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La personalidad y el Desarrollo Social

El desarrollo social y el desarrollo de la personalidad se conciben en la actualidad como son dos caras de la misma moneda. .  El desarrollo social y el desarrollo de la personalidad avanzan unidos, siendo productos de la interacción entre el medio socio-cultural y las influencias biológicas, los cuales nos hacen ser a la vez semejantes y diferentes. Los agentes socializadores ejercen influencia en el desarrollo de la personalidad a lo largo de los diferentes períodos evolutivos, por lo que se hace necesario, un análisis que permita la comprensión de cada una de las etapas por las que atraviesa el individuo en su desarrollo, a través de la descripción del papel que juegan los agentes de socialización en la Lactancia, la Edad Temprana, la Edad Preescolar, la Edad Escolar, la Adolescencia, la Juventud y la Adultez Mayor.

La formación y el desarrollo de la personalidad ocurre durante toda la vida humana, las características y regularidades que distinguen al ser humano en cada período de su vida están determinadas por las circunstancias socioculturales e históricas concretas en las que transcurre la existencia de cada persona. Desde la perspectiva histórico-cultural se destaca, el medio social como fuente del desarrollo y la interacción e interrelación social como fundamentalmente determinante del desarrollo psíquico humano (Febles y Canfux, 2003), lo que demuestra que no solo el medio social da lugar a cambios en el desarrollo; la relación única, particular e irrepetible entre de cada sujeto y su entorno, promueve y potencia el desarrollo psíquico y de la personalidad.  Es por ello la importancia crucial de la educación para el crecimiento y el desarrollo humano en el estudio del desarrollo psíquico, cada período es sensible para recibir la influencia de la educación y el papel de la riqueza estimulante del entorno.

El desarrollo no es algo privativo de niños y jóvenes, sino que se produce a lo largo de la vida del ser humano, desde que nace hasta la vejez. En el estudio del origen y desarrollo de la personalidad, se pueden verificar logros esenciales en cada una de las etapas, ellos tienen que ver con la influencia social, toda la historia que antecede al individuo, la cultura de la sociedad en la que vive y los grupos en los cuales se inserta o con los que de alguna manera se relaciona. El desarrollo es un proceso movido por contradicciones internas, (y en este sentido es espontáneo), las cuales se originan en el propio proceso de interacción e interrelación del niño con su medio. En el proceso de desarrollo se produce la conjugación de factores externos e internos. El proceso de socialización transcurre a lo largo de toda la vida y se caracteriza por ser de carácter bidireccional, es decir, por un lado se encuentra toda la influencia que ejercen los grupos y por otro, la recepción activa que realiza el individuo.

Esta afirmación remite al papel activo de la personalidad como principal filtro que media la relación de los sujetos con su entorno. La socialización, entonces se da mediante diferentes agentes socializadores como la familia, la escuela, el grupo informal o grupo de amigos, el centro laboral, la comunidad que son los más tradicionales. Sin embargo; el desarrollo no siempre implica estabilidad, se plantean crisis en el desarrollo, existen momentos en que el equilibrio en la constante interrelación que se establece con el entorno puede romperse, es decir, las demandas del medio no pueden ser satisfechas con las posibilidades actuales del individuo y es aquí cuando aparece la crisis.

 

Desde el punto de vista del niño, los procesos de socialización son de tres tipos:

  • Procesos mentales: adquisición del conocimiento de normas, valores, costumbres, personas, instituciones y símbolos sociales, adquisición del lenguaje y de los conocimientos adquiridos a través del sistema escolar. De hecho el proceso de socialización es, en gran medida, una transmisión de los conocimientos que la especie ha acumulado a través de los años.
  • Procesos afectivos: los vínculos afectivos que el niño establece son una de las bases más sólidas del desarrollo social. La empatía, el apego y la amistad son una forma de unión al grupo, pero también mediatizan todo el desarrollo social.
  • Procesos conductuales: La socialización implica también la adquisición de conductas consideradas socialmente deseables. Para ello el niño debe ir adquiriendo un cierto control sobre su conducta y se sienta motivado para actuar de forma adecuada. Las motivaciones que favorecen la conducta social pueden basarse en la moral, el razonamiento sobre la utilidad social de ciertas conductas, el miedo al castigo o el miedo a perder el amor que recibe de los demás.

 

Este proceso se inicia desde el momento del nacimiento y permanece a lo largo de todo el ciclo vital.

Entre las teorías clásicas suelen citarse la corriente psicoanalítica (Freud, Erikson), el conductismo (Skinnner, Watson, Bandura) y el desarrollo cognitivo de Piaget.

Freud sostenía que las personas se mueven guiadas por instintos agresivos o sexuales innatos pero que pueden ser controlados y que gran parte de nuestra conducta se explica por motivos inconscientes reprimidos. Propuso las ya cinco conocidas etapas de desarrollo psicosexual: oral, anal, fálica, latencia y genital. Erikson revisa se centra más en los determinantes socioculturales del desarrollo humano: las personas se desarrollan superando ocho tipos de conflictos, que van desde la confianza frente a desconfianza en la infancia hasta la integridad frente a la desesperación en la ancianidad. Propio del conductismo es la consideración del desarrollo humano como condicionado pasivamente por ambiente, pudiendo ser moldeado por los refuerzos y los castigos.

Bandura protesta cuando se le considera conductista, pues rechaza el determinismo observacional de Watson, y dice que su teoría considera a las personas como procesadores activos de la información por medio del aprendizaje observacional; la influencia con el ambiente sería recíproca.

Para Piaget el desarrollo y aprendizaje se dan progresivamente siguiendo unos estadios invariantes y es una función de adaptación al ambiente a través de la exploración y el descubrimiento Las personas construyen sus esquemas mentales y se adaptan mediante los procesos de la asimilación y acomodación.

Entre las perspectivas más recientes cabe citar la etología (Lorenz, Tinbergen), la genética de la conducta (Plomin, de Fries), la ecológico-sistémica (Bertalanffy, Bronfenbrenner) y el cognitivismo moderno (Vigotsky). Desde la etología se considera la conducta humana como una función de la información filogenéticamente adaptada. La genética de la conducta trata de responder a esta pregunta de modo descriptivo: ¿en qué modo y medida las variaciones individuales de los fenotipos se relacionan con los genotipos?, ¿en qué grado los genes heredados influyen el rendimiento intelectual y en desarrollo de rasgos de la personalidad como la extroversión, la empatía o la agresividad?  La teoría de los sistemas ecológicos concibe el desarrollo como el resultado de la interacción abierta y cambiante entre la persona y el ambiente.

La teoría de Vigotsky, propone que los niños se desarrollan en la medida que van adquiriendo instrumentos de adaptación intelectual cercanos a su zona de desarrollo próximo, siendo el aprendizaje colaborativo una estrategia adecuada para conseguirlo.

 

 

Citar este texto en formato APA: _______. (2011). WEBSCOLAR. La personalidad y el Desarrollo Social. https://www.webscolar.com/la-personalidad-y-el-desarrollo-social. Fecha de consulta: 21 de noviembre de 2024.

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Comentarios

Un Comentario en “La personalidad y el Desarrollo Social”

  1. Maricely Figueroa dijo:

    Muy buena información

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