Las Guerras Púnicas
Las Guerras Púnicas enfrentaron entre los años 264 adC y 146 adC a dos de las potencias del Mediterráneo: Roma y Cartago. Romanos y cartagineses (púnicos) se enfrentaron en tres etapas, hasta la destrucción total de estos últimos.
La Primera Guerra Púnica (264 adC–241 adC) fue una guerra en Sicilia en una primera etapa para luego convertirse en una guerra eminentemente naval. Roma y Cartago, la otra potencia del Mediterráneo occidental, siempre habían mantenido tratados y relaciones amistosas, y de hecho ambas unieron sus fuerzas cuando Pirro de Epiro desembarcó en el sur de Italia en el año 278 adC Sin embargo, los intereses cartagineses en la Magna Grecia (sur de Italia y Sicilia) y el deseo expansionista romano los llevaron a una inevitable colisión que se tradujo en tres enfrentamientos armados llamados las Guerras Púnicas, y que se desarrollaron del 264 adC al 146 adC.
Sin embargo, al año siguiente, una vez los nuevos cónsules reestablecen la habitual estrategia romana de avance lento pero seguro, es la propia ciudad de Siracusa la que queda sitiada por los ejércitos romanos. Hierón se ve obligado a llegar a un acuerdo de paz y aliarse con los romanos, a los que servirá a partir de entonces como base de operaciones y suministros en la isla. Sus buenas relaciones con Roma le permitirán mantener una relativa independencia del reino más allá de la guerra hasta su muerte en el 216 adC
La Segunda Guerra Púnica (218 adC–202 adC) durante ella la expedición militar de Aníbal contra Roma cruzando los Alpes.
La Segunda Guerra Púnica es el más conocido de los enfrentamientos bélicos acaecidos en el marco de las Guerras Púnicas entre las dos potencias que entonces dominaban el Mediterráneo occidental: Roma y Cartago. La contienda se suele datar desde el año 218 adC, fecha de la declaración de guerra de Roma tras la destrucción de Sagunto, hasta el 202 adC en el que Aníbal y Escipión acordaron las condiciones de la rendición de Cartago.
La Tercera Guerra Púnica (149 adC-146 adC) significó la destrucción completa de la ciudad de Cartago y su imperio. De acuerdo al tratado de paz firmado después de la Segunda Guerra Púnica, Cartago tenía prohibido declarar la guerra a cualquier nación sin el permiso de Roma. Tras ayudar a Masinissa a establecerse en el trono de Numidia, éste comenzó a hostigar las ciudades cartaginesas de la frontera.
Hastiados, los nobles cartagineses declararon la guerra al númida. Viendo en ello una violación al tratado, y la oportunidad que por tanto tiempo habian esperado para acabar definitivamente con Cartago, Roma le declaró la guerra de nuevo.Los cartagineses resistieron tres años (desde el 149 adC hasta el 146 adC) el asedio de Escipión Emiliano. La ciudad fue arrasada hasta los cimientos, y los supervivientes (apenas 50.000) vendidos como esclavos.
La ciudad fue quemada sistemáticamente durante 10 – 17 días. Después, las murallas, edificios y puerto fueron cuidadosamente destruidos y el territorio circundante cubierto de sal, para asegurarse que nada volvería a crecer allí. Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo en este punto, y podría tratarse de una mera exageración. El territorio cartaginés se convirtió en provincia con el nombre de África, y abasteció de trigo a la república primero y después al Imperio.
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