La planta nuclear y las consecuencias de la energía atómica en Nagasaki e Hiroshima
- Planta nuclear
- Ventajas: Una de las ventajas de los reactores nucleares actuales es que casi no emiten contaminantes al aire (aunque periódicamente purgan pequeñas cantidades de gases radiactivos), y los residuos producidos son muchísimo menores en volumen y más controlados que los residuos generados por las plantas alimentadas por combustibles fósiles. Los costes totales de construcción, explotación, seguridad, tratamiento de los residuos y desmantelamiento son muy inferiores a los costes de una planta de energía fósil, incluyendo los costes medioambientales. En una central nuclear los residuos sólidos generados son del orden de un millón de veces menores en volumen que los contaminantes de las centrales térmicas.
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- Desventajas: Los reactores nucleares generan residuos radiactivos. Algunos de ellos con un semiperiodo elevado, como el americio, el neptunio o el curio y de una alta toxicidad. Los detractores de la energía nuclear hacen hincapié en el peligro de esos residuos. Algunas centrales también sirven para generar material adicional de fisión (plutonio) que puede usarse para la creación de armamento nuclear. La percepción de peligro en la población proviene de que un accidente o un ataque terrorista les exponga a la radiación. La probabilidad de que un accidente similar al sucedido en Chernobyl se repita en las centrales occidentales es muy pequeño debido a su propio diseño.
- Consecuencias de la energía atómica en Nagasaki e Hiroshima
El 6 de agosto, la aviación estadounidense lanzó la primera bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, destruyendo totalmente la población y causando más de cien mil víctimas. El 8 de agosto fue arrojada sobre Nagasaki otra bomba atómica, de efectos aún más destructores que la primera. Sus consecuencias a largo plazo continúan siendo hoy responsables de cánceres, leucemias y otras enfermedades. La bomba de Nagasaki con una potencia de 21 kilotones de dinamita generó niveles de explosión y calor que no pueden compararse con las producidas por las armas convencionales. Además del feroz viento de la explosión y el calor radiado, se liberó radiación. Se piensa que de toda la energía producida fueron 50% de explosión, 35% de calor y 15% de radiación.
Aparte de todos los que murieron con la explosión misma, los efectos de la bomba atómica no quedaron ahí. La caída de la bomba crea otro peligro además. La lluvia que sigue a cualquier explosión atómica, está cargada de partículas radiactivas y muchos sobrevivientes a las explosiones en Hiroshima y Nagasaki, sucumbieron al envenenamiento causado por esa radiación. También se habla de lesiones oculares, problemas hepáticos, problemas epidémicos, lesiones en los aparatos genitales, etc. También hubo mucha gente que moría años después del incidente. Gente que, según lo cerca que estaba del epicentro del desastre había quedado señalado por la radiación. Es cierto que los que estaban más cerca del epicentro no tardaron mucho en morir, pero también es verdad que los más “afortunados” tuvieron que malvivir durante años, con llagas, quemaduras y demás, hasta que les llegó la hora.
La detonación tiene también otro efecto letal escondido, que afecta a las generaciones futuras de todos los que la sobreviven. La leucemia está entre las mayores afecciones que son transmitidas a los descendientes de los supervivientes.
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