1 año de edad, sus padres o cuidadores le han enseñado ya algunas pautas del comportamiento aceptable, en especial respecto a sus necesidades de dependencia y de proximidad física. A menudo, cuando un niño que empieza a caminar ve la angustia de otros, se confunde. El niño de 21 meses se mostró confundido y angustiado en relación al dolor de su madre. Algunos adultos pretenden que el niño tenga un control temprano v total sobre los esfínteres y la vejiga; piensan que los “accidentes” son intolerables y sucios. Después, el niño actúa en el mundo y observa qué es lo que sucede. Niños y niñas empiezan a manifestar distinta conducta. Es probable que los niños empiecen a independizarse en forma sorprendente de su madre, mientras que las niñas exigen un mayor apego y tienen más sentimientos ambivalentes acerca de ser independientes.

Al finalizar el segundo año, el lenguaje del niño tiene considerable autorreferencia.

Citar este texto en formato APA: _______. (2018). WEBSCOLAR. La infancia: el Desarrollo de las relaciones. https://www.webscolar.com/la-infancia-el-desarrollo-de-las-relaciones. Fecha de consulta: 31 de octubre de 2024.

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